Si, lo reconozco, soy algo hiperactiva –especialmente a nivel mental-. Me encanta leer varias cosas a la vez: una novela que veas crecer a través de su hilo conductor, un ensayo que te invite a reflexionar, una buena poesía que te haga acabar el día con un toque de belleza… o un buen cuento.
Los cuentos son de las cosas más agradecidas para cuando no tienes mucho tiempo: te empapas de una historia, te presentan a unos ilustres seres –muchas veces de los que te atrapan el alma y no te la sueltan en mucho tiempo-, les acompañas en una aventura y te despides unos minutos más tarde con el corazón encogido, con el aliento congelado, con una alegría risueña, maravillada con una visión distinta…
Hace un par de días, me terminé un libro de cuentos fantastiquísimo de una grande: la gran Almudena Grandes. El libro se llama: Modelos de mujer y consiste en siete relatos protagonizados por, como bien indica el título, mujeres. En sus páginas las hay de todo tipo: mujeres fuertes – un clásico en sus historias-, débiles, egoístas, soñadoras, melancólicas, inteligentes...
En particular, os recomiendo tres de estos cuentos que me han parecido sublimes: Malena, una vida hervida; El vocabulario de los balcones y Modelos de Mujer. Los tres son relatos que desbordan humor y tremendamente impactantes. Temas como los prejuicios, los complejos, las obsesiones, los transtornos de la alimentación, el amor –y su ausencia-, la infancia, la crítica social… son los ingredientes de estas historias. Y vosotros, ¿cuales son vuestros cuentos predilectos?
Mientras tanto, ella había empezado ya a asignar un sabor y un olor determinados a cada persona, y se esforzaba por recordarlos con precisión cada vez que se tropezaba con cualquiera de sus portadores. Su madre sabía a tarta de limón con merengue tostado por encima, su padre a callos recién hechos y un poco picantes, su hermano mayor a besugo asado a la espalda, con mucho ajo...
Malena, una vida hervida. (Modelos de Mujer). Almudena Grandes.