lunes, 31 de enero de 2011

BELLEZA EN MOVIMIENTO

Vivimos rodados de perfección. Es más, somos creadores de belleza natos. Aún es más, nosotros mismos somos sublimes.

Y es que el día menos pensado, en una hora cualquiera, la vida te puede dejar boquiabierta al descubrirnos la dimensión de lo precioso que siempre había estado delante de nuestras pupilas. Así, de golpe, podemos llegar a discernir que el latido de la naturaleza, los crustáceos inimaginables, los amantes vaporizados, los narcisos egocéntricos o el arte brillante son quizá reflejos de lo mismo: pura belleza en movimiento.

Si tenéis la oportunidad de ir a ver alguna vez el espectáculo de Botánica de MOMIX, no os lo penséis ni un segundo. Rebosa belleza por cada uno de sus poros.



El simbolismo y el significado son dos cosas distintas. Es posible que ella lograra encontrar las palabras precisas sin usar procedimientos redundantes como el significado y la lógica. Debió de capturar las palabras de los sueños, como si agarrara suavemente por las alas una mariposa que volara por el espacio. Los artistas son capaces de evitar la redundancia.

Kafka en la Orilla. Haruki Murakami

viernes, 28 de enero de 2011

SEGUNDOS EXPONENCIALES

Si en el anterior post hablábamos sobre todo lo que tenemos que aprender de los bebés, hoy, en este día lleno de niebla, vamos a mirar hacia el otro lado, hacia el paso del tiempo.

Que el paso del tiempo se hace tangible conforme más crecemos es una verdad Universal. Y si os quedaba alguna duda, no vaciléis en ver esta charla TED impartida por Dan Buettner.


(Recordad que podéis activar los subtítulos)

Una de las cosas que me llamó mucho la atención es la siguiente afirmación:

65-year-old person is aging at a rate of about 125 times faster than a 12-year-old person (es decir que una persona de 65 años se envejece 125 veces más rápido que una de 12 años).

Impresionante, ¿no os parece? Así que está bien, va a ser que no somos tan quejicas como parece y que, de hecho, no sólo tenemos todo el derecho del mundo a repetir las coletillas de nuestros mayores, sino que además, parece bastante inevitable.

Si no os habéis dado cuenta, desde la adolescencia al menos nos encontramos repitiendo los mismos –o muy similares- patrones que la gente que nos parecía tremendamente mayor cuando éramos pequeños. Que si quedamos a tomar café –para mi eso era de gente totalmente decrépita-, los achaques, que si no somos nada, que si responsabilidades monotemáticas, que si el estrés, que si ocultar nuestra edad…



Pero bueno, no temáis, que todo tiene solución en esta vida. En la misma charla, se nos revela otro descubrimiento:

The people who lives longer are people who feels they are loved and valued most. (Es decir, que resulta que la gente que vive más años son la gente que se siente querida y valorada).

Así que, ¿solución contra las arrugas y canas nuestras y ajenas? –las interiores, se entiende-. Querer, reír y valorar a las personas que realmente merecen la pena –que son las que queremos que alcancen a Matusalén.-. En mi caso, no lo debéis estar haciendo tan mal, porque hace un par de días la estanquera de Davis se sorprendió al saber que tenía 10 años más de los que ella pensaba. Peace and Love.

martes, 25 de enero de 2011

EL INICIO

Estas pasadas vacaciones, en una de las múltiples sesiones de juegos agotadores con mi sobrino –alias el Cuco- no pude dejar de observar lo auténticamente absorbentes que son estos pequeñines. Con tan solo un año y dos meses, cada una de estas personitas, es capaz de camelarse a la gente, repetir juegos si le han gustado, percibir la alegría o la tristeza, reconocerte entre un millón de personas o distinguir un objeto determinado –en su caso, se suele decantar por todo aparatejo electrónico desde móviles a mandos a distancia- aunque esté enterrado bajo montañas de otros objetos varios. Es como si los chiquitines tuvieran superpoderes.



La verdad es que es sorprendente cómo, así como en general los bebés adquieren capacidades conforme crecen, también pierden otras. Dejamos de respirar con el diafragma –nos pasa al 90%-, dejamos de tener visión telescópica, dejamos de distinguir unívocamente las voces, dejamos de reírnos todo el tiempo, dejamos de ser inocentes…

Entonces, ¿es que nuestra vida es una función exponencial decreciente donde el máximo de nuestras capacidades se da cuando nacemos como si fuera un Big Bang? ¿O es que existe alguna ley –probablemente de selección- que nos impida tener demasiados superpoderes? ¿Porqué si nacemos con un cuerpo completamente sano –la mayoría de nosotros- los vamos arruinando con malas posturas, respiraciones incorrectas y ausencia de carcajadas?

