Entonces Sara sonrió por dentro, sin curvar sus labios en un gesto que habría podido parecer indecoroso, y esa sonrisa extraña, incompleta, interior, armada incluso con matices amargos, descontentos, como el conocimiento del que había brotado, encontró un camino para echar a volar, para quedarse flotando en el aire denso e indeciso que había sucedido a la tormenta.
Almudena Grandes. Los aires difíciles.
Libre... ¡Qué canción tan hermosa!Como las palabras de Almudena... ¡Un saludo, Timonera!
ResponderEliminarLuz: ¡Gracias, linda! Un abrazo.
ResponderEliminarMagnifico blog, me ha hecho viajar mentalmente a muchos sentimientos que tenía escondidos. Gracias de corazón.
ResponderEliminarCésar Álvaro: Me alegro mucho de haberte hecho viajar un poquito. Muchísimas gracias a tí por tus amables palabras y por pasarte por aquí.
ResponderEliminar