viernes, 31 de diciembre de 2010

NUEVO Y BUENO

A través del cristal de mi lupa, finalizo mi balance de final del año 2010, al que le quedan unos últimos coletazos.

Este año, no sólo me ha descubierto -a golpe de hostia algunos, a golpe de luz otros- gente maravillosa que de otro modo no hubieran aterrizado por mi vida, sino que además me ha preservado intacta las toneladas de amistad preciosa que año tras año reafirman mi vida como un lugar autentico y afortunado.

El 2010 también me ha reconciliado con lugares que parecían imposibles, y me ha presentado firmes candidatos a posibles parcelas en las que cobijarse para el futuro, en las que echar de menos todo un kit de lugares, gente, momentos.

Mucho más allá de crisis, tormentos y gente prescindible, este año ha recogido personas majestuosas e increíbles, surcos profundos, serenidades risueñas, alegrías innatas, habitaciones futuras y una cantidad inimaginable de fortunas alineadas.

Sólo espero que cada uno de vosotros, hayáis tenido tan sólo un ápice de todo lo bueno que he tenido yo. Un brindis por esa fortuna y por la que entra en breves instantes:

Feliz vida. Feliz año pasado y futuro. Feliz presente. Chin chin.

Estaba muy emocionada, es curioso, ahora estoy casi segura de que la emoción desplazó a otros muchos sentimientos que ni siquiera llegaron a brotar en mi interior, como si hubieran muerto de asfixia antes de nacer, deseo, incertidumbre, lujuria, complicidad, cariño, admiración o autocomplacencia, nada de eso encontré en mí, sólo emoción, la promesa de un triunfo equívoco, una llave que parecía encajar exactamente en el cerrojo de esa puerta por la que se fuga el tiempo, mi tiempo.

Atlas de Geografía Humana. Almudena Grandes

martes, 28 de diciembre de 2010

ARMONIOSOS



Como ya predije, nos encontramos en medio del tremendo maratón propio de todas las festividades, en el que saltamos de café en café con gente increíble, a través de charlas, experiencias vividas y millones de descubrimientos en este año que, a pesar de los callos, se ha revelado repleto de conocimiento, proyectos, arte, coherencia y una paz inmensa al reconocernos en quienes somos.

Sólo una persona tan afortunada como yo puede disfrutar este amasijo diverso de personas auténticas y definitivas en su vida. Gente con la que nos entendemos al milímetro, sin necesidad de explicaciones previas, gente con la que compartimos el regocijo sincero y el sabernos crecientes mientras palmoteamos de alegría. Gente con la que somos felices, con la que nos reconocemos. Gente con la que diseñamos vidas exigentes, llenas de poesía y armonía. Qué guapos salimos en el vídeo.

martes, 21 de diciembre de 2010

jueves, 16 de diciembre de 2010

MARATÓN

Empezamos la travesía: me esperan unas veinte horas por delante de arrastrar maletones, charletas, lectura, cabezadas, música, película número 1, paseos, tiendas de aeropuertos, película número 2, una persona encantadora en la butaca de al lado del avión con la que aprender algo nuevo, película número 3, nervios, reflexiones, pensamientos, cansancio infinito… Y al final incluso la Tierra se alía con nosotros para hacernos llegar un poco antes –no se si sabíais que el hecho que los viajes sean más cortos hacia el este que hacia el oeste, es porque la Tierra se mueve en ese sentido, yo me enteré hace poquísimo-…

El caso es que al final del maratón, nos aguarda gente antigua y conocida, abrazos que saben a dados –pero no importa en absoluto-, risas, cantos, charlas, descanso, juegos, desenfreno… En definitiva, tanta gente que llevan tanto tiempo en tu lista de imprescindibles, que al reencontrarnos hasta llega a hacer daño el calor hirviente del abrazo. Tanta y tanta gente esencial en tan poco espacio. Unas vacaciones extensas pero inmensamente cortas. Nos vemos en la meta.

El exilio, cualquier exilio, es el comienzo de otra historia. Es dolor y a la vez descubrimiento. Uno siente nostalgia de esquinas y arboledas, de lagos y viñedos. Las paredes son otras, el suelo verde es otro. El cielo sin Vía Láctea está vacío. Uno acomoda la conciencia en la mochila y aprende del escándalo imprevisto y del sosiego huraño. Los rostros más constantes oscilan entre la furia y la sonrisa. Las profecías se hacen polvo y el corazón se va de vacaciones.

Mario Benedetti. Vivir adrede.

martes, 14 de diciembre de 2010

A CONTRACUERPO

Es increíble lo extremadamente bien hechos que estamos. Nos miren por donde nos miren. Observad cualquier parte de vuestro cuerpo, no lo penséis demasiado. Un nudillo, una ceja, el dedo meñique… Todo, absolutamente todo cumple una misión esencial e imprescindible en nuestro cuerpo. Todo funciona a la perfección en un mecanismo impoluto diseñado al milímetro.

¿Cuantas veces nos ha pasado de hacer un deporte nuevo y comenzar a sentir músculos donde no sabíamos que existían? ¿O en cuantas ocasiones, uno de estos perfectos mecanismos nos ha fallado y entonces nos hemos dado cuenta de toda la labor que desempeñaba silenciosamente? En mi caso, por curioso que parezca, hasta día de hoy no había valorado adecuadamente a mis músculos de la espalda. Desde aquí mi más profundo respeto.

