jueves, 28 de julio de 2011

RUIDOSO

Como ya hemos hablado en alguna ocasión, Sabina sabe como nadie, narrar los hechos más cotidianos de la manera más rotunda. Hoy me ha revelado, a modo de susurro en el oído su versión de los hechos. De su gran sabiduría y genialidad con forma de poesía de voz rasgada me quedo con dos de sus hipótesis: demasiado ruido no nos deja escuchar el auténtico ruido y todos los finales, son el mismo repetido.



Ella le pidió que la llevara al fin del mundo,
él puso a su nombre todas las olas del mar.
Se miraron un segundo
como dos desconocidos.
Todas las ciudades eran pocas a sus ojos,
ella quiso barcos y él no supo qué pescar.
Y al final números rojos
en la cuenta del olvido,
y hubo tanto ruido
que al final llegó el final.
Mucho, mucho ruido,
ruido de ventanas,
nidos de manzanas
que se acaban por pudrir.
Mucho, mucho ruido,
tanto, tanto ruido,
tanto ruido y al final
por fin el fin.
Tanto ruido y al final...

Hubo un accidente, se perdieron las postales,
quiso Carnavales y encontró fatalidad
porque todos los finales
son el mismo repetido
y con tanto ruido
no escucharon el final.
Descubrieron que los besos no sabían a nada,
hubo una epidemia de tristeza en la ciudad.
Se pisaron las pisadas,
se apagaron los caminos,
y con tanto ruido
no se oyó el ruido del mar.

2 comentarios:

  1. qué grande Sabina, poeta donde los haya... jajaja, no había leído la cabecera y mi comentario iba a ser otro: "oyeeee, que eso es de Sabina!"
    saludos desde el maestrazgomagico.blogspot.com
    RAUL

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  2. Raul Rentero: Muy grande, si señor... Pero hubiera sido una presunción demasiado grande intentar agenciarme una de sus obras de arte… Jeje.

    Bienvenido por estos lares y gracias por presentarme los tuyos.

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