Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años, puebla un espacio de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
J.L Borges
Ahora que ya acabamos de entrar de lleno en el verano y las noches son larguísimas y las fiestas se multiplican por doquier, una tiene que aprender a racionarse a no decir a todo que si, por que el cuerpo ya no es el que era, y necesita sus horas de descanso y porque, hay demasiadas actividades para una persona humana en Paris.
Ante esta decisión, he estado pensando cual son mis fiestas (o celebraciones) favoritas y he decidido elaborar una lista. Por supuesto, es una lista completamente subjetiva y está totalmente sesgada, ahí va:
1. San Lorenzo: Fiestas de Huesca. Del 9 al 15 de Agosto. Aquellos que vienen por primera vez, vuelven y repiten… Porque… no hay nada inigualable. El ambiente de coleguismo que se respira durante una semana, mezclado con ese aroma de albahaca que envuelve la ciudad, la música, las jotas, los cafés, el blanco, el verde… Es inigualable. ¡Viva San Lorenzo!
2. Sant Jordi: Día del libro. Sobre todo en Barcelona. 23 de Abril. Ya hemos hablado muchas veces por estos lares de esta fiesta… Pero sobre todo va sobre libros, primaveras, y conversaciones de literaturas durante un día entero… Inigualable.
3. Fête del Musique: 21 de junio. Francia. Esta fiesta –siempre el 21 caiga en el dí que caiga entre semana-, es un día para empacharse música a cada cm de la ciudad francesa en la que habite. Desde primera hora, hasta las 12 en punto de la noche (si cae en sábado más), Francia entera acoge a todo aquel que quiera tocar música y en cualquier rincón, puedes asistir a un concierto divertidísimo, o descubrir un grupo que te encantará.
4. Sant Joan: Noche 23 junio. Sobre todo en Cataluña. Esta fiesta, que anuncia la llegada del verano y, existen muchas versiones a lo largo de la rivera mediterránea. Se asocia con el renacimiento, el fuego que quema todos los deseos que queremos que se cumplan en este nuevo año y el agua, que purifica todo lo menos bueno que puede haber ocurrido. Por supuesto, como es una de las noches más cortas, hay mucha luz, calor, amigos, guitarras y olor a verano.
5. Carnaval: Entre febrero y marzo dependiendo de Semana Santa. Sitio: Huesca, Sitges, Cádiz (en mi caso preferibles a Tenerife o Río de Janeiro)… Una de las fiestas más conocidas a nivel mundial y quizá más antigua, es una ocasión inigualable para hacer algo de teatro, convertirte en un personaje por una noche, y reír, beber y disfrutar con amigos.
Bueno, y lo dejo aquí. Me vienen muchas otras a la cabeza: La Bastilla francesa, el Picnic Day de Davis, la Bay of Breakers de San Francisco, las cruces de Granada, etc… Con tanta fiesta, apetece cogerse vacaciones ya e ir calentando motores, pero… habrá que esperar todavía. Eso sí, estoy convencida de que el futuro nos depara nuevas e increíbles celebraciones.
A la luz de tus antiguos fracasos, tus errores de juicio, tu falta de capacidad para entenderte a ti mismo y a los demás, tus decisiones impulsivas e imprevisibles, tus meteduras de pata en cuestiones del corazón, resulta curioso que al final hayas tenido un matrimonio que dure tanto tiempo. Has intentado averiguar las razones de ese inesperado vuelvo de la fortuna, pero nunca has podido hallar la respuesta. Una noche te encuentra con una desconocida y te enamoras de ella; y ella de ti. No lo mereces, pero tampoco lo desmereces. Simplemente ocurrió, y nada puede explicarlo salvo la buena suerte. Diario de invierno. Paul Auster
Y una vez más, me vuelvo a maravillar con la absoluta perfección que los humanos alcanzamos en ciertos momentos puntuales de la vida. En efecto, he vuelto a ser tía, no una, no dos, sino tres veces. La novedad es que esta vez se trata de una niña, María. Aunque todavía no la conozco –esta vez me ha pillado en un congreso en Laussane-, ya he visto un retrato de esa carita de mofletes marcados, sus ojitos, sus deditos, su naricita… Y ya he vuelto a alucinar. Y ya sé que la quiero irremediablemente.
