Los que me conocéis sabéis que me gusta fijarme en las casualidades, en aquellas cosas que se repiten, en las cosas que no tendrían porque pasar de la misma manera, pero lo acaban haciendo… Lo que muchos llamarían supersticiosa y yo llamo
esoqueprovocarespeto.
Por ejemplo, me pasa mucho con las fechas –porque también es verdad que siempre he tenido una memoria de elefante para ellas-. Recuerdo hace unos años, cuando volvía a casa para las fiestas de Navidad desde EEUU un 16 de Diciembre, ataqué un libro de Rosa Montero llamado
La Función Delta que ella escribió en 1981 y donde la historia ocurría en el año 2010, si no recuerdo mal. Cuando faltaba una hora para nuestra llegada a España y apenas diez páginas de libro, mis ojos llegaron a las líneas finales en donde se leía que el protagonista moría el 16 de diciembre de 2010. Justamente el día en que yo estaba leyendo esto. ¿No os parece demasiado fuerte? No tuve otra más que escribirle un correo a la autora y contárselo.
Otro caso curioso relacionado con las fechas es que, hasta ahora, he trabajado en tres sitios diferentes en mi vida. En los tres sitios me anunciaron el mismo día, un 16 de Enero del 2004, 2008 y 2013 respectivamente, que me habían dado el puesto. ¿Cómo os quedáis?
Y la última anécdota misteriosa es algo que empezó a ocurrirme hace dos años y medio cuando volví a España desde EEUU. En cuestión de dos o tres meses, me encontré unas diez o doce cartas de baraja en diferentes sitios de la geografía española. Ahí estaba la carta, tirada en el suelo, a veces mojada, a veces rota, cada carta de un mazo diferente, de barajas españolas o francesas… Después de ese tiempo, desaparecieron. Ya no volví a encontrar ni una más. Nunca supe qué explicación darle a ese fenómeno, así que las estuve llevando en el bolso durante más de dos años religiosamente –qué se yo, me gustan los bolsos grandes-, hasta que hace un par de meses las perdí –quizá con la mudanza-.
Lo curioso del caso es que el día de Navidad pasado, salí a hacer algo de deporte por la mañana antes de la comida y cuando ya llevaba un rato, me encontré, ahí, tirada en el suelo… una sota de espadas. Ya un poco de respeto –sino
miedito- da, ¿no? Bien, pues no os alarméis. Según Internet, encontrarse una sota de espadas significa es lo siguiente:
La Sota de Espadas posee una inteligencia ágil y perspicaz. Es tremendamente observadora y analítica. Pasa por el tamiz de la lógica y la razón cualquier situación o emoción que pueda sentir. Jamás se deja arrastrar por impulsos, piensa detenidamente las cosas antes de hablar o actuar. Tiene un carácter firme y una personalidad muy bien construida. Busca ser independiente y autónoma en todos los sentidos: emocional, intelectual y económicamente. Se destaca por la gran confianza que tiene en sí misma, por tener una enorme capacidad de decisión y acción. Necesita perseguir metas elevadas, pues los retos son un estimulante para ella. Básicamente centra sus objetivos en el mundo intelectual. Es una apasionada de los estudios y de las profesiones que requieren un esfuerzo mental.
Este naipe anuncia una etapa llena de orden y equilibrio en todos los aspectos.
Se empiezan a materializar los proyectos que teníamos en mente. Están muy bien orientados y las decisiones que tomamos son las correctas. Es cierto que nos toparemos con pequeños inconvenientes, pero sabremos hallar numerosos caminos de salida. Pronto recogeremos el fruto de nuestros esfuerzos.
Vamos, ahora mismo firmo. Así da gusto sentirte
Truman en pleno show. Una ya esta ansiosa de que llegue la próxima temporada. Os mantendré informados.