Es genial cuando el tiempo se para… o cuando éste va muy rápido y se acelera por momentos. Eso es un indicador claro, de que estamos viviendo la vida al límite de nuestros recursos, sintiéndola a flor de piel. Irónicamente, el punto medio -el tiempo pasando lento y aburrido- es el síntoma de los que se anclaron en la rutina diaria, y abandonaron la esperanza de la sorpresa momentánea.
No hay excusas. Está en la mano de cualquier ente humano manejar el tiempo a su antojo. Luchemos contra la calma pausada del tiempo. Brindemos por su celeridad o frenazo brusco.
Aquel mismo día ella había escrito un poema. No era extraordinaria en eso, igual que tampoco lo era como fotógrafa; estaba demasiado atenta a apurar la vida, quemando la vela por ambos extremos. No era una creadora. De no haberse dejado llevar por su búsqueda de lo intenso, por la necesidad de recorrer el limite exterior de lo razonable sin renunciar a su memoria y a su cultura, o de haber vivido lo suficiente para alcanzar la sombra de sí misma que perseguía a largas zancadas, Olvido habría brillado como historiadora de la pintura...
El pintor de batallas. Arturo Pérez-Reverte
Adiós
Hace 4 años