domingo, 29 de abril de 2012

REVOLOTEOS



Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.


Epitafio, Juan Gelman.

jueves, 26 de abril de 2012

SEMANA MODELO



Esta semana esplendorosa ha venido cargada de buen rollo… Libros y rosas, conclusión de trabajos, noticias laborales prometedoras, palabras intercambiadas con escritores que han marcado mi vida, descubrimiento de cafeterías geniales, invitaciones a hacer nuevo tipo de arte, cervezuelas con gente nueva y resplandeciente, pequeños pasos hacia nuevos horizontes, regalos de cumpleaños retrasados llenos de cariño, postales dispersadas, conversaciones fructíferas, entregas de trabajos…

Ojala todas las semanas fueran como está. Es más, me propongo hacer que todas las semanas sean como ésta. Que todas las cosas buenas cargadas de vida, de crecimiento, de alegría y de sorpresa en el ambiente se sustenten en el aire como dos bailarines grabados en una cámara tan tan lenta, que el tiempo se detenga.

lunes, 23 de abril de 2012

PÉTALOS Y LÍNEAS


(Va por tí, Manu)

Hoy, día especial como hemos recordado muchas veces… El mundo se llenará de rosas, libros, tortas con huevo, jotas, dedicatorias, vino, amigos, luz, bullicio, cervezas, horas libres, regalos, senyeras, cerros, niños, canciones, comida y alegría…

Si… hoy, me gustaría hacer uso del teletransporte, pero, afortunadamente también todo es capaz de multiplicarse y esparcirse por el mundo con un solo soplido… Que la vida nos regale muchas más páginas por devorar todavía.

Disfrutad del cerro. Gaudiu de les Rambles. Paladead este día, allá donde estéis.

El pensamiento avanza de palabra en palabra. Es una senda llena de sorpresas y algunas veces totalmente inédita. Paso a paso, sílaba a sílaba, y su palabra se abraza con la nuestra. Las maravillas y las impurezas emergen repentinamente del olvido y se introducen sin permiso en nuestro asombro. Gracias al idioma, sobrevivimos. Porque somos palabra, quién lo duda. El lenguaje es una bolsa de ideas, una metafísica que no tiene reglas, una propuesta que cada día es distinta.

Mario Benedetti. Vivir adrede.

miércoles, 18 de abril de 2012

ESTAMPAS JUBILADAS



Ayer fui a renovar mi pasaporte… Parece mentira, pero ya han transcurrido casi cinco años desde aquella vez que me pegué el madrugón del siglo para permanecer horas eternas en una cola larguísima pocos días antes de pisar por primera vez el continente americano. Allá me esperaba Baltimás, la ciudad más chunga de todo Estados Unidos donde una persona muere cada seis minutos, pero yo, por ser blanca –porque yo lo valgo- cada veinte –palabras textuales de recibimiento-. Allá donde todas las frases comenzaban por un oh, men, se comía cangrejos con un martillo y un cubo y se trabajaba muy duro, pero con mucho optimismo.

Entonces nunca imaginé que llegaría a vivir casi tres años en ese país. Y en efecto, aproximadamente un año después me encaminaba con unos cuantos trastes más encima a la otra costa. En particular, a Davis (California), al ladito de San Francisco. Mucho más soleada, mucho más amigable, mucho menos peligrosa, con una comida mucho mejor para los estándares norteamericanos…

Mi permanencia allí se vio aliñada con multitud de escapadas a San Francisco, Seattle, Texas, Los Angeles, New York City, Washington, Las Vegas… Siempre tratando de probar nuevas entradas a este inmenso país… Todo esto me contaban ayer mis tres visas estadounidenses con foto de sueño, pegadas a mi pasaporte, mientras esperaba que el funcionario en cuestión le apeteciera zanjar el chascarrillo del momento.