Abracemos, usemos y recompensemos a nuestro cuerpo. Es un patrimonio personal único. Mimemos cada día cada uno de nuestros músculos, arterias, vértebras y falanges. Nunca sabemos cuando se pueden declarar en huelga y abandonar el hogar sin previo aviso.

domingo, 12 de diciembre de 2010

INTERNAMENTE



Silenciosa, la vida teje lienzos. Siento el rumor de los hilos creciendo telas de colores extraños; se acercan acontecimientos que no puedo más que intuir.

La mujer habitada. Gioconda Belli

jueves, 9 de diciembre de 2010

INTERMINABLE

Aquel día hace ya muchos años, mi profesora de solfeo, Zoe, nos contó algo tremendamente curioso sobre el mundo en que vivimos. Nos habló de lo maravilloso del rozamiento.

Éramos todos unos mocosos, pero aquello me impactó. En particular las razones que ella alegó. Por ejemplo, si ahora pudiéramos decir una palabra en un mundo ideal –o sin rozamiento- esa palabra iría y volvería por los confines de nuestras paredes, casas, planetas o Universos. Estaríamos condenados a escucharla una y otra vez, machaconamente, hasta odiarla, hasta volvernos locos… Y todo esto se montaría con una sola palabra, imaginaros entonces, con una frase, o con toda la humanidad diciendo una frase, o ya por exagerar, con toda la humanidad conversando. Nos volveríamos locos, o mataríamos por ser sordos o dejaríamos de hablar porque ya se habrían dicho todas las palabras.

Otro ejemplo, si estuviéramos en una de las playas de nuestro mundo de nuevo ideal –casi casi tan escalofriante como el más feliz de los de Huxley- y nos diera por chapotear ligeramente en el agua, crearíamos una ola continua que nunca jamás se disiparía, iría de costa a costa interminablemente… Idénticamente, imaginad todos los humanos haciendo lo mismo. O una tormenta. Probablemente, los mares quedarían inutilizados para siempre.

Y así podéis ir desgranando cualquier caso que os planteéis. Una a una, cualquier acción que realizáramos en el mundo sin rozamiento nos haría evolucionar hasta una locura comedida, hasta la neutralización de los sentidos o hacia el suicidio masivo.

Pareciendo un hecho tan trivial, con consecuencias tan perturbadoras, podría estar hablando de una novela de Saramago. Sin embargo, no es ficción, simplemente se trata de la alucinante capacidad que tiene el mundo para parar las cosas por si mismas. Afortunadamente, todo lo bueno –y lo malo- se acaba.

Junto al mundo que habitamos existe otro mundo paralelo. Hasta cierto punto es posible penetrar en él y regresar después sano y salvo. Si prestas la debida atención. Pero, a la que trasciendes cierto lugar, entonces ya es imposible el retorno. Pierdes el camino. Es el laberinto.

Kafka en la Orilla. Haruki Murakami

lunes, 6 de diciembre de 2010

ALELUYA

Me he tropezado con este vídeo.



(acabad de verlo antes de seguir leyendo…)

Lo cierto que este experimento consiste en una idea de lo más simple –como casi todas las buenas ideas-. Infiltrar a un coro profesional en un centro comercial cualquiera y en un momento dado, empezar a cantar un Hallelujah de Haendel a capella, de modo que todos los que no hayan asistido nunca un concierto de música clásica no tenga escapatoria.

Sin embargo, fijaros en las caras de la gente… No hay nadie que, pasada la fase inicial, no esté disfrutando absolutamente con la sorpresa. Miradas de estupefacción, expectación, emoción… Niños, mayores, jóvenes macarras… Todo unidos por una pieza de música y el factor sorpresa.

Como hace tiempo nos contaba Benjamín Zander, el hacer que el porcentaje de la población mundial que disfruta de la música clásica crezca de un 2 a un 3% es todo un reto. Y además, el problema a resolver es de todos. Cómo casi siempre, nunca hay un único responsable.

En esta iniciativa, queda demostrado que si arrebolamos los sentidos de la gente de forma que se saturen los sentidos. ¿No es este uno de los mejores regalos que se puede hacer al mundo? ¿Cuánta gente decidirá comprar una entrada para el próximo concierto de música clásica de su ciudad? ¿Cuántos se decidirán a escuchar algún disco olvidado de música clásica que ronde por casa? ¿Cuántos se bajaran el politono de Haendel en el móvil?

Nadie disponemos del secreto para atraer a la gente hacia ciertas cosas, pero la sorpresa y la calidad es desde luego una cercamiento directo. Deberíamos diseñar sorpresas variopintas más a menudo. Está en nuestras manos. ¡Aleluya!.

viernes, 3 de diciembre de 2010

LA DUDA



Hoy en medio de uno de los soporíferos seminarios semanales, me ha asaltado un terrible presentimiento… Ha empezado como una pequeña punzada cuando un asistente se ha enzarzado en una discusión de diez minutos sobre lo adecuado de usar una función gausiana para modelizar la masa de una galaxia (llámese x), poco a poco, mi desconcierto ha ido creciendo hasta llegar a ser sofocante…

Y es que, el hecho que una discusión de ese calibre me deje completamente indiferente y no encuentre nada atractivo en el hecho que los errores sistemáticos disminuyan del 10 al 8%, me ha revelado una gran verdad en forma de certeza: no deberíamos malgastar el grueso de los minutos preciosos de nuestros mejores años de nuestra única vida en algo que ya no recordamos porqué nos embelesaba.

