Cuando una se para a pensar en sus orígenes, en como escogí mi capa de Timonera y me puse al mando de este timón, recuerdo que lo hice con dos objetivos claros. En primer lugar, acababa de mudarme a un país extranjero, EEUU, y tenía miedo de que, al vivir en otro idioma, la práctica del castellano se fuera perdiendo: comenzara a perder vocabulario, a hacer faltas de ortografía y a decir anglicismos. Con un blog, me obligaba de cierta manera, a mantener en forma mis raíces lingüísticas. En segundo lugar, tenía la intención crear una especie de baúl de los recuerdos futuro en forma de pensamientos varios y diversas piezas de arte que -como decía Borges y cita la puerta de entrada de estos lares- han ido dibujando la imagen de mi rostro y esculpiendo gran parte de mi personalidad. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que escribiendo que es algo que siempre me ha ayudado a canalizar y ordenar mis pensamientos?
Con el tiempo –
hace nada que cumplimos 6 años ya-, descubrí que tener este pequeño proyecto era mucho más importante que estas dos meras razones y, a pesar de que mi etapa estadounidense acabó tres años después de la apertura de estas puertas -poniendo rumbo a España y posteriormente a Francia-, decidí seguir escribiendo. Principalmente porque disfruto, pero también porque a veces creo que hago disfrutar a otros, y esa faceta totalmente inesperada me encanta y se ha convertido en un tercer objetivo de este blog.
Este navío ha ido recogiendo pasajeros en muchos destinos. Algunos os conocía de hace mucho tiempo, otros sois nuevos viejos conocidos. Algunos os pasáis aquí asiduamente y comentáis; otros, me leéis –lo se porque luego me lo decís en persona- pero no os atrevéis a decir nada y, finalmente, existen pasajeros de una sola noche que visitan, comentan y nunca más vuelven a pisar estos mares. A todos vosotros, os doy las gracias por tomaros el tiempo de leerme. Sin embargo, como comentaba el
gran Atticus el otro día en su blog, es importante saber que hay alguien al otro lado, que estas palabras no caen en saco roto, que llegan, que son recogidas. Por eso, desde aquí hago un llamamiento a que comentéis y compartáis.
Además de esto, y para ponéroslo más fácil, he creado una cuenta de Facebook a este blog para que sea más fácil llegar a aquellos que no tiene la costumbre de leer blogs y se manejan mucho mejor en las redes sociales.
Aquí podéis adheriros para que os vaya contando también por esa vía lo que se tercia entre timones. También podéis encontrar un enlace permanente en la columna de la izquierda. Cierto es que yo he sido muy reticente al uso de este aparejo, pero como la vida es pura evolución, con el paso del tiempo he descubierto que, esta herramienta bien usada, puede tener resultados muy positivos, así que ¿porqué no intentarlo?.
Lo cierto es que no tengo ni idea de cómo afectará esto a las líneas futuras. Quizá el hecho de sentirme demasiado observada me cohíba y me haga volver a las cavernas, quizá conozca una dimensión desconocida oculta tras las nuevas tecnologías que me lleve a rumbos completamente inimaginables –como si de una Alicia de Carroll se tratara-, el caso es, que
el que no arrisca, no pisca y probarlo suele ser la única manera de saberlo. Así que, nos vemos aquí, allí y donde nos plazca.