Pero no sólo de Norteamérica me hablaba ayer este pasaporte desvencijado… También era portador de numerosos tatuajes… De mi primera visita al Hemisferio Sur – Bolivia, Perú, Bolivia, Perú, Bolivia, por ese orden…-, de mi primera visita a Asia –entrada por Tokyo meses antes del terremoto-tsunami del horror-…, de mis múltiples idas y venidas por los confines de Europa

En fin, ayer, mi alma de viajera, repasaba con satisfacción los múltiples soplos de aire fresco, la cantidad de sitios que me han estremecido, me han alterado los sentidos, me han fascinado, me han provocado resquemores, o me han enseñado grandes lecciones… y en el fondo, me congratulaba de saberme aventurera, valiente y portadora del gen del que no arrisca, no pisca.

Así que, finalmente, cuando ayer el funcionario me miró por encima de sus gafas con una mueca extraña, le sonreí orgullosa y, señalando a mi pasaporte moribundo le dije… -por favor, córtelo con cuidado… este pasaporte se merece un descanso eterno.-

Que sus muchos descendientes continúen llenando nuestro mundo de sorpresas.

domingo, 15 de abril de 2012

SISTEMAS CAÓTICOS



Ahora, según progresa nuestra capacidad de observación, encontramos más y más caos aparente en la naturaleza. Hace ya medio siglo que sabemos que las verdaderas leyes no pueden ser lineales. En aquellos sistemas confortables con los que la ciencia nos tranquilizó durante siglos, los cambios minúsculos en las condiciones iniciales no alteraban la solución pero en los sistemas caóticos, cuando varías un poco las condiciones de partida, el objeto sigue un camino distinto. Eso sería aplicable a tus guerras, claro. Y también a la naturaleza y a la vida misma: terremotos, bacterias, estímulos, pensamientos. Vivimos en interacción con el confuso paisaje que nos rodea. Pero es verdad que un sistema caótico está sujeto a leyes o reglas. Es más: hay reglas hechas de excepciones, o de azares aparentes, que podrían describirse con leyes formuladas en expresiones matemáticas clásicas.

El pintor de batallas. Arturo Pérez-Reverte

miércoles, 11 de abril de 2012

LA TIERRA DEL HIELO Y FUEGO

En mi afán explorador de parajes desconocidos, esta vez he tomado rumbo al norte… No, más arriba, más norte, exactamente hasta el paralelo 66, ahí está. Quizá lo más norte que esté nunca.

Allí he descubierto que en la Tierra existen lugares tan lunáticos que la Tierra misma parece de otro planeta, que las montañas pueden sacar humo como si fuera un cenicero y oler a cuerno quemado, que los colores pueden pasar de un plumazo de verde fosforito a blanco purísimo, que el cielo y la tierra se conocen en los horizontes, que los auroras boreales aparecen a ras de horizonte en dirección norte y van haciendo cabriolas sin prisa pero sin pausa hasta el zenit para llenar el cielo de un verde despampanante, que los islandeses hablan casi cualquier idioma sin esfuerzo incluyendo señores de más de 80 años, que el aeropuerto tiene un spa natural a unos pocos kilómetros donde es muy tentador relajarse al llegar o al salir bajo riesgo de crear unas rastas estupendas en el pelo, que las montañas son –en su mayoría- bajitas y planas y recuerdan a pasteles tentadores.

Que las temperaturas de -10 grados son difícilmente aguantables si no te haces con una manta de supervivencia, que los nombres de los pueblos islandeses son dificilísimos de recordar, que el volcán que lleva al centro de la tierra -el Snaefell- tiene unas pequeñas chimeneas en la punta -como ya contaba Verne-, que los fiordos islandeses poseen aguas sorprendentemente azul turquesa, que existen aguas termales a orillas de montañas nevadas, que los frailecillos o puffins se reproducen en una isla paradisíaca en invierno y no aparecen por Islandia en forma de no-postal hasta el verano, que el norte muy norte de Islandia -a sólo 40 km del círculo polar Ártico- posee un casquete completamente helado, que el sol aparece en muy contadas ocasiones, pero cuando lo hace, crea unos arco iris maravillosos, que las cataratas enormes y grandiosas (todo lo que acabe en foss) aparecen por doquier en cualquier paisaje, que las fumarolas y el olor a bomba fétida, también.

