martes, 1 de marzo de 2011

ARTE FACTO

Este mundo sólo tiene sentido si nos comemos las reglas de vez en cuando. Si nos tomamos un día libre. Literalmente. Sólo para nosotros. Uno con uno mismo. Pasear el día entero entre las calles verticales de una ciudad luminosa, alta, chispeante, bohemia, vibrante. Dedicar las horas a regocijarnos entre cafés cargados y librerías. Inundarnos de arte. El añorado añorado ARTE. Después de tanto tiempo sin zambullirnos. De sentir la embriaguez. Dejar que nos excite el tacto, el oído, los infinitos sentidos.


Tener una larga y risueña conversación con Allen Ginsberg en The City of Lights. Sentarnos en su pedestal. Bebernos sus poemas. Fumar a su salud. Sumergirnos en un sueño donde nos convertimos en libreros. En el que, con congoja en el corazón, tenemos que ponerle precio a palabras gruesas, densas, sempiternas. Escuchar el vendaval que produce la batalla de sus páginas, aspirar el aroma a palabras petrificadas, inspiradas, inyectadas.

Reencontrar covichuelas cercanas e intoxicarnos de alcohol y tabaco, allá donde tantos bohemios del siglo XX lo hicieron. Reemplazar las locuras revolucionarias por el cine oscarizado y diseccionado. Escuchar un triste solo de jazz. Sentir la ansiada necesidad de arte, la llamarada de vida que nos invade. El peso de cada página comprada. La inspiración inundando las venas, como un lienzo alquitranado. La completa convicción que el mundo, éste mundo nuestro, sólo vale la pena si lo aliñamos con –cuando menos- fugaces licencias de esas cuatro letras.

2 comentarios:

  1. Ay guapiña! No deberíamos tomarnos sólo un día, deberíamos tomárnoslos todos. Te he visto y he sentido perfectamente ese día tuyo, porque lo describes como otros días míos. Esos en los que te ves a ti misma desde fuera, como si estuvieras observando a otra persona. Adoro y atesoro esos momentos. De uno de esos días en Toulouse tengo anotado en el cuaderno que me regalaste: '..de repente veo un paisaje holandés y eso me calma. Me hace recordar el efecto sedante de los museos, vienes a observar y a escuchar las obras y acabas escuchando y observando tu alma..' Por esos y otros momentos, en los que sientes que todo lo bueno de la vida se te incrusta bajo la piel, sigue mereciendo la pena. Te he visto, me he visto y nos he visto tomándonos una copa en ese café, hablando, riendo, llorando y quedándonos pensativas hasta que nos echaran por cierre! Gracias por escribirlo! muuuuuas

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  2. Cristina: Mi Cristiñiña, qué ilusión tu mensaje. Si, yo también te he sentido allí donde vayas, buscando los rincones y vivencias para emocionarte y hacerlas tuyas. Y repasarlos con la punta del dedo tiempo adelante, cuando ya el recuerdo se empieza a desvanecer y sentirte dichosa, por haber vivido todo lo que en la libreta de la vida anotaste, y porque también quedan muchas páginas todavía… Tienes razón, no un día, hagámoslo todos.

    Te guardo un paseote por el Albayzin dormido, seguido de una cena en el Hikuri y unos tintos para continuar arreglando el mundo.

    Gracias por lo pasado, presente y futuro.

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