Hoy, rebuscando un poco en la web, he estado descubriendo numerosos sketches de los Monty, a cual más divertido. Lo cierto es que daban mucha envidia. Un grupo de amigos que se lo pasaban genial haciendo reír al mundo –y con duración indefinida- y que, además, fueron rompedores, desafiaron las normas, se arriesgaron y ganaron. Creo que esto se resume muy bien en el funeral de Graham Chapman, el auténtico Brian.
Ojalá todos vayamos aprendiendo a tomarnos las cosas un poco menos seriamente, a disfrutar más la vida, los amigos y sobre todo, y muy importante, a reírnos de nosotros mismos, condición imprescindible para nuestra salud mental.
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