Damas y caballeros, ante ustedes, ni más ni menos que Andrew Bird, más conocido en algunos círculos como Andrés Pájaro. Este personaje es el autor e intérprete de esta pieza y el que nos deleitó hace dos semanas escasas en una pequeñísima población de Oregón, Jacksonville, donde además, nos tomamos unas birras con el grupo al completo, en el único bar abierto, los únicos que permanecíamos con ganas de fiesta. Desde aquí, un abrazo a mis compañeros de viaje, un lujo, en especial a Pepe por acribillarnos con sus discos en cuanto nos despistábamos.
Si tenéis unos minutos haced un pequeño ejercicio, escuchad la canción sin mirar el video, cerrad los ojos, poneros a cocinar, a leer, a bailar, que se yo, lo que queráis,… Algo que os permita concentraros en la canción sin mirarla. ¿Qué? ¿Os ha gustado? Ahora contestad a una sencilla pregunta, ¿cuanta gente pensáis que han interpretado la canción? –No vale hacer trampas-… Efectivamente, Andrés, y sólo Andrés.
Uno de los méritos de este hombre consiste en hacer algo innovador y talentoso que es autograbarse frase a frase lo que toca, para posteriormente reproducirlas de forma que la canción vaya naciendo como resultado de este proceso.
Alucinante, ¿no creéis? También asusta un poco, por otra parte, porque demuestra brutalmente que muchos de los procesos elaborados que encontramos pueden ser diseccionados, podemos lanzar por los aires las piezas del puzzle y volver a montarlo... sin más ayuda que una buena coordinación, una grabadora y mucho gusto.
Adiós
Hace 4 años