Hoy, día en que celebro una vez más una vuelta completa al Sol, y este año en España, en compañía de mi familia y amigos de toda una vida; me siento más que nunca emocionada y agradecida de todo lo que tengo: salud, amor, amistad, familia, trabajo y alegría. De saber que, aunque haya de vez en cuando alguna pequeña nubecilla en el cielo azul, no es más que eso, algo pasajero y nimio que pasará y nos hará disfrutar todavía más del Sol.
Desde aquí, un abrazo a todos y cada uno de aquellos que me contribuir con luz, calor y alegría a esta felicidad.
Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.
Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.
Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.
Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada
porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semillas
y habitación de una sonrisa íntima
que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.
Claro que no somos una pompa fúnebre, Gioconda Belli