Il y aura toujours un poèma
à regarder pour lutter.
Toujours devant toi ce son-là
pour te réveiller, t'endormir
au rythme d'un nouveau mode
à un rythme de fièvre, comme
la grêle et la pluie sur une pauvre
cabane au toit de tôle
et toi que tu le veilles ou non
au coeur de la tempête.
Il y aura toujours un poème
pour que tout soit dans le poème.
Choses présentes, passées, à venir.
Absentes ou visibles.
Tout cela présent dans le poème.
Il y aura toujours un poème. Mihàlis Pieris.
Así sonaba ayer el primer poema que escuché en esta genial
noche de la literatura en el Barrio del Marais parisino. De la mano del propio autor -en griego- y su traductora -en francés-, nos fueron desgranando una serie de poemas de su libro
Métamorphoses des villes. Tras ese primer autor, siguieron otros encuentros mágicos con escritores checos, rusos y portugueses. Casi siempre en su idioma original y traducción en francés.
Os puedo decir que fue una noche mágica. Todos escuchábamos hipnotizados las palabras que fluían en un idioma original completamente ajeno a nosotros, pero del que notábamos el acento, la intención, la melodía, la tonalidad... Después, en un delicioso ronroneo francés, el contenido se esclarecía un poco -aunque en mi caso, no absolutamente, pero eso también forma parte de la magia-. Y me encantó realizar el mismo experimento para comprobar el hecho de que la poesía es un fluido viscoso que comporta mucho más que significado y debería ser siempre que fuera posible, consumido en su estilo original.
En mi caso, la poesía es el género que más me engancha desde aquellas notas clave:
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Mi entorno está rodeado de poemas: en mi cartera, en mi puerta, en mi mesilla de noche. Esa especie de pastilla de chocolate negrísimo que puedes deshacer en tu lengua durante largos minutos mientras exprimes todo su sabor. Ese conjuro de palabras que pueden rescatarte de un abismo, darte un poco de luz, o encender la melancolía según sea el momento que lleguen. Esa alineación -más o menos perfecta- de palabras que son capaces de tocar los resortes adecuados de cualquier alma -sea de la nacionalidad que sea-.
Hola guapetina! que hacía alguna semana que no me pasaba por el blog con el estrés de estos últimos tiempos y me ha encantado leer 3 ó 4 posts nuevos todos juntos y ver qué bien sigues exprimiendo Paris. Mil besos
ResponderEliminarHola preciosina,
ResponderEliminarNo siempre me deja, pero si, somos buenas amigas ;)
Un besote y espero tus bitácoras de las Américas,