Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años, puebla un espacio de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
J.L Borges
Acepta quien eres, no tengas miedo de ser la persona en quien te has convertido con tus decisiones. Las malas decisiones curten, las malas decisiones, dentro de un tiempo, serán buenas decisiones.
Ayer estuve releyendo algunos de los poemas fundamentales de mi vida y volví a emocionarme con Palabras par Julia de Goytisolo, un poema precioso que me regaló un buen amigo hace tiempo. Lo cierto, que gracias a esta maravilla que es Internet descubrí que prácticamente todo grupo-cantante de habla hispana ha hecho su propia versión del poema.
Versiones tan dispares y sublimes pasando desde el hard rock de Los Suaves
hasta el flamenco fusionao de Antonio Ranky, Jesuli y Bebe
Aunque estas dos son las que me han arrancado las lágrimas, también estas palabras inmensas han pasado por la boca de Paco Ibáñez, Iván Ferreiro, Manolo García, Amparo Sánchez, Muchachito o muchos otros. Me encanta que el mundo cree su propia versión de la belleza.
PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.
Tras una jornada de pre-empacamiento y reflexión a ritmo –entre otros- de canciones como esta, ahí va una ristra de pensamientos inconexos:
- Vivimos en una democracia. Nos guste o no. Tiene cosas buenas y cosas malas. Pero es lo que hay. Como ciudadanos considero que tenemos el deber moral de hacer lo que esté en nuestra mano para que los nuestros y los de más allá vivan mejor. No hacer nada es la opción fácil. Cuando mucha gente entiende eso me enorgullece. Esto es todo lo que voy a decir aquí.
- Para aquellos que todavía no tengáis muy claro que hacer con vuestra vida. Aquí tenéis unas sugerentes soluciones. Parece que yo debería ir me a vivir a una comuna hippie. ¿Dónde hay que firmar? ¿Quién se apunta?
- Todos hemos pensado alguna vez en dar una pedazo vuelta al mundo y siempre nos hemos echado para atrás pensando que eso eran cosas de Willie Fog y que en la vida real eso era imposible. ¿Porqué? Bien, aquí tenéis una humilde teoría. Sin embargo, este par de amigas mías: Aly y Ari se han cargado la mochila –y la cámara- al hombro y allí están metidas en una novela llamada Elige nuestra aventura. Es lo que parece. Os invito a engancharos como yo lo estoy haciendo y luego, moriros de envidia. Un beso desde aquí campeonas.
-Las pre-partidas y post-llegadas son momentos extraños… Las cosas tienen otro color, te sientes otra persona, eres unas doscientas veces más eficiente que tres meses antes y, ocurren cosas dispares.
(Puedes activar los subtítulos en la pestaña de subtitles)
Acabo de ver esta charla de Sheryl Sandberg en la que analiza porqué hay tan pocas mujeres en los altos puestos de trabajos del mundo.
Los que me conocéis, sabéis que en general desconfío de charlas puramente feministas porque generalmente se centran en destacar virtudes o defectos y en visualizar a los hombres como enemigos. Yo creo que esto es erróneo. Hoy día, afortunadamente, hay muchos hombres que también consideran esta desigualdad de sexos en la sociedad un problema por el que luchar para llegar a un balance igualitario. Hay muchos que se exasperan ante el apocamiento de novias, amigas, madres o hermanas.
Además, personalmente, creo que aunque físicamente somos diferentes en algunos aspectos, tenemos mayores diferencias en otras posibles particiones de la sociedad (gente que viaja o no, gente que escucha o no, gente pesimista o optimista) que en el hecho de que seamos hombres o mujeres.
Esta charla sin embargo, está formulada desde un punto de vista objetivo y nada decantado hacia el feminismo. Ella expone la percepción de las diferencias que la sociedad nos ha impuesto en cuanto a separación de sexos y sugiere las siguientes tres guías o temas de recapacitación para un cambio en nuestras futuras generaciones.
1. La mujeres sistemáticamente subestimamos nuestras capacidades: Mientras que los hombres atribuyen sus éxitos a si mismos, las mujeres lo hacen a factores externos. No sólo eso, sino que además, para los hombres el éxito es sinónimo de simpatía y para las mujeres les resulta lo contrario.
2. Hagamos de nuestras parejas una pareja “real”: Aunque hoy día las tareas de las casas parezcan más repartidas que antes, todavía la mujeres siguen llevando hasta tres veces más trabajo de la casa que el hombre. Lo dicho, problema de los dos.
3. No lo dejes antes de que te vayas: Este punto es interesante. Ella argumenta que las mujeres ante un instinto de maternidad dejamos de poner demasiado esfuerzo y pasión en lo que hacemos ante la futura perspectiva de un parón. Sin embargo, como ella dice, cuando llegue, llegará y tan sólo serán unos meses no tan difíciles de recuperar. Así que no anticipemos con demasiada antelación, ya que nos arriesgamos a perder la motivación y si eso ocurre, perderemos las ganas de luchar por nuestro trabajo.
Recordemos, que obviamente todo es cuestión de mayorías y no significa que no haya mujeres que no hayan decidido salir allá fuera a valorarse. Sin embargo, nunca está de más recordar que tan sólo tenemos una vida -seamos del sexo que seamos- y deberíamos vivirla de la mejor manera posible.
