Una de mis grandes preocupaciones es el intentar vivir mi vida lo mejor posible. No en términos de que todo sea fantástico –fama, poder, dinero, belleza-, pero sí que esté de acuerdo con mis principios y acabe dando la mayor cantidad de cosas que realmente son importantes para mí: amigos, amor, trabajo agradecido, salud. No para los demás o por el qué dirán, sino por mí misma. Por no llegar a tener ochenta años y percatarme de que había dejado de hacer lo que quería hacer en la vida. Que había dejado de correr tras mis sueños. Creo que no soportaría aceptar que no me atreví a hacer esto o lo otro, que me dí cuenta de los errores y no hice nada para remediarlos, que no aposté por aquello que me hacía feliz, sino por lo que las convenciones marcaban.
A veces, observo con asombro que existe una gran masa de gente que no tiene semejantes preocupaciones, que no le importa tanto ese sentimiento de honor de vida coherente, sino que preferencia la comodidad y la practicidad ante todas las cosas. A veces, me pregunto si le estaré dando demasiada importancia a la vida. Milan Kundera ya nos decía en la "Insoportable Levedad del Ser":
"No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro."
Así que parece que hay dos maneras de entender nuestra existencia: como un gran proyecto en si mismo donde hagamos la mejor actuación estelar que quepa dentro de nuestras posibilidades, o relajarnos en ese asunto de honor post-mortem –totalmente inútil por otra parte- y dedicarnos a hacer de nuestra vida un lugar sin demasiadas metas, pero definitivamente cómodo.