Al fin y al cabo, dedicar demasiados segundos de nuestro día a hacer algo que no nos parece bello o emocionante, y que además sabe a dinero, mentira enmascarada y carencia de arte, es un gasto enorme de creatividad.

Wow.
After I jumped, it ocurred to me.
Life is perfect. Life is the best, full of magic,
beauty, opportunity, and television.
And surprises...lot's of surprises, yeah.
And then there's the best stuff, of course.
Better than anything anyone ever made up,
'cause it's real.

Never let me go. The Million Dollar Hotel

martes, 30 de noviembre de 2010

A TRAVÉS DEL ESPEJO



En general, todas las vacaciones nos dejan eufóricos, con ganas de seguir viajando, viviendo, absorbiendo paisajes, conversaciones, momentos brillantes, risas y aire fresco en las mejillas…

En algunos pocos casos, además, las vacaciones nos dejan exhaustos. Se trata de una cansancio infinito. Físico -por supuesto- pero también mental –que no intelectual-. Un cansancio que nos pide a gritos que reencontremos unas horas para nosotros mismos, a solas, que nos regalemos un rincón taciturno para entender, asimilar y completar el puzzle de lo que nos ha agitado en el viaje.

Una llamada de auxilio para evitar una sobresaturación de los sentidos, para evitar una amenaza de desbordamiento. Una parada en el andén de la montaña rusa en la que estamos metidos. Una ventana a nuestro propio conocimiento. Una revisión de lo que somos, de nuestros instinto más primarios. Una reorientación hacia lo que queremos crecer.

Viajar –escribió Aldous Huxley- es descubrir que todo el mundo se equivoca. Cuando uno viaja, tus convicciones caen con tanta facilidad como las gafas; sólo que es más difícil volver a ponerlas en su sitio.

Vagabundo en África. Javier Reverte

martes, 23 de noviembre de 2010

SELLO PROPIO



Todos los seres humanos actúan basándose en sus propios principios. No hay dos individuos iguales. Es, por decirlo así, una cuestión de identidad. ¿Y qué es la identidad? Simplemente, el sistema de pensamiento original que resulta de la suma de recuerdos de experiencias pasadas. Simplificando, a eso se le puede llamar 'corazón', o también 'mente'. Ningún individuo tiene el corazón o la mente iguales al del otro.

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas. Haruki Murakami

sábado, 20 de noviembre de 2010

POMEANDO

¿Alguien se ha planteado alguna vez lo realmente importante que son algunas cosas para nuestra vida y la remota noción que tenemos de sus existencia? Recuerdo que la primera vez que pensé esto conscientemente fue sobre los 25 años -me costó un poco, lo se- cuando el pomo de la puerta de mi casa se rompió.

Si, parece un nimio detalle sin importancia, pero… el pomo es importantísimo a la hora de cerrar puertas… -si, también puede entenderse metafóricamente, como siempre- . ¿Cómo sino cierras una puerta si, por ejemplo no tienes la llave? ¿a soplidos? Ésa es la función primordial del pomo, un punto del que tirar hacia ti la puerta para cerrarla. La gran mayoría de nosotros nunca habríamos dedicado el más mínimo pensamiento a este objeto casi invisible, a no ser que en algún momento deje de funcionar. Ese es el momento en que nos percatamos de que por muchas puertas, ventanas, mesas o sillas que tengamos… Todo eso no funciona sin la participación fundamental de algo más básico: el pomo.

No sólo eso, en el mundo tiene que haber fábricas de pomos, chavales que hayan ido a la Universidad con el dinero que sus padres ganaban haciendo pomos, diseñadores de pomos de última generación, y me atrevería a decir, que incluso existe una amplia teoría sobre qué pomo es más adecuado para qué puerta y porqué. Cosas que una enorme proporción del mundo jamás se planteará.

De esto se desprenden dos grandes consecuencias: la primera, como bien comentaba Juano no hace mucho -un abrazo desde aquí-, nada es tan importante, algo que importa a un puñado de personas en el mundo no puede ser tan importante. Sin embargo, y ahí va la segunda, cualquier grande empresa o gran proyecto –cerrar una puerta, léase con el sentido que guste- necesita de pequeños y modestos pasos sin importancia aparente.

jueves, 18 de noviembre de 2010

AUTÉNTICOS

Corren buenos tiempos para los auténticos. No se si es que en un efecto cadena, es decir, unos van haciendo que otros aparezcan, o simplemente es que hay más. El caso es que últimamente no paro de toparme con gente que tiene ideas, sueños y energías propias, y por lo tanto se definen a ellos mismos de una manera única, particular e incomparable.

Como consecuencia, una característica común de la gente auténtica, es la fidelidad a sus principios. Ellos se piensan muy bien quienes son, definen cada detalle, les gusta esto y no lo otro, tienen opiniones que no contrastan con su alrededor, sino que las creen porque se las han demostrado a sí mismos. En definitiva, son gente que creen en si mismos. Son gente grande.
Existen auténticos de todos los tipos. En este blog, hemos repasado algunos de ellos: Concha Buika, Jose Antonio Labordeta, Katie Makkai, Lhasa, Ray Bradbury… entre muchos otros.