Somos fábricas de perfección. Somos capaces de manufacturar, macerar y traer a un mundo –si, algo caótico en este momento, pero lleno de cosas increíbles también- personajes tan minúsculos que ya tienen un club de fans desde su primer minuto –e incluso antes-. Poseemos el poder más impresionante de todos, el que de tanto verlo cotidianamente, ni nos inmutamos. Somos creadores de milagros –llorones al principio, pero milagros, al fin y al cabo-. De esos que –como me contaba ayer mi sobrino Leo- sale de la tripita, y pum, te trae un regalito.
María, bienvenida a esta familia que hará todo lo que esté en su mano para te encuentres a tus anchas, mejores condiciones no se me ocurren. Un beso suavecito, combinado con toneladas de amor desde aquí.
Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente mis nervios y balanceó con cuidado el número de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyectó con ella para que irrigara
todo mi cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo que creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli, Y Dios me hizo mujer
Uno tiene derecho a la alegría. A veces es humo o es niebla o es celaje. Pero detrás de esas demoras ella está, esperando. Siempre hay una hendija del alma por donde la alegría asoma sus despabiladas pupilas. Entonces el corazón se vuelve más vivaz, se extrae de su quietud y es casi pájaro. Mario Benedetti. Vivir adrede.
Este mes de mayo, encontrándome en París, revisando las páginas de “París no se acaba nunca” fui un día con mi amiga Myriam a Nantes, en el TGV, con la intención de asistir a una conferencia sobre la posibilidad de vengarse de las páginas que te han transformado irremediablemente.
Los libros… Ese conjunto de personajes, livianos entre lo real y lo que es real en nuestra irremediable irrealidad -si real es un calificativo que signifique alguna cosa, en cualquier caso-; que no dejan de deslizarse despacio por las ranuras de nuestros pensamientos y nos acaban manipulando a su antojo, hasta el punto de obligarnos a amordazar nuestros propios impulsos, me la acababan de jugar una vez más. De nuevo no sabía si se trataba de luz o de claridad, pero juraría que Myriam había tecleado que su adorado Enrique -a quien me había descubierto no hacía mucho tiempo, con un libro que ella misma me había prestado de su biblioteca particular- contaba en el nuevo libro que ahora ella devoraba una estancia en Nantes.
Esa sensación de marioneta raquítica. La sensación de que alguien más allá de ti movía sus dedos para confirmar, balbuceante y algo desconcertada, que -por alguna extraña coincidencia del destino- tú estabas leyendo tu último regalo de Sant Jordi que te había obsequiado un amigo que nada tenía que ver con esta historia, y en él, el tal Enrique también relataba su viaje a Nantes, esta vez a hablar sobre la ironía.
Irónicamente, Myriam seguía escribiendo: Y, a finales de Mayo, un tal Enrique Vila-Matas da una charla en Nantes. ¿Compra? Compra. No hubo más que hablar. Eramos presa del destino, de un destino liderado por libros caprichosos y amenazantes que nos usaban a su antojo. Ahora éramos nosotras, esos dos monigotes, los que tomaban el tren del 29 de Mayo rumbo a Nantes, a ver al tal Enrique y sus páginas traicioneras.
Malditos libros manipuladores. Habían conseguido su objetivo: ser parte de una historia más compleja donde ellos -con su afán de protagonismo- estaban englobados. En los que, secundariamente, Enrique, Myriam y yo misma tomábamos trenes a Nantes para asistir a conferencias donde se hablaban de un libro en el que unos libros grandilocuentes y engreídos convencían a dos chicas para asistir a una conferencia en Nantes de un tal Enrique Vila… Demasiado borgiano para mi gusto, tengo que decir.
Sin embargo, aquí estamos. Enrique, Myriam y yo misma. En Nantes. ¿Libros asesinos? Puede. ¿Asesinas ilustradas? Nadie te ha dado vela en este entierro. No quieras participar en esta juerga. Ahora tú, tan sólo dinos cómo piensas bautizar a esta nueva criatura.
Dedicado, con todo nuestro cariño, a "... ¿Enrique?..." y todos esos libros que nos han perseguido hasta la saciedad. Un besazo desde aquí, Myriam, y gracias por este fantástico viaje de groupies literarios que nos hemos marcado.
En estas páginas hay espacio para la reflexión, las bitácoras, los viajes estelares y los terrenales, las experiencias compartidas y todos aquellos instantes que hacen cada sitio, cada momento de nuestra vida, un lugar inolvidable. Bienvenid@.
We do not grow absolutely, chronologically. We grow sometimes in one dimension, and not in another; unevenly. We grow partially. We are relative. We are mature in one realm, childish in another. The past, present, and future mingle and pull us backward, forward, or fix us in the present. We are made up of layers, cells, constellations.
Anaïs Nin