A mí siempre me pareció que las matemáticas se aproximan mucho a describir todo esto –en particular, la descripción del universo y los objetos que lo contienen, que es en lo que tengo más experiencia-, pero nunca existe un modelo perfecto. Siempre aparece una hay una dispersión, un ruido intrínseco entre lo que modelamos con las matemáticas y lo que medimos.
Por otra parte, todo lo que aprendimos en la carrera de matemáticas era un juego mental, un maravilloso ejercicio de lógica donde, partiendo de un mundo que nosotros creábamos, con unas reglas diseñadas para éste, todo tenía sentido y era perfecto. Era como escribir una novela policíaca en la que todo tenía una demostración a posteriori. Sin embargo, todo esto radicaba en nuestro intelecto, era un mundo mental que parecía sólo existir en nuestros pensamientos. Por eso siempre me sorprendió esa tremenda pretensión de que ese puro juego de diseño mental podía explicar todo lo que observábamos. ¿De nuevo una muestra más de egocentrismo humano?.
Cuando he comentado esto con mis colegas, muchos me han dicho… ¿Y qué se te ocurre entonces para explicar el universo? A lo que yo siempre respondo: algún tipo de herramienta que no somos capaces de dominar, o que no hemos dado con ella todavía… ¿Porqué nosotros, unos muñequitos viviendo en la faz de un planeta infinitesimal deberíamos tener la posesión de la receta del universo, de toda la sabiduría? Por fortuna, hace días llegó este vídeo a mis manos:
Nota: El paisaje de arriba está generado matemáticamente usando geometría fractal. Más información aquí.
Todo lo que aquí recoges es una cuestión que a mí también me ha inquietado mucho siempre. Y tu pregunta "¿Por qué nosotros, unos muñequitos viviendo en la faz de un planeta infinitesimal deberíamos tener la posesión de la receta del universo, de toda la sabiduría?" la comparto absolutamente y a su vez me genera una gran incertidumbre... porque siempre que la formulo me siento como una especie de pelele sujeto a lo desconocido que, en el fondo, es lo que somos. Quizá por ello esa necesidad de conocer, de controlar, del ser humano... para sentirse más tranquilo, seguro... Muy interesantes los enlaces que colocas, Timonera. ¡Gracias por compartirlos! :)
ResponderEliminarLuz: Celebro que ésta duda existencial sea compartida. A mí no me parece mal que juguemos a ver hasta donde podemos exprimir nuestros límites con las herramientas de que disponemos. Me resultaba extraño olvidar algo tan obvio como que podríamos no llegar nunca a una solución definitiva.
ResponderEliminarGracias por tu reflexión, ¡un abrazo!