Que la inmensidad de la naturaleza sobrecoge sobremanera y empequeñece nuestra existencia, que los islandeses tiene una cultura tremendamente cristiana desde hace más de mil años, que la comida es excelente y exotiquísima incluyendo exquisiteces como ballena, tiburón, bacalao, salmón o una ristra de peces extraños de los que jamás has oído hablar, que la palabra Bjork aparece en bastante cruces de carretera, que los cráteres de volcán se llenan de una agua turquesa que se congela con el frío, que el mismo vikingo vestido de montañero aparece en cada esquina de Reykjavik, que con la muerte negra te entra un calorcito agradable en el cuerpo, que Islandia tiene una fractalidad mucho más alta que lo que parece, que todos los géiseres del mundo basan su nombre en Geysir, que a su lado, Strokkur, muestra penachos de agua caprichosos cuando nadie tiene la cámara preparada y pone fondo a las fotos de boda islandesas.

Que el uniforme oficial de Islandia son los jerseys de lana con grecas en la parte superior y, si no te llega el presupuesto para comprarlos, puedes hacerte con la lana en una tienda pequeñita de Borgarnes donde señoras islandesas se reúnen todos los martes para tejerlos, que las piscinas –naturales o no- son otro mundo en Islandia, que en una piscina deportiva al aire libre, puedes pasar de 42 a 16 grados de agua, entrar en una sauna o bajar por un tobogán gigante con luces del túnel de terror, que Akureyri está lleno de corazones por todas partes, pero en cambio los bares ofrecen conciertos de rock duro interpretado por cantantes macarras con cuello de sacerdote, que el idioma islandés incluye muchas palabras larguísimas con ues, que existen islandeses directamente descendientes de los elfos, que las madres en Islandia llevan su carricoche de los años 60 a todas partes, incluso hasta a las playas llenas de piedras, que los comerciantes de gambas islandeses usan el viejo truco de llevarte al hot tub a ver auroras boreales.

Que los caballos islandeses son totalmente entrañables y infinitamente resistentes al frío, que las coronas son prácticamente equivalente a las pesetas y provoca la sensación de vuelta al pasado, que en cambio, los españoles brillan por su ausencia, que en todos los restaurantes ofrecen la soup and the catch fo the day y que vale la pena arriesgarse, que los patos y cisnes islandeses son isotermos y son capaces de nadar en aguas árticas tan campantes, que el jueves santos es típico ir a recoger mejillones con la marea baja a unas playas increíbles, que los mejores pancakes se incluyen en la ruta del Golden Circle plus plus, que los días duran muchísimo más después del 21 de marzo, que la Viking es mucho mejor que cualquier otra cerveza islandesa, que casi todas las calles de Reykavik desembocan en la Iglesia en forma de Boeing y que, en ese norte tan norte, las cosas tienen otro color, otro sabor, otro olor y otra dimensión.

Un besazo desde aquí a Oskar, Zsuzsi, MCarmen, Caro y Javi. Takk!

Pero con los grandes dolores el cielo mezcla siempre las grandes alegrías y reservaba al profesor Lidenbrock una satisfacción tan intensa como sus desesperantes congojas.

Al día siguiente, el cielo permaneció también cubierto; pero el domingo 28 de junio, el antepenúltimo del mes, con el cambio de luna varió el tiempo. El sol derramó a manos llenas sus rayos en el interior del cráter. Cada montículo, cada roca, cada piedra, cada aspereza recibió sus bienhechores efluvios y proyectó instantáneamente su sombra sobre el suelo. Entre todas estas sombras, la del Scartaris se dibujó como una arista viva y comenzó a girar de una manera insensible, siguiendo el movimiento del astro esplendoroso.

Mi tío giraba con ella.

A mediodía, en su período más corto, vino a lamer dulcemente el borde de la chimenea central.

—¡Esta es! ¡esta es! —exclamó el profesor entusiasmado—. Al centro de la tierra

Viaje al Centro de la Tierra. Julio Verne.