Resulta difícil encontrar en este mundo personas con similares rangos de lecturas, escuchas,
peliculeo -aunque éstas tengan gustos diferentes-, si bien es cierto que una vez encuentras a un número crítico de ellas, estas apariciones crecen exponencialmente.
Cuando das con unas de ellas, y abres esa caja repleta de conversaciones extensas discutiendo las emociones provocadas, los acuerdos, desacuerdos, escalofríos y desatinos resultantes por puro deleite, recuperas esa sensación mezcla de euforia, de nerviosismo, de sorpresa compartida, de sabor artístico en los goznes, de descubrimiento prematuro. Una de las más emocionantes que existe.
Que la vida nunca deje de darnos momentos así.
Hans y Sophie pasaban de los libros al catre y del catre a los libros, buscándose en las palabras y leyéndose los cuerpos. Así, sin proponérselo, fueron alcanzando un idioma común, reescribiendo lo que leían, traduciéndose mutuamente. Cuanto más trabajaban juntos más se daban cuenta de lo parecidos que eran el amor y la traducción, entender a una persona y trasladar un texto, volver a decir un poema en una lengua distinta y ponerle palabras al o que sentía el otro. Ambas misiones se presentaban tan felices como incompletas: siempre quedaban dudas, palabras por cambiar, matices incomprendidos.
El viajero del siglo. Andrés Neuman
Quina pasada la peça, és impresionant i el video m’ha transportat a un lloc perdut entre una pel.li d’Almodovar i el mite del Narciso… Com sempre, ets una maestra en trobar la conjunció perfecta.
ResponderEliminarUn petonàs.
Pauet: Jajaja, m'ha encantat la teva descripció del video... Qualsevol cosa interpretada amb un xelo és al.lucinant... I moltes gràcies pel piropo, solet.
ResponderEliminarMés petóns