Señores, señoras,
¿Cómo pasa el tiempo, eh? Si parece ayer que nos cogíamos dos maletas llenas hasta los topes, un libro y un paquete de clínex y nos metíamos en un avión rumbo a otro continente… Hoy, cuatro años más tarde (si, si… ¡¡cuatro, jajaja!!) este blog ha paseado por otros continentes, otros países y muchas aventuras…
Hemos subido arriba a las alturas, y nos hemos depositado suavemente contra el suelo. Hemos brincado, hemos hecho piruetas, hemos sido testigos de nacimientos, celebraciones y hasta momentos de gozo absoluto. Pero sobre todo, y ante todo, hemos conocido a almas nuevas, brillantes, poderosas y hemos reconocido a los que, a través del tiempo, la distancia y las circunstancias, nunca se fueron y siempre estuvieron allí.
A todos: Gracias.
Tenemos memoria, tenemos amigos.
Tenemos los trenes, la risa, los bares.
Tenemos la duda y la fe, sumo y sigo.
Tenemos moteles, garitos, alteres.
Tenemos urgencias, amores que matan.
Tenemos silencio, tabaco, razones.
Tenemos Venecia, tenemos Manhattan.
Tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente.
Tenemos costumbres, pudores, jadeos.
Tenemos la boca, tenemos los dientes.
Saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga.
Los pies en el barrio, y el grito en el cielo.
Tenemos Quintero, León y Quiroga.
Y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas.
Más de cien pupilas donde vernos vivos.
Más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos un as escondido en la manga.
Tenemos nostalgia, piedad, insolencia.
Monjas de Fellini, curas de Berlanga
veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos.
Tenemos el morbo, los celos, la sangre.
Tenemos la niebla metida en los huesos.
Tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos.
Ropa de domingo, ninguna bandera.
Nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
qué importa, lo siento, hastasiempre, te quiero,
hinchas del Atleti, gángsters de Coppola,
Verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía.
La sed y la rabia, el ruido y las nueces.
Tenemos el agua y, dos veces al día.
El santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes,
Lennon y Mccartney, Gardel y Lepera.
Tenemos horóscopos, biblias, coranes.
Ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas
De islotes son nombre ni ley ni rutina,
Tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos.
Retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.
Más de 100 mentiras. Joaquín Sabina