Deberíamos ser siempre bebés de espíritu, leñe. Ya estamos todos aprendiendo una lección bien grande del bebito más cercano que esté a nuestro lado.

sábado, 22 de enero de 2011

EN-SABANADOS

Por esas mañanas deliciosas en que abandonar la cama cuesta lo más grande…

martes, 18 de enero de 2011

SÁBANAS



(Versión extensa en inglés, aquí, en castellano, aquí)

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Rayuela. Julio Cortázar

domingo, 16 de enero de 2011

EL PODER DEL BAILE

¿Quien no ha pensado nunca en lo absurdo que es bailar pero lo imprescindible que es para nosotros como humanos? Si lo pensamos, el baile no es más que movernos de un lado a otro de manera poco práctica. Es decir, el hecho de que ahora se vaya a la izquierda y no a la derecha no tiene ningún objetivo, ninguna intención…

Sin embargo, la mayoría de nosotros hemos experimentado el chute de felicidad que se produce al estar en medio de una fiesta o bar y escuchar tamaña canción que, aunque hacía tiempo que no escuchabas adoras bailar. Escuchar un ritmo que te parece sugerente, divertido, teatrero o divino, todo vale. Con un par de golpes de ritmo se nos sube la sonrisa a la cara y se libera todo el estrés que se pueda haber acumulado con anterioridad.



Instrucciones para usar este poder marchoso. Grabémonos todos nuestro CD (o CDs) de canciones bailongas. Pongámonoslo a discreción, en especial en momentos de bajón. Dejemos que nuestros cuerpo se mueva. Si hace falta bailar en el salón de casa, pues se baila. Faltaría más. A raudales. Es terapéutico. Es la mejor manera de alejar las tristezas de una patada, traer carcajadas, complicidades y hacer que la humanidad fluya.

miércoles, 12 de enero de 2011

REALIDADES

Si queréis una clase de historia, política, economía, estadística y sociales de unos 20 minutos, no os perdáis esta charla magistral de Arcadi Oliveres. Incluye su toque de humor y un riguroso sustento en fuentes fundadas. Totalmente imprescindible.





Ya que estamos, en la misma tónica informativa seria, también os recomiendo la lectura del libro No Logo de Naomi Klein. Este libro repasa los orígenes de las marcas en la sociedad, nos hace reflexionar sobre la pérdida de nuestra identidad y nuestra capacidad de decisión y, cómo no, nos hace ser más conscientes del mundo en que vivimos.

No volveréis a ser los mismos antes y después. Al menos mientras lo recordéis.

domingo, 9 de enero de 2011

SALTO MORTAL

Volvemos a aterrizar en el lejano oeste de nuevo, con energías renovadas, con montones de cafeína diluida en atracones de amigos, con aires nuevos, con montones de proyectos en este año que comienza presuroso. Feliz y fabuloso 2011.

Lo cierto es que los viajes tan largos de avión tienen un punto que me gusta. En ellos, te dan tiempo para recolocar experiencias y sonreírte, planear nuevas, hacer listados de propósitos en un plazo inmediato y lejano. Todo esto además de dormir, devorar las últimas adquisiciones novelísticas antes de que pisen el nuevo continente y ver un par de películas.

En éstas, mis últimas vacaciones navideñas –lo se, nunca digas nunca- con billete de ida y vuelta al otro extremo del mundo, me he cerciorado de un aspecto social con forma de gran abismo que separa mi país de acogida y mi tierra natal –hay muchísimos otros aspectos que el abismo es el opuesto, todo sea dicho-.

En el nuevo mundo las cosas siguen leyes predispuestas, la gente autóctona suele carecer de espontaneidad para saltárselas o improvisarlas al menos en lo que respecta a su vida personal y familiar, mientras que en la otra parte del Atlántico, la norma se tirará a la basura si tú crees que esa persona lo necesita –y te da la gana-. Sin ir más lejos, tres veces he visitado la seguridad social sin tener derecho ya, justificado con un burdo Pero cómo te vamos a dejar en la calle, corazón. Zanjado. Ante eso, te da un brinco el corazón y recuerdas que nadie debería imponer el derecho a vivir a nadie, que hay ciertas cosas que si no parecen lógicas se deben protestar –o al menos intentarlo-. Que muchas veces la pasión se riñe con la productividad, pero nos hace estar vivos.

Nacemos en una bodega de vejestorios. De palabras viejas. De oraciones hechas. De costumbres hechas. De formas de vivir ya vividas.

La mujer que buceó dentro del corazón del mundo. Sabina Berman