sábado, 31 de diciembre de 2011

ASOMANDO

Se acaba el año… De nuevo, ya estamos a 31 de Diciembre… Día de balance, de sopesar todo lo que ha dado de sí el año. De lo tremendamente bueno que nos ha dado por un lado, de los disgustos, errores y ostias convertibles en lecciones por el otro. Un día de saborear la fortuna de todo el año, de sentirse dichosa, de guarecerse en la nueva persona que en que el año transcurrido nos ha modelado.

En mi caso, quizá la palabra más representativa de este año sea cambio, renovación… Qué deciros, ha habido sorpresas, descubrimientos, trabajo, reencuentros, satisfacción, sonrisas y alegría… En resumen, yo lo clasifico como un año tremendo, año de despegue, de luz y de felicidad. Como siempre, gracias.

Espero que en vuestra reconstrucción –sea consciente o inconsciente- también haya mucha alegría y entusiasmo por abalanzaros hacia el 2012. Que éste, el año nuevo, sea como mínimo tan chispeante y salao como éste. Chin chin.

En el buzón de tiempo hay alegrías que nadie va a exigir, que nadie nunca reclamará y acabarán marchitas añorando el sabor de la intemperie y sin embargo, del buzón de tiempo saldrán de pronto cartas volanderas dispuestas a afincarse en algún sueño donde aguarden los sustos del azar.

Buzón del tiempo. Mario Benedetti

lunes, 26 de diciembre de 2011

SIN MÁS



Ahí va un corto que os dejará, como a mí, sin aliento. Gracias Manu por la recomendación. Un abrazote desde aquí.

Y que vivan los que han vivido y lo demuestran al mundo.

jueves, 22 de diciembre de 2011

ENORME GRATITUD

Ayer fue uno de esos días preciosos llenos de regalos insospechados y llenos de belleza… Desde el principio, todo empezó deliciosamente, conforme avanzaba el día los minutos iban desgajando sorpresas cada vez más y más superables… Día de esos redondos, en los que querrías ser capaz de no cerrar los ojos nunca por si acaso le da a la fortuna cambiar su rumbo en ese instante…



(Gracias Ade, por recordarme este pedazo fragmento, un besote desde aquí)

En cualquier caso hoy, las sonrisas permanecen… Hoy, día de la lotería nacional, la fortuna dinerIl se va a gente cercana y querida… Grañén, Jaca, enhorabuena.

Hoy, algo adormilada, aneblada y con un nudo de nervios que produce la alegría de los regalos de la vida, tengo una gran cantidad de gratitud dentro de mí que quiero expulsar al mundo. Me siento tremendamente afortunada y sin jugar a la lotería. Gracias a todos y cada uno de vosotros, que hacéis de ésta, mi vida, un lugar increíble.

viernes, 16 de diciembre de 2011

MÍNIMOS CUADRADOS



Resulta difícil encontrar en este mundo personas con similares rangos de lecturas, escuchas, peliculeo -aunque éstas tengan gustos diferentes-, si bien es cierto que una vez encuentras a un número crítico de ellas, estas apariciones crecen exponencialmente.

Cuando das con unas de ellas, y abres esa caja repleta de conversaciones extensas discutiendo las emociones provocadas, los acuerdos, desacuerdos, escalofríos y desatinos resultantes por puro deleite, recuperas esa sensación mezcla de euforia, de nerviosismo, de sorpresa compartida, de sabor artístico en los goznes, de descubrimiento prematuro. Una de las más emocionantes que existe.

Que la vida nunca deje de darnos momentos así.

Hans y Sophie pasaban de los libros al catre y del catre a los libros, buscándose en las palabras y leyéndose los cuerpos. Así, sin proponérselo, fueron alcanzando un idioma común, reescribiendo lo que leían, traduciéndose mutuamente. Cuanto más trabajaban juntos más se daban cuenta de lo parecidos que eran el amor y la traducción, entender a una persona y trasladar un texto, volver a decir un poema en una lengua distinta y ponerle palabras al o que sentía el otro. Ambas misiones se presentaban tan felices como incompletas: siempre quedaban dudas, palabras por cambiar, matices incomprendidos.

El viajero del siglo. Andrés Neuman

domingo, 11 de diciembre de 2011

JAQUE MATE

¿Y quién no ha jugado, luchado, reído o fingido consigo mismo?

jueves, 8 de diciembre de 2011

SENTIDOS ENGAÑOSOS

Hace un par de semanas tuvimos unas cuantas charlas impartidas sobre expertos de Neurología, Física y Comunicación con motivo de la Semana de Ciencia. Es increíble cuanto se absorbe ante una hora de un discurso ameno y bien explicado de un tema en el que tienes nociones muy vagas.

En una de estas charlas, impartida por el neurólogo y divulgador Xurxo Mariño, escuché hablar por primera vez de un efecto totalmente sorprendente: el efecto McGurk. Aquí va un ejemplo. Poned el video, cerrad los ojos y escuchad lo que dice.



Bien, ahora abrid los ojos y volvedlo a escuchar.

¿Qué? ¿Sorprendente, eh? Efectivamente, la primera vez –con los ojos cerrados- nos da la impresión que el personaje está diciendo BA-BA, mientras que en el segundo –ojos abiertos- parece que dice GA-GA… Es decir, que lo que vemos, no siempre tiene porqué ser lo que oímos.

Este efecto fue descubierto en 1976 por McGurk y MacDonald y fue publicado en un artículo en la prestigiosa revista Nature con el sugerente título de Hearing lips and seeing voices (Escuchando labios y viendo voces). Cuando visualizamos los sonidos, la información que recogemos visualmente y la que recogemos auditivamente se unifican y juntas, se ayudan para reconstruir la información. Por eso, cuando miramos el vídeo estamos indirectamente leyendo los labios de esta persona y por eso escuchamos otro sonido.

Otra curiosidad es que, además, este efecto sigue produciéndose aunque ya sepamos de su existencia. Podéis volved a hacer la prueba cuantas veces queráis que el cerebro seguirá actuando supeditado a los sentidos, aún sabiendas de cual es la información correcta.

Sólo en cada uno de nuestros cerebros hay tantas conexiones de neuronas como estrellas en nuestra galaxia: millones de millones –si, aún contando las que se pierden en las resacas-. Es evidente que nuestro propio cerebro es muy capaz de engañarnos. Lo dicho, que somos seres completamente alucinantes.

sábado, 3 de diciembre de 2011

EXISTIENDO

Tomar las llaves, las unas para cerrar las puertas unos días, las otras para poner en marcha un motor. Viejos y grandes amigos, alegría, conversaciones, horas, cañas, abrazos y naturaleza en el horizonte.

Parar el tiempo unos días sólo para ser, para existir, para remolonear entre la ausencia de obligaciones y el descubrimiento de lugares inexplorados, para inspirar profundamente y sentirnos afortunados.



Yo conozco los ríos. Yo conozco ríos tan antiguos como el mundo, y más viejos que el flujo de la sangre en las venas humanas. Mi alma es tan profunda como los ríos. Yo me bañé en el Éufrates, en la aurora de la civilización. Yo construí mi cabaña a orillas del Congo, y sus aguas me cantaron una canción de cuna. Yo vi el Nilo, y construí las pirámides. Yo escuché el canto del Mississippi cuando Lincoln viajó hasta Nueva Orleans, y vi sus aguas volverse doradas al atardecer. Mi alma se volvió tan profunda como los ríos.

El negro habla de los ríos, Langston Hughes