Ahora podemos entender mejor el abismo que separaba a Sabina de Franz: él escuchaba con avidez la historia de su vida y ella lo escuchaba a él con la misma avidez. Comprendían con precisión el significado lógico de las palabras que se decían, peor no oían en cambio el murmullo del río semántico que fluía por aquellas palabras.
La insoportable levedad del ser. Milan Kundera
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