Aquí tenéis otro gran ejemplo. Os invito a revisar esta entrada de hace un par de meses sobre Muse. Ved de nuevo el vídeo –siempre os ganareis una gran canción para el cuerpo y para vuestro día-. Bien. Ahora, observad detenidamente este otro



¿Qué? ¿No notáis nada raro? ¿No? Venga, va… Daros una segunda oportunidad… Fijaros en el batería… ¿No os encanta su técnica? ¿Esa manera de tocar mientras orienta las batutas hacia la cámara? Ahora, fijaos en el bajo y la guitarra y el teclado… ¿Veis algún cable?

¿Qué pasa aquí? El autenticismo en su pleno esplendor. En este programa de televisión italiana, se obligó a los Muse a tocar en playback, y ellos, -como buenos auténticos con, además, unos de los mejores directos del mundo- no reaccionaron negándose o quejándose, no. Lo hicieron de la mejor manera que tienen de proclamar al mundo que el playback por si mismo es un concepto absurdo. Así es, como Matt Bellamy, el cantante. teclista y guitarrista se convirtió en batería, Dom Howard, el batería, hizo sus pinitos como cantante y bajista y Chris Wolstenholme, el bajista, debutó con el teclado y la guitarra… Mientras sonaba una canción cuyo estribillo proclama They will not force us. They will stop degrading us. They will not control us. We will be victorious. (No nos obligarán. Dejarán de degradarnos. No nos controlarán. Ganaremos).

Todo ello con una buena dosis de humor, originalidad y un buen rato –y con un público totalmente sordo y ciego-. Mil veces más efectivo que el discurso más concienzudo. Desde aquí, un abrazote a todos los que hacéis de cada paso que dais en cualquier aspecto de vuestra vida, algo con auténtico sello propio. Eso es lo que cambiará el mundo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

PURÉ DE LETRAS

Arturo Pérez Reverte recogió en el Semanal este texto hace ya algunos años. Aterroriza el tremendo parecido del resultado a la realidad. Todavía amedrenta más que seamos capaz de leerlo del tirón sin conocimientos previos de Euskera.

Este texto apocalíptico, justo en el momento en que la Real Academia de la Lengua se moderniza, confirma el hecho de que la evolución del lenguaje no podría reflejar mejor el de la sociedad. Cruelmente real.

Según el plan de los señores académicos -expertos en lanzada a moro muerto-, la reforma se llevará a cabo empezando por la supresión de las diferencias entre c, q y k. Komo komienzo, todo sonido parecido al de la k será asumido por esta letra. En adelante se eskribirá kasa, keso, Kijote. También se simplifikará el sonido de la c y la z para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamerikanos: "El sapato ke kalsa Sesilia es asul", y desapareserá la doble c, reemplasándola la x: "Mi koche tuvo un axidente". Grasias a esta modifikasión los españoles no tendrán ventajas ortográfikas frente a los hermanos hispanoparlantes por su extraña pronunsiasión de siertas letras.

Se funde la b kon la v, ya ke no existe diferensia entre el sonido de la b larga y la v chikita. Por lo kual desapareserá la v y beremos kómo obbiamente basta kon la b para ke bibamos felises y kontentos. Lo mismo pasará kon la elle y la ye. Todo se eskribirá kon y: "Yébame de biaje a Sebiya, donde la yubia es una marabiya". Esta integrasión probokará agradesimiento general de kienes hablan kasteyano, desde Balensia hasta Bolibia.

La hache, kuya presensia es fantasma en nuestra lengua, kedará suprimida por kompleto: así, ablaremos de abichuelas o alkool. Se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre echo y hecho, y no tendremos ke rompernos la kabesa pensando kómo se eskribe sanaoria. Así ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

Para mayor konsistensia, todo sonido de erre se eskribirá kon doble r: "El rrufián de Rroberto me rregaló una rradio". Asimismo, para ebitar otros problemas ortográfikos, se fusionan la g y la j para ke así jitano se eskriba komo jirafa y jeranio komo jefe. Aora todo ba kon jota de kojer. Por ejemplo: "El jeneral korrijió los korreajes". No ay duda de ke estas sensiyas modifikasiones aran ke ablemos y eskribamos todos kon jenial rregularidad y más rrápido rritmo. Orrible kalamidad del kasteyano, jeneralmente, son las tildes o asentos. Esta sankadiya kotidiana desaparese kon la rreforma: aremos komo el ingles, ke a triunfado unibersalmente sin tildes.

Kedaran eyas kanseladas en el akto, y abran de ser el sentido komun y la intelijensia kayejera los ke digan a ke se rrefiere kada bokablo: "Oserba komo komo la paeya". Las konsonantes st, ps, bs o pt juntas kedaran komo simples t o s, kon el fin de aproximarnos a la pronunsiasion ispanoamerikana y para mejorar ete etado konfuso de la lengua. Tambien seran proibidas siertas asurdas konsonantes finales ke inkomodan y poko ayudan al siudadano: "¿Ke ora da tu rrelo?", "As un ueko en la pare" y "Erneto jetiona lo aorro de Aguti".

