Una de las cosas geniales de vivir –y no visitar- un país que no es el tuyo es que puedes formar parte de las costumbre y tradiciones de él como si fueras una más. Eso, y otro tipo de pequeños detalles como que de vez en cuando te paren para la calle como autóctona del sitio para preguntarte donde cae el sitio tal o cual, que el panadero que te vende el pan todos los días te salude con un “Bonjour madame” cuando te encuentra por la calle, que puedas ver el futbol con un grupo de franceses con naturalidad o que puedas visitar sitios mega-turísticos un martes por la mañana sin un alma a la vista, provoca una satisfacción innata como de haber crecido un poco de raíces.
Estas fechas –en torno al solsticio de verano o a la noche más corta del año- me han sorprendido en varios aspectos. En primer lugar: ¡anochece a las once de la noche! Pasadas las diez de la noche, todavía hay tanta luz que puedes leer un libro en plena calle. Los que han vivido en países de latitudes muy altas, no se inmutarán con esto, pero a mí, me resulta maravillosa esta elongación inesperada de los días pre y post veraniegos. Por otra parte, me ha sorprendido que, al estilo de celebraciones muy nuestras como pueden ser Sant Joan, haya una gran fiesta en toda Francia para celebrar el día más corto. Esta fecha es hoy: día 21 de junio -caiga cuando caiga- y se celebra con la llamada Fete de la Musique. La ciudad entera se llena de conciertos en todos sus rincones, los medios de transporte están abiertos durante toda la noche y la gente se dedica a salir a las calles a disfrutar la luz, la alegría, la música y el calorcito. Además, en el trabajo se realiza una barbacoa con música para todos los trabajadores, que sólo ocurre otra vez más en el año, antes de Navidad.
En fin, que esta costumbre de celebrar que el Sol llegó a un punto concreto de su órbita me parece sublime y creo que es mucho más interesante que cualquier otra conmemoración. Por mi parte, aunque seguiré haciendo mi ritual de fuego y agua el lunes, hoy me lanzo de cabeza a las calles como un parisina más, a emborracharme de música y de belleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario