viernes, 15 de noviembre de 2013

FRONTERAS HUMANAS



Se aprende mucho estudiando la naturaleza humana.. No es que me guste hacer deliberadamente experimentos previamente planeados con las personas, porque, entre otras cosas, no creo que se deba hacer algo que no te gustaría que se te hicieran a ti. Sin embargo, a veces la vida se encarga de realizar un experimento sólo para tí y te planta los resultados delante de tu cara para que aprendas del comportamiento humano.

Una de las situaciones que me he enfrentado estos días ha sido una situación extrema y continua de estrés, ante la cual he observado tres comportamientos diferentes. En primer lugar, existe gente que decide cargar un peso tremendo sobre sus hombros sin importar lo que hagan los demás, por voluntad propia, porque creen en la causa del estrés, lo cual les hace tremendamente respetables y el posible mal humor que los nervios y el cansancio pueden provocar es 100% perdonable. Como contrapartida, estas personas son, por su carácter bondadoso, altamente influenciables y maleables. Por otra parte, existe los que deciden cargar mucho peso por compromiso y, como consecuencia, se preparan para juzgar a los demás si deciden no hacerlo o incluso, forzarles a actuar de la misma manera que ellos bajo pena de crear un vacío, hacer sentir mal, culpabilizando o adoptando un papel de víctima. Finalmente, existen los individuos que deciden no hacer suyo esos problemas y se desentienden de todo y de todos, haciendo lo que mejor le parece para su bien. Este comportamiento es, desde luego el más sincero bajo mi punto de vista, mucho más preferible al anterior ya que se basa en un "cuida de ti mismo y sólo si tienes tiempo preocúpate de los demás”, algo totalmente respetable.

Si bien estos tres tipos de personas pueden parecer evidentes, a mí no me lo había resultado hasta ahora. Es bueno ser consciente del entorno y sus opciones –al igual que, por ejemplo, de las diferentes maneras de viajar-, para decidir cómo quieres actuar ante cada persona y como decides actuar ante la interacción con cada prototipo. En mi caso, lección aprendida.

Lo bueno de los experimentos –conscientes o no- es que siempre arrojan resultados, es cosa nuestra aprovechar la oportunidad y aprehenderlos.

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