Por supueto, entre eyas se suprimiran las eses de los plurales: "La mujere y lo ombre tienen la mima atitude y fakultade inteletuale". Yegamo trite e inebitablemente a la eliminasion de la d del partisipio pasado y kanselasion de lo artikulo, impueta por el uso: "E bebio te erbio y kon eso me abio". Kabibajo asetaremo eta kotumbre bulgar, ya ke el pueblo yano manda, kedando suprimia esa de interbokalika ke la jente no pronunsia. Adema, y konsiderando ke el latin no tenia artikulo y nosotro no debemo imbentar kosa ke Birjilio, Tasito y lo otro autore latino rrechasaban, kateyano karesera de artikulo. Sera poko enrredao en prinsipio, y ablaremo komo fubolita yugolabo en ikatola, pero depue todo etranjero beran ke tarea de aprender nuebo idioma rresultan ma fasile. Profesore terminaran benerando akademiko de la lengua epañola ke an desidio aser rreforma klabe para ke nasione ipanoablante gosemo berdaderamente del idioma de Serbante y Kebedo.

Eso si: nunka asetaremo ke potensia etranjera token kabeyo de letra eñe. Ata ai podiamo yega. Eñe rrepresenta balore ma elebado de tradision ipanika y primero kaeremo mueto ante ke asetar bejasione a simbolo ke a sio y e korason bibifikante de lengua epañola unibersa.

jueves, 11 de noviembre de 2010

DE OCA A OCA

A todos nos ha pasado el tener una imagen predefinida en la cabeza del tipo de persona que nos gusta como pareja, con una buena lista de características, de los pies a la cabeza, pasando por el cerebro… Y de pronto, sin venir a cuento, te vas a fijar en alguien que no tiene ni el más remoto parecido con lo que nos habíamos planteado el día de antes… Y conforme más experiencias, más se suele acentuar la diferencia….

A este fenómeno, yo le llamo el Random Walk. Este termino se usa para generar una distribución de puntos matemáticamente. Básicamente, se parte de unas condiciones iniciales y a partir de allí, el siguiente punto queda determinado por una dirección aleatoria, y el siguiente, por la probabilidad condicionada de lo que has avanzado antes, más otra dirección aleatoria… En fin, como la vida misma.

Generalmente, partimos de alguien que siempre nos ha gustado, con todas esas características fabulosas que nos encandilan… Cuando la relación se rompe –en el mundo real, siempre hay rozamiento- normalmente solemos reajustar nuestras preferencias –aunque a veces ni lo percibamos-. Nos quedamos con todo lo que nos sigue pareciendo bueno, pero tendemos a buscar más bien lo contrario a lo que nos ha hecho dejar a esta persona… Así, la segunda persona, será parecida en algunos aspectos, pero completamente diferente en otros, la tercera, vendrá direccionada o contradireccionada por los dos anteriores… y así sucesivamente. De modo que, finalmente nuestras elecciones vienen condicionadas con todo lo vivido anteriormente… Si os paráis dos minutos a pensarlo en primera persona, os daréis cuenta que podéis trazar el camino de vuestras relaciones… El Random Walk. Aquí podéis ver cómo ha sido el mío hasta ahora



Y por si alguien se quiere agenciar este otro…



La gracia del asunto es que idealmente –es lo que mola de las matemáticas- cuando llevemos un número muy grande de relaciones fracasadas –toquemos madera, o no- y este número tienda a infinito…. podremos predecir nuestro próxima relación con fiabilidad. Menos mal, que en la realidad, existe el bendito factor sorpresa.

domingo, 7 de noviembre de 2010

ARTE SIN FRONTERAS

Una de las maravillas de este mundo tan enormemente diverso es que, a pesar de vivir a muchos millones de kilómetros, una puede pasar un par de horas con escalofríos incesantes al escuchar el cante jondo de Concha Buika –un pura sangre de origen africano, con acento español al hablar en inglés y una voz rasgada totalmente agitanada-.



Esta mujer indescriptible, con grandes dotes teatrales y una voz profundamente parecida a Chavela Vargas, cruzó medio mundo sólo para contarnos secretos tan importantes y valiosos, llorarnos de parte de una mentirosa a un cobarde, mantener esa sonrisa interna o mezclar de manera indiscriminada armonías de jazz, palos de flamenco, ritmos cubanos o sonidos guturales. Auténtica y apasionada. ¡Bravo Concha!.

viernes, 5 de noviembre de 2010

CINCO LETRAS

Hace unos días, una buena amiga –un besazo desde aquí Ade- me envió este texto sobre la Amistad. La verdad es que me caló muy hondo porque esculpe tanto de lo que muchas veces ha pasado por mi mano, corazón y mente, pero no se ha llegado a solidificar en palabras.

Desde aquí, una vez más, de una manera diferente en la boca de Rosa Montero: gracias a todos los que realmente hacéis que la amistad verdadera exista en mi vida. Vosotros sabéis quienes sois. Gracias.

Llevo meses intentando escribir un artículo sobre la amistad y siempre me detiene el miedo de no estar a la altura. De que mis palabras no logren merecerse a mis amigos. Las loas a la amistad son un lugar común demasiado común: todo el mundo se calienta la boca hablando de ello (yo también lo he hecho). “Lo más importante en la vida son los amigos”, gorjean alegremente los concursantes más descerebrados de los reality shows o las contertulias más malvadas de la telebasura. Amigos y amistad son hermosas palabras que el uso y el abuso han desgastado.

