Desde el momento en que nacemos empieza la película de nuestras vidas. Y cómo toda buena película, la banda sonora es fundamental. La música es el sello particular de nuestras vivencias, de nuestros recuerdos, de nuestros rituales. Uno de los pequeños instantes de felicidad consiste en encontrar aquella canción que hacía quince años que no escuchabas, cerrar los ojos y volver a trasladarte a ese momento. Traslado… porque ese acto, es mucho más que recordar, es volver a sentir, es… volver a vivir.
Así entre mi banda sonora particular cuento grandes éxitos asociados a momentos en lugares: el
Ritmo del Garaje de
Loquillo me recuerda enormemente a San Lorenzo, pañoletas verdes, noche interminable en las calles;
Que tinguem sort, de
Lluis Llach a la última fiesta que organizamos en la facultad; cualquier canción de
Nina Simone, a las noches de los miércoles en el Jazz Si club de Barcelona; la banda sonora de
Crazy a aquel par de meses en Paris…
Luego están las canciones que tienen una carga de recuerdos acumulados. Es decir, canciones que has escuchado en más de un momento especial, y cuando son reescuchadas, te trasladan a uno de ellos, algunas veces o a una mezcla de ellos, otras… Por ejemplo, para mí,
One de
U2, ha puesto música a tantas de mis vivencias... Guitarras en la plaza de Venecia en Roma a los 16… Llorera infinita en mis dos conciertos de
U2, a los 17 y 25… Regalo en un CD cantada en árabe…a los 23… Un amigo mío me contaba que él asociaba esta canción a ir con su madre sentado en el coche al salir de su rancho en Texas mientras olía a hamburguesas… Somos personajes diferentes con guiones diferentes...
Aun así, a veces las evocaciones pueden ser multitudinarias… Me encanta descubrir canciones o grupos a personas, porque es una garantía de que te recordaran al escuchar esa canción… Igualmente que me descubran música. Este post está deseando escuchar vuestras recomendaciones. Creo que casi cada persona que hay en mi vida tiene tiene su canción asociada, a uno de los momentos que hayamos compartido … Eso hace, que un día, en un bareto perdido del mundo, de pronto, me encuentre tomando un vinito con cualquiera de vosotros al escuchar, de repente,
Miss Sarajevo o
Somos Viento o la banda sonora de
ShortBus o cualquier canción de
Dusminguet o…
Además, cada uno desgata la música como le place, faltaría más. Es genial engullir una canción que realmente te apetezca nada más levantarte según tu estado de humor… O sentir que se aproxima el fin de semana poniendo tu música de fiesta un viernes por la tarde, de fiestas vividas o por vivir, no importa… O rebuscar entre la música de concentración… En mi caso, en épocas de trabajo duro, me ayuda a concentrarme algo cómo…
Héroes de Silencio o
Extremoduro … Creo que para mi tesis, me escuché todas sus discografías millones de veces… Mis pobres sufrientes compañeros de despacho lo saben…
Y la lista es infinita…
Sabina es desgañitarse a guitarras y vino,
Lemon Tree es la casa de colonies de Sils,
Placebo es el viaje entre Dublín y Cork,
Los Rodríguez es aquel viaje por el sur de Francia,
Manolo García es aquel verano increíble de primero de carrera, el solo de guitarra de
Dire Straits es las fiestas del pueblo de mi padre,
Adele es los últimos meses de felicidad en Granada,
Ojos de Brujo son las noches de farra en el Cubitos,
Manu Chao es final de etapa en Barcelona,
Bocherini es época sin responsabilidades,
Cold Play es primeros recuerdos en Granada, las jotas son mi Aragón querido,
Shakira es aquel verano de cantante de orquesta,
Triana son las noches flamencas de Granada,
Mano Negra es un montón de brincos a las mil de la mañana al acabar una fiesta de la facultad… Creo que no tengo recuerdos importantes sin música. Desde aquí, un besazo a todos los que sois parte de mi banda sonora particular.