Estos días estoy pasando largos ratos con una de mis grandes fuentes de concentración: Extremoduro. Lo creáis o no, ellos junto con Héroes del Silencio, conforman la música que me hace focalizar más mi atención en el trabajo. Es más, la música clásica me despista muchísimo.
El caso, es que hace un rato reescuchando su música por enésima vez, he recordado la pura y cruda poesía que destilan esas letras. Esas canciones rocanroleras, mucho más suaves en el último disco –tiene pinta de enamoramiento- no pueden desbordar más belleza callejera, sucia, cercana, rebelde y auténtica. Por cierto, para los más acústicos, aquí tenéis una interesante versión de la misma canción. Larga vida.
Como últimamente no tengo demasiado tiempo libre, os voy a contar algo que he aprendido recientemente.
Mirad estos nombres y decid sólo el color de cada palabra (no lo que pone) en voz alta.
¿Qué? Ningún problema , ¿no? Bien, ahora volved a haced lo mismo en esta otra.
¿Más complicado? ¿Tendéis a decir el nombre escrito y no el color? Efectivamente, no estáis enfermos, se llama efecto Stroop –debido a su descubridor- y hace escasos días tuve ocasión de descubrirlo por mi misma. Nos es mucho difícil focalizar nuestra atención en algo que tiene un significado semántico opuesto, o al menos diferente.
Aunque concentrándonos suficiente podemos llegarlo a controlar, es algo que me ha mosqueado, ya que deja una gran puerta abierta para el control de, por ejemplo nuestros gustos y consumo, de una manera mayoritariamente involuntaria, que lo sepáis.
A veces cuando algo sucede, pensamos que no debería haber ocurrido así. Por eso sentimos, cuando muere un ser querido, cuando perdemos unas elecciones, cuando sufrimos cualquier derrota, que todo ha terminado. Y no es verdad. Ése es el principio siempre. Porque la grandeza se alcanza, no cuando todo va bien, sino cuando la vida te pone a prueba, cuando tienes un gran tropiezo, cuando te decepcionan, cuando la tristeza te invade. Porque solamente estando en lo más profundo del valle, puede saberse lo magnífico que es estar en la cima de una montaña.
Supongo que a todos nos ha tocado en algún momento de nuestras vidas sentarnos en una cena animada al lado de una persona que prácticamente no conoces y que sólo contesta con monosílabos. Además, cuando miras alrededor, ves al resto de la mesa enzarzado en diferentes conversaciones divertidas, interesantes o subyugantes. Un par de horas después cuando comentas el soporífero rato que has pasado con uno de tus amigos al otro extremo de la mesa, te mueres de envidia al ver que el otro se lo ha pasado genial.
También a veces nos toca a nosotros la buena suerte y caemos en el centro gravitatorio de la juerga de la mesa. Es más, algunas amistades han nacido gracias a un retraso del metro que provoca que llegues la última a la cena y te sientes al lado de una persona encantadora.
Y esto, que parece relativamente tonto –al final son un par de horas que intercambias con una persona conocida o al menos, conocida de tus amigos-, nos pasa continuamente en cada instante de nuestra vida. Cuando compramos un billete de avión a las 3.15pm porque no nos apetece trabajar en lugar de dos horas antes y, tres meses más tarde, conocemos a alguien interesantísimo en el asiento de al lado, cuando decidimos ir al baño antes de irnos a casa, en el trabajo y por tanto tenemos que tomar el siguiente autobús…
El caso es que no existe el lugar y momento adecuado, porque no se puede modelizar el caos –menos mal, porque con lo monopolizado que está el mundo, los mejores momentos valdrían horrores-. La genial película de Mystic River es un buen ejemplo.
El caso es que no podemos hacer nada más que estar atentos a los cambios a lo nuevo, a las fortunas y desventuras. Saber que lo viejo conocido está allí y explorar lo nuevo por conocer. Hacerle guiños a la suerte. Estar con los ojos abiertos. Palpar las atmósferas de cambio.
Me encantan esas licencias que nos damos a nosotros mismos para desconectar, pasarlo bien y tener un poco de locurita –que diría ese, nuestro Benedetti- en nuestras vidas y nuestras arrugas.
Como bien me enseñó un buen amigo mío hace años, lo mejor para trabajar eficientemente en algo que nos urge, es aparcar el estrés por un momento y tirarse al vacío. Tomar aire, no pensar en absoluto en nada preocupante y llenarnos de luz, sol, amigos, risas, farra, noches, resacas, juventud y vivencias por un pequeño lapsus de tiempo permitido… Oigan, mano de santo. Músculos doloridos, pero una mente fresquísima.
Give me all the peace and joy of your mind.
Helena soñó que quería cerrar la valija y no podía, y hacía fuerza con las manos, y apoyaba las rodillas sobre la valija, y se sentaba encima, y se paraba encima, y no había caso. La valija, que no se dejaba cerrar, chorreaba cosas y misterios.
En estas páginas hay espacio para la reflexión, las bitácoras, los viajes estelares y los terrenales, las experiencias compartidas y todos aquellos instantes que hacen cada sitio, cada momento de nuestra vida, un lugar inolvidable. Bienvenid@.
We do not grow absolutely, chronologically. We grow sometimes in one dimension, and not in another; unevenly. We grow partially. We are relative. We are mature in one realm, childish in another. The past, present, and future mingle and pull us backward, forward, or fix us in the present. We are made up of layers, cells, constellations.
Anaïs Nin