Lo de la amistad es como el amor. Todo el mundo cree saber de ello, todos nos consideramos grandes conocedores del asunto, expertos en los sentimientos y en la pasión, cuando, en realidad, son dos materias complejas e infinitas, profundos rincones del ser que uno sólo empieza a entender cuando madura. De jóvenes, de muy jóvenes, amigos y amores te llegan fácilmente, son una lluvia cálida y revuelta, confusa, ligera, amontonada. De joven, de muy joven, en realidad no escoges, aunque lo creas. Te haces amigo y te enamoras de lo primero que pasa. Porque necesitas querer. Somos así, y esa necesidad es conmovedora.

Y luego vas viviendo y te vas haciendo. Con suerte, y con esfuerzo, es posible que empieces a conocerte un poco. Y también vas encontrando a tu gente, a esas personas que se convertirán en tu mundo, en tu territorio. La única patria que reconozco son mis amigos. Es una patria exigente. La amistad requiere atención, entrega, riego constante. Hay que invertir muchas horas en cultivarla. Ahora que soy mayor, sé con toda certidumbre que es el mejor destino que puedes dar a tu tiempo. Es una de las cosas que he aprendido.

Digan lo que digan los animosos partidarios del optimismo vital, envejecer es algo bastante desagradable. Envejecer es perder; pierdes a la gente querida que se muere; pierdes capacidades físicas y, sobre todo, pierdes futuro: con lo hermosa que es la vida, cada vez se te queda más chica por delante. Pero con los años también ganas un par de cosas muy valiosas: sin duda experiencia, y si te lo trabajas, sabiduría, que es la suma del conocimiento intelectual y de la madurez emocional. Pero, sobre todo, ganas ese pasado común con los amigos. Crecer con los amigos, envejecer con ellos, ir trenzando a la espalda, con esos testigos de tu vida, años y años de una biografía compartida, es algo absolutamente maravilloso. Con los años, con los muchos años (yo tengo amigos activos desde hace tres décadas), las amistades se profundizan y agigantan. Alcanzan un nivel de emoción y de veracidad indescriptible.

Porque, con los años, las amistades se prueban de verdad. El tiempo puede herir; hay momentos en los que el tiempo se vuelve salvaje, y muerde y desgarra como una bestia furiosa. Y en esos tránsitos penosos de tu vida, en la angustia, en los problemas, en la desolación y la incertidumbre, los verdaderos amigos acuden a tu rescate. Con tal generosidad, con tal facilidad afectuosa, que realizan auténticas proezas como si en realidad no les costara nada (la última proeza sobrehumana que han hecho mis amigos por mí ha sido ayudarme en un traslado de domicilio y montarme la casa, prácticamente ellos solos, en cinco días). Los amigos te salvan literalmente la vida y lo hacen sin esperar nada, sin alardear de nada, por el puro placer de dar. Modestamente grandiosos.

A veces he jugado a imaginar cuáles serían mis últimos pensamientos antes de morir. Cómo sería el balance de mi existencia. Durante muchos años he supuesto que esas memorias ardientes y finales estarían compuestas por recuerdos de mis amores más apasionados, de la infancia y la familia, quizá de algunos momentos de mi escritura. Pero ahora sé que en ese recuento final brillarán como islas de luz algunos momentos mágicos con mis amigos. Esos regalos de cariño que me han dado, tan inmensos que siento que es imposible merecerlos. Eso también es la verdadera amistad: la sensación de estar felizmente en deuda con los otros. Por todo eso que ya hemos vivido, y por todo lo que todavía viviremos, gracias. Muchas gracias.


Rosa Montero. Maneras de Vivir

lunes, 1 de noviembre de 2010

PICADILLO

Me interesan mucho los momentos de rompida de hielo en las relaciones personales. Generalmente nos forjamos una idea preconcebida de una persona basada en una apariencia física y unas cuantas conversaciones quizá no muy representativas. En algunas ocasiones, ya sea por timidez que tensa las cuerdas, o por alguno de los pequeños traumas que todos llevamos almacenados, forjamos un muro invisible y apantallado que nos entorpece la comunicación. Este muro, además, tiene el poder de crecer con el tiempo, ya que suele provocar nerviosismo, inseguridad y desconfianza retroalimentada.

Sin embargo, si somos afortunados, suele aparecer un momento glorioso en que, por una determinada causa –generalmente suele ser el bendito alcohol o una fiesta llena de gente con ganas de pasar un buen rato-, aparece un buen machete que tritura la roca y nos hace relajarnos, soltar tonterías y mostrar nuestro lado más auténtico de manera que, la timidez se derrite y surge ante nuestros ojos una nueva faceta que encapsular al que estuvo al otro lado del muro. A veces encontramos una misma afición, otras un sentido del humor parecido, otras una simpatía innata, otras una admiración mezclada con compañerismo. En cualquier caso, todo se torna un baile fluido, relajado y suave. Una misma lengua.



