Esta semana, ha sido públicamente anunciado uno de los hitos que toca más de cerca a la Humanidad como Humanidad: la detección de un planeta girando alrededor de nuestra estrella más cercana, Próxima Centauri.
Este descubrimiento, que además tengo el orgullo de decir que ha sido protagonizado por varios amigos míos -un besazo desde aquí Guillem, Cris y Zaira-, me ha dado también unas ligeros escalofríos al recordar esa fantástica novela de Ray Bradbury llamada
Crónicas Marcianas. Me he puesto a imaginar como, en unos años en que nosotros ya no estaremos en la Tierra, pero quizá sí nuestros descendientes, seguiremos con nuestro ritmo de apisonadora y destruiremos cualquiera que sea el Mundo que elijamos estrenar. Ciertamente, esto no es más que Ciencia Ficción a día de hoy.
Sin embargo, una puede reflexionar qué hay implícito en nuestra naturaleza para comportarnos así y quizá, todo venga motivado por este afán de llegar a alguna parte, a darle sentido a las cosas, a nuestra vida, aunque sea ficticio, aunque no hayamos disfrutado durante el camino. Vamos, que la gran mayoría de nosotros tendemos a protagonizar un anti-
viaje a Ítaca. Quizá si aprendemos a saborear un paseo, un momento tranquilo, una partida de cartas con los padres, o unas risas con los amigos, no haga falta irnos a buscar un mundo todavía mejor, porque ya estemos en el lugar donde querríamos estar.
(Subtítulos sólo disponibles en inglés)
¡Gracias, amore!! Vi hace poquito la peli del árbol de la vida y la adoré, toda esa sensorialidad, esos momentos de reflexión y sentimiento congelados, ese estar en el momento, rara vez se ha visto en la pantalla , por lo menos presentado de esta manera. Quiero volver a verla en bucle :)
ResponderEliminarBesosybesos
Cristina: Sí, yo la ví hace ya tiempo en el cine, con pantalla grande y salí en trance... La vemos juntas la próxima vez, ¿vale? ¡Besos!
ResponderEliminar¡Hecho! Más besos
ResponderEliminarCristina: Esperemos que sea antes del 2017... ¡Besos!
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