Increíble pero cierto. Volvemos a cumplir un año más de existencia. La verdad es que debemos estar madurando porque los años timoneros han volado. Parece imposible que hoy completemos cinco enormes años desde aquella vez que, en el inmenso paraje californiano decidí calzarme un Timón y comenzar esta aventura.
Si bien este blog ha pasado por muchas etapas, ha acabado desembocando en una especie de cajita de los recuerdos de latón con algunas reflexiones, pedazos de arte y múltiples fotos de vosotros: los queridísimos lectores habituales, los que aparecisteis un día y ya no volvisteis y ese puñado de gente nueva interesantísima que os asomáis tímidamente de vez en cuando.
En esta sexta vuelta al Sol que empezamos hoy, se anuncian numerosas marejadas. Un fin de etapa en Granada, un comienzo fulminante en tres meses en París. Cambio de aires, de vida, de gente y de costumbres. Sin embargo, también llevaros el bañador: las predicciones anuncian una gran calma después de la tormenta. Disfrutémoslo todos juntos.
A todos los pasajeros y casi residentes de este barco, muchas gracias, el crucero por la vida no es siempre una tarea fácil, así que un placer compartir el paisaje y numerosas olas con vosotros.
Se le dibujó la misma sonrisa algo suplicante que yo había conocido, el mismo encanto de entonces, de cinco años atrás, un encanto no contaminado por nada, pleno de ese candor con el que algunas personas atraviesan todas las edades de la vida, tan raro en los hombres, y que les suele hacer vulnerables con las mujeres y presas fáciles del sufrimiento sentimental.
Lo que me queda por vivir. Elvira Lindo
Bueno, Timonera, pasan los años y uno tiene ganas de seguir escribiendo. Eso está bien. Creo que a todos los blogueros nos da un bajón de vez en cuando. Pero es droga dura, no lo intentes mucho: el síndrome de abstinencia acecha.
ResponderEliminarCreo que tu blog merece más comentarios y seguidores de los que tiene. Pero eso es algo que tampoco hay que buscar alocadamente. A veces me tropiezo con algunas bitácoras que se vanaglorian de seguidores y en ellas todo es vaciedad feisbuquera, frases brevísimas y tonterías para exportar. De la ortografía ni hablamos.
Cuando vayas a París no dejes de visitar el Père Lachaise. Tengo ganas de volver; sé que lo haré.
Atticus: Querido Atticus, muchísimas gracias por tus palabras. Ahora soy yo la que intento averiguar cómo se sonroja un blog.
ResponderEliminarLo cierto es que si bien me gustaría saber que hay más gente al otro lado a la que puede servir de algo lo que aquí acontece y de paso tropezarme con sorpresas tan agradables como tus comentarios, creo que lo que me hace seguir escribiendo aquí, públicamente, es el ritual de tomar un tema que da vueltas por mi cabeza, modelarlo e intentar plasmarlo - con más o menos acierto-. Así también gano una especie de diario mental al que me gusta volver, de vez en cuando.
En cuanto a París, volveré a Père Lachaise sin lugar a dudas, muchas gracias por la recomendación. También he descubierto hace poco este artículo, que tengo muchas ganas de poner en práctica. Si vuelves por ahí, no dejes de avisarme (tomaeltimon gmail com).
Un abrazo
No está entre mis proyectos a corto plazo, pero ya que invitas, si voy te aviso. Soy muy malo con los idiomas, pero en francés aún me debrouillo.
EliminarNo dejes de escribir, y de hacerlo con elegancia y corrección. No soporto esa gente que cree que todo lo que dices es valioso y que cualquier modo de decirlo es correcta.
Atticus: Si vas por ahí a partir de Enero y durante los dos próximos años, ahí estaré -con alta probabilidad-.
ResponderEliminarSeguiré escribiendo -eso es algo que no tengo mucha elección, me temo- todo lo mejor que pueda, desde luego. Para mí, antes de ser valioso para los demás, debe serlo para mí. Al fin y al cabo todos somos libres de dejar de leer si algo no nos interesa, ¿no?
¡Felicidades! Mi más sincera enhorabuena a todos los lectores.
ResponderEliminarY a ti... sigue escribiendo. Es una orden.
HombreRevenido: ¡Gracias! y... ¡si, señor! :)
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