Adoro esos momentos de rotura en los que se derrochan guiños compartidos y te preguntas cómo el cerebro puede provocar espejismos en forma de ideas preconcebidas. En mi caso, guardo mi lista persona de roturas de hielos con infinito cariño. Siempre me han proporcionado felicidad y personas auténticas. Muchas me han regalado una amistad larga y duradera. Un brindis con hielo pulverizado.

miércoles, 27 de octubre de 2010

BONITA

Os dejo este pedazo poema de Katie Makkai recitado por ella misma. Debajo tenéis la transcripción. Siento no traducirlo, pero no soy digna de traducir poesía. Espero que podáis entenderlo. Al menos, un significado general. Lo que si que voy a traducir es el último párrafo:

Esto es sobre mi propia futura hija. Cuando se me acerque, ya aguijoneada por la inseguridad, suplicando "Mamá, ¿seré bonita? ¿seré bonita? ¿seré bonita?", "Limpiaré esa pregunta de tu boca como un pintalabios barato y contestare: NO. La palabra bonita no es digna de todo lo que serás, y ningún hijo mío estará contenido en cinco letras. Serás bastante* inteligente, creativa, increíble, pero nunca serás simplemente bonita.

Claro y alto. La belleza por si sola no representa absolutamente nada.

* Juego de palabras. Bastante en inglés es pretty.



When I was just a little girl, I asked my mother “What will I be? Will I be pretty? ” Will I be pretty? Will I be pretty? What comes next? Oh right, will I be rich which is almost pretty depending on where you shop. And the pretty question infects from conception passing blood and breath into cells. The word hangs from our mothers’ hearts in a shrill of fluorescent floodlight of worry.

“Will I be wanted? Worthy? Pretty? But puberty left me this funhouse mirror dry add: teeth set at science fiction angles, crooked nose, face donkey-long, and pox-marked where the hormones went finger-painting my poor mother.

“How could this happen? You’ll have porcelain skin as soon as we can see a dermatologist.” “You sucked your thumb. That’s why your teeth look like that! ” “You were hit in the face with a Frisbee when you were six, otherwise your nose would have been just fine! ”

Don’t worry; we will get it all fixed she would say, grasping my face, twisting it this way and that as if it were a cabbage she might buy. But, this is not about her. Not her fault she, too, was raised to believe the greatest asset she could bestow upon her awkward little girl was a marketable facade.

By sixteen, I was pickled by ointments, medications, peroxides. Teeth corralled into steel prongs, lying in a hospital bed. Face packed with gauze, cushioning the brand new nose the surgeon had carved.

Belly gorged on two pints of my own blood I had swallowed under anesthesia, and every convulsive twist, like my body screaming at me from the inside out “What did you let them do to you? ” All the while, this never ending chorus groaning on and on like the IV needle dripping liquid beauty into my blood. “Will I be pretty? ” Will I be pretty like my mother, unwrapping the gift wrap to reveal the bouquet of daughter her $10,000 bought her? Pretty? Pretty.

And now I have not seen my own face in ten years. I have not seen my own face in ten years, but this is not about me! This is about the self-mutilating circus we have painted ourselves clowns in. About women who will prowl thirty stores in six malls to find the right cocktail dress, but haven’t a clue where to find fulfillment or how to wear joy, wandering through life shackled to a shopping bag, beneath those two pretty syllables.

About men wallowing on barstools, drearily practicing attraction and everyone who will drift home tonight crestfallen because not enough strangers found you suitably fuckable.

This, this is about my own some-day daughter. When you approach me, already stung-stayed with insecurity, begging, “Mom, will I be pretty? Will I be pretty? , ” I will wipe that question from your mouth like cheap lipstick and answer no.

The word pretty is unworthy of everything you will be, and no child of mine will be contained in five letters. You will be pretty intelligent, pretty creative, pretty amazing, but you will never be merely “pretty.”

Katie Makkai

lunes, 25 de octubre de 2010

EL PODER DE LA EXPOSICIÓN

Hace un par de días aprendí –o recordé- algo: un nuevo super poder. A la altura del del canto, hostia o soplo. El poder de la exposición.

El caso es que cuando algo te da miedo, o lo vas dejando pasar porque no te ves capaz, eres tú la única persona que pierde. Porque vives esquivando algo, porque no eres completamente libre.

Sin embargo, el día en que te plantas con tus ovarios y decides que de hoy no pasa, descubres que exponerte a lo que te puede zarandear es algo completamente saludable. Te hace crecer, aprender. Te hace quitarte un miedo absurdo que se ha ido asentando calladamente en tu interior al evitar nombrar el asunto. Y lo que es más importante, acabas recibiendo una gran cantidad de recomendaciones, consejos, alabanzas… que se convierten en un gran motor de energía.

Probablemente nadie recordará más de dos minutos lo terriblemente mal que puedes hacerlo –en el peor de los casos- a cambio, usaremos todo lo valioso que la exposición directa nos reporte durante mucho tiempo.

¡Desnudémonos todos!. ¡Desterremos la vergüenza!.

Si esconde usted su ignorancia, nadie le atacará y nunca llegará a aprender.

Ray Bradbury. Fahrenheit 451

jueves, 21 de octubre de 2010

SENTIDOS

Una de las miles de pequeñas cosas que adoro hacer es sentarme en el coche, poner el disco de Turn On The Bright Lights y escuchar los primeros acordes de Untitled mientras giro la llave del motor.



