Por el contrario, yo me declaro una empedernida del trazado de planes. A pequeña y gran escala. A escala de horas y escala de meses. Y es que me gusta saber a donde me dirijo. Saber como puedo encauzar mi vida hacia aquello que yo –y nadie más que yo- quiero. Adoro la satisfacción inigualable de, una vez alcanzado tu objetivo, poder echar la vista atrás y visualizar cómo hemos encaminado los pasos hacia una meta y cómo nos hemos acercado a ella, aunque quizá no haya sido por el camino más corto.
Y creo que ésa es la clave para reconciliar mi afán de planificación con sus detractores. El hecho de trazar un plan, no implica que se haya de llegar por el camino más corto, sino el que nos reporte más beneficios por el camino -cosa imposible de saber a priori-. Es algo similar a jugar al Risk o a Ticket to Ride -desde aquí os los recomiendo vivamente-.
Así, trazar un plan implica impulso y dirección. Implica reflexión prematura para escoger, consciente y serenamente cual es el objetivo que te interesa. Implica definir un plan inicial –acompañado de segundos planes, en caso de cambios inesperados o tempestades en el camino- de alcance del objetivo deseado. Y finalmente, implica que vas a comenzar a andar por ese camino pero que la vida quizá te hará hacer rodeos, modificará tus expectativas y en muy escasas ocasiones eliminará tu objetivo -pero quizá entonces ya hayas encontrado un objetivo más interesante-.
En otras palabras, planificar no tiene nada que ver con rigidez. Es simplemente saber qué queremos a cada momento –grandes y pequeños objetivos-; tomar conciencia de a donde vamos, escogiéndolo libremente y, finalmente llenarlos los bolsillos de pequeños útiles que usaremos en un -más o menos- ambicioso camino.
Tampoco yo veo contradicción. Es más, dicen los monologuistas que la mejor improvisación es un buen guión. Yo estoy de acuerdo. Muchos adalides de la espontaneidad no saben por donde se anda, el criterio no lo han perdido porque nunca lo tuvieron, de manera que van dando bandazos por la vida. Eso sí, espontáneamente...
ResponderEliminarTengo un amigo que me decía que el único modo de encontrar tiempo para el sexo con la vida que llevamos es planificarlo, prepararlo, desearlo, reservarle su rato y sus ritos. Al principio me reí, pero cada vez más creo que tenía razón...
Atticus:Verdad absoluta la que afirman los monologuistas. Sólo despreocupándote del camino puedes encontrar creatividad para los pequeños detalles.
ResponderEliminarNo había pensado la aplicación de la planificación al sexo pero, ¿porqué no? No es más que una dimensión más de la vida. Me pregunto si esta planificación en un espacio tan corto de tiempo dejará espacio para la improvisación.
Los ultimos dos años de mi doctorado, cuando ademas ya estaba "planificando" mi vuelta del mundo (que finalmente fue solo una mini-mini vuelta ;-p), siempre tenia delante mi pantalla esa frase:
ResponderEliminar"Los obstaculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta" (Henry Ford).
Nada mas cierto, cuando mas quieres alcanzar una meta, menos obstaculos ves por el camino. En este sentido estoy de acuerdo con el "superpoder de la planificacion". Sin embargo, la idea de "trazar un plan" sigue sin convencerme, eso si me resulta rigido, como si esa traza negro-sobre-blanco-en papel no tenga en cuenta el entorno, la gente que te rodea en ese momento, las emociones, y sobretodo de la intuicion, la improvisacion...
Pero, si como tu dices, junto al plan A (inicial), seamos capaces de asociar otros dos o tres planes igualmente interesantes y/o ambiciosos para nosotros, y estemos abiertos a posibles cambios de rumbo, conscientes que la creatividad reside en los cambios: "viva la planificacion!".
Un "super" abrazo!
Gabriella: Me gusta esa frase, pero yo la reformularía como algo así como: "La felicidad (o la alegría, o la belleza, o las cosas buenas) son esas cosas que te esperan hacia el camino de tu meta" :)
ResponderEliminarCreo que tú eres del tipo de personas que hablo en el primer párrafo, aunque veo que también estás (parcialmente) de acuerdo con mi definición de planificación.
Creo que la única discrepancia en nuestros razonamientos viene de que el plan inicial que una diseña -porque es lo que más quiere, al menos en ese momento-, hay que intentar conseguirlo con todas las fuerzas -cueste el tiempo y el esfuerzo que cueste-, excepto si se demuestra que es imposible. El camino ayudará más o menos, pero la voluntad de conseguirlo es una fuerza a la altura de muchos cataclismos naturales.
¡Bienvenida y muchas gracias por comentar!
Abrazos.
Si..soy (parcialmente je je) el tipo de personas del primer parrafo...
ResponderEliminarPero atencion, yo tambien creo firmamente en el "poder" de la fuerza de voluntad. Que si queremos conseguir algo, "a por el!". Creo simplemente que es bueno y sano, en general, ser capaces de ponerse en cuestion en cada modento, como herramienta de apprendizaje.
Toda sciencia, incluso de la mas rigurosa, tiene su margen de error...
Ps: muchas de nada!Gracias a ti por compartir con nosotros tus pensamientos! :)
Gabriella: Si en el fondo, me da la impresión que decimos lo mismo... :)
ResponderEliminar¡Gracias por comentar de nuevo!