Yo siempre he sido mucho de libretas. Me gusta coleccionar esas de tapas más o menos bonitas, con muchas páginas en blanco esperando a ser llenadas. De hecho, es algo que suelo regalar cuando alguien empieza una nueva etapa: papel inmaculado y un bolígrafo para completarlas.
Así, algunas de mis libretas son diarios, otras recogen mis tickets del cine con sus críticas, otras los tickets de las cenas, conciertos, cervezas y alegrías con gente querida, otras lo mejor de cada día... Y podría continuar. En particular, hoy voy a hablar de la libreta de los deseos.
Esta libreta la comencé casi casi a la vez que este blog, allá por 2008. La idea original era llenarla de cosas que quería hacer en esta vida por muy locas, simples o triviales que fueran. Allí apunté mi lista particular a unos reyes magos imaginarios con peticiones que iban desde “ver una aurora boreal” a “vivir en Paris”, pasando por “tocar la harmónica”, “aprender francés”, etc, etc… En una palabra, todo lo que me permito soñar, por irreal o difícil que fuera.
Tras apuntar la lista inicial de deseos, no volví a abrir esa libreta hasta casi tres años después, cuando repasé aquellos deseos y me di cuenta que muchos se habían cumplido, otros se habían transformado y otros, simplemente habían caducado. Así, decidí marcar los cumplidos con un bolígrafo rojo y enumerar una nueva hornada de deseos renovados.
Este proceso se ha repetido unas cuantas veces y cada vez que lo hago, el resultado es muy similar: los deseos se cumplen. No somos conscientes en la mayoría de los casos, pero estamos continuamente orientando nuestra vida a conseguir aquello que queremos.
Y hoy, día de mi cumpleaños, estoy haciendo un repaso por tantos momentos vividos, todas esas experiencias que me han enriquecido enormemente, todos esos golpes que me han endurecido la piel, pero no han conseguido arrancármela, todas esas sorpresas maravillosas que la vida me ha preparado con ahínco, toda esa retahíla de personas maravillosas que habéis desfilado por el camino, todo lo alcanzado, todo lo realizado, todo lo conseguido… Y me siento afortunada, y poderosa, y agradecida, y feliz de vivir ésta, mi única vida, con el afán de perderme en el laberinto de los sueños cumplidos y los que vendrán.
Genuinamente genial! Así eres tu! Me encanta ( como eres y como escribes)!
ResponderEliminarSusi: ¡Gracias, preciosa! ¡Que me sacas los colores! ¡Un beso enorme!
ResponderEliminarLlego tarde pero FELICIDADES de todos modos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la reflexión. Nos ciega tanto la insatisfacción constante de la que está compuesta el corto plazo que no somos conscientes de los deseos cumplidos a largo plazo. Voy a hacer mi lista también.
HombreRevenido: ¡Muchas gracias por la felicitación!
ResponderEliminarNo lo podría haber re-explicado mejor. Yo creo que se se trata de hacer un balance de las dos cosas: las cosas a corto plazo son necesarias, pero siempre sin perder de vista para qué lo hacemos y qué es lo que hemos ya conseguido... ¡Ya me contarás cuantos bolígrafos rojos usas!