Es una canción terriblemente sencilla, pero tremendamente complicada. En mí, produce una sensación de serenidad gigantesca. Me da ganas de cerrar los ojos y ondearme a un viento imaginario. Algo fantástico, que sólo gente a la altura de los magos de Interpol pueden lograr: condesar multitud de minutos en una sensación de eternidad mientras Paul te susurra que la sorpresa, de vez en cuando, te rondará –morena-. (Surprise, sometimes, will come around).

Ese suspense nos lo regalaron hace un par de días en un concierto crudo y rugoso, a pesar de la acústica desmerecedora-. Los maestros del minimalismo, una vez más, menos es muchísimo.

lunes, 18 de octubre de 2010

NATURALMENTE

Hace un año, la vida me regaló un fin de semana estupendo en Yosemite rodeada de dos de las personas que más quiero en este mundo. 365 días después, vuelvo a sumergirme de cabeza en la naturaleza absoluta también en compañía de otro de mis amigos pilares de hace muchos años.

No ha parado de llover infinitud de minutos preciosos, llenos de conversaciones, proyectos, risas, amarillos, palabras, discusiones, arte, millas, paisajes y conocimiento… todo con un aroma de cuerdas y leña. Desde las escarpadas paredes del Capitán de Yosemite –incluyendo un amago de escalada- hasta la contemplación de una tormenta perfecta de color rojo acercándose por sierra nevada, mientras contemplábamos ensimismados la quietud insolente del Mono Lake antiguo, único, impresionante –lleno de tufas y paisajes selenitas-.

Un marco inigualable en que pasar unos días con la gente que quieres y admiras. Descubrir donde nos encontramos, reconocernos y regocijarnos con ello.

No nos damos cuenta, de lo maravilloso que es poderle preguntar a alguien: ¿Te acuerdas?, y notar que sí, que se acuerda. Los recuerdos cultivados a solas forman una madeja embarullada por dentro, enganchada entre pinchos, llegas a no diferenciar lo que te pasó de otros jirones descabalados procedentes de escenas callejeras o del cine; pero lo pero es que, de tanto moverte en esa maraña, el ayer te vampiriza, te enrarece el aire y te tapa la luz del día en que estás viviendo. Es difícil salirse del tumor del pasado dejando indemne el tejido del presente, tan delicado y frágil como un pétalo.

Nubosidad Variable. Carmen Martín Gaite

jueves, 14 de octubre de 2010

SEIS CUERDAS

¿Os acordáis de que aquellos cursos de Planeta Agostini que acostumbraban a anunciarse sobre el mes de septiembre –cuando todo el mundo tiene ganas de aprender cosas- para hacerte un virtuoso del alemán, la calceta, la reconstrucción de casitas de muñecas con la mano izquierda o tocar los platillos con la nariz por un precio irrisorio?

Pues bien, aquí, en Davis, tenemos algo parecido en versión sofisticado, se llama Colegio Experimental y efectivamente, ahí es donde he aprendido desde funky a esgrima, entre otros… Y como siempre que llega un nuevo cuatrimestre y aparece el nuevo catálogo, recorro ansiosa las páginas en busca de una nueva actividad con la que llenar mi currículum de pequeños proyectos a intentar.



El caso es que por fin, este cuatrimestre, después de años de mirar embobada como a mi alrededor la gente acariciaba –en algunos casos- o aporreaba –en otros- la guitarra, pero eso sí, con mucho salero, y tras un enorme auto esfuerzo para aprender a dar los tres acordes medianamente afinados que necesitas para tocar el 90% de las canciones del siglo XX, -a saber, do, fa y sol- sin racionalizar nada, he decidido cargarme esas seis cuerdas al hombro y perfeccionar esos rasguños.

Ayer comenzamos con Pete, nuestro profe sacado directamente del San Francisco hippie de los 60, y arrancamos algún sonido que pretendía tener carácter blues. Lo cierto es que el hecho de que las notas se llamen -como las calles- como el alfabeto, es un fastidio, pero la cosa promete.

Quedaros con este momento, quizá estéis teniendo constancia ahora mismo del nacimiento de una nueva leyenda del rock and roll… O no.

domingo, 10 de octubre de 2010

SINCERIDAD ABSOLUTA

Supongo que a todos nos ha pasado de estar alguna vez a punto de hacer algo y tras haber dudado infinito, nos hemos quedado congelados mientras el momento se esfumaba…



En mi caso, hace tiempo que decidí que no. Que ya valía. Que tenía poco que perder y mucho que ganar. Que lo peor que podía pasar es que recibiera un No, lo siento. Que al final, cualquier decisión de este tipo –amor, trabajo, amistad…- se traduce en honestidad con las personas. Que no hay nada de que arrepentirse excepto de no intentarlo.

La verdad es que el resultado es siempre positivo, cuando no apabullante y tremendamente poderoso. Cada vez que lo hago –sea cual sea el resultado-, me siento muy a gusto conmigo misma: la respuesta siempre viene con forma de sinceridad retornada –insisto, sea del color que sea- y respeto por decir lo que se piensa, por ser valiente, por utilizar los cuatro días que estamos por aquí.

Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la vida.

Lucio Séneca

sábado, 2 de octubre de 2010

VELA-DOS

Parece mentira, si, lo se, parece mentira. El tiempo es algo muy raro. Cuando te dicen que tienes un contrato de dos años para vivir en Estados Unidos, te pones las manos en la cabeza pensando ese enorme número de segundos que queda por transcurrir… Y