jueves, 8 de diciembre de 2011

SENTIDOS ENGAÑOSOS

Hace un par de semanas tuvimos unas cuantas charlas impartidas sobre expertos de Neurología, Física y Comunicación con motivo de la Semana de Ciencia. Es increíble cuanto se absorbe ante una hora de un discurso ameno y bien explicado de un tema en el que tienes nociones muy vagas.

En una de estas charlas, impartida por el neurólogo y divulgador Xurxo Mariño, escuché hablar por primera vez de un efecto totalmente sorprendente: el efecto McGurk. Aquí va un ejemplo. Poned el video, cerrad los ojos y escuchad lo que dice.



Bien, ahora abrid los ojos y volvedlo a escuchar.

¿Qué? ¿Sorprendente, eh? Efectivamente, la primera vez –con los ojos cerrados- nos da la impresión que el personaje está diciendo BA-BA, mientras que en el segundo –ojos abiertos- parece que dice GA-GA… Es decir, que lo que vemos, no siempre tiene porqué ser lo que oímos.

Este efecto fue descubierto en 1976 por McGurk y MacDonald y fue publicado en un artículo en la prestigiosa revista Nature con el sugerente título de Hearing lips and seeing voices (Escuchando labios y viendo voces). Cuando visualizamos los sonidos, la información que recogemos visualmente y la que recogemos auditivamente se unifican y juntas, se ayudan para reconstruir la información. Por eso, cuando miramos el vídeo estamos indirectamente leyendo los labios de esta persona y por eso escuchamos otro sonido.

Otra curiosidad es que, además, este efecto sigue produciéndose aunque ya sepamos de su existencia. Podéis volved a hacer la prueba cuantas veces queráis que el cerebro seguirá actuando supeditado a los sentidos, aún sabiendas de cual es la información correcta.

Sólo en cada uno de nuestros cerebros hay tantas conexiones de neuronas como estrellas en nuestra galaxia: millones de millones –si, aún contando las que se pierden en las resacas-. Es evidente que nuestro propio cerebro es muy capaz de engañarnos. Lo dicho, que somos seres completamente alucinantes.

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