sábado, 30 de junio de 2012

FELIZ VERANO

Desde aquí, nos damos permiso para comenzar a devorar el verano. Para empezar a desgranar los minutos en infinitos momentos de risas, juventud, alegría, locuritas, excesos y sueños. Para dejar los dolores bien guardados en el cajón y bebernos lo dorado y lo resplandeciente que tiene ser quienes somos. Para agotarnos en extremo y recuperarnos en otros extremos. Para saltar, broncearnos, estirar los amaneceres, bailar, sumergirnos y reírnos de nosotros mismos. En una palabra: para vivir. Feliz estío.



No me arrepentí nunca, ni aquella noche, ni al día siguiente, ni en los días sucesivos, y nunca he estado tan segura de hacer las cosas que tenía que hacer, ni de hacer las cosas bien, aunque otras sombras, agazapadas en los pliegues de aquellas horas que inflaron el verano como si fuera un gigantesco globo capaz de vestir el cielo y de contenerlo al mismo tiempo en su interior, escapaban con frecuencia a mi control y emprendían un crecimiento frenético que multiplicaba miles de veces su tamaño, hasta desbordar en todas las direcciones el espacio reservado a los remordimientos comunes y seguir extendiéndose, imparables, para bordear las fronteras de un territorio sobre el que yo no poseía ningún dominio.

Almudena Grandes. Malena es un nombre de tango.

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