domingo, 8 de noviembre de 2015

A PELO



También un paseo huye del control preciso de un designio y una voluntad, porque no puede saberse si algo y qué, en el primer cruce, hará que nos desviemos del recorrido previsto. Todas las cosas fundamentales -el amor, la felicidad, el sufrimiento- suceden por azar o por gracia, cuando soltamos las riendas y nos dejamos llevar por la vida como un bastón en las manos de un viandante. Sí, yendo así al encuentro de lo que pueda suceder, recibimos dádivas inesperadas, nos abandonamos felizmente a la existencia, confiados en su magnanimidad y dispuestos a creer que provee mejor que nosotros de aquello que en verdad necesitamos. 

El infinito viajar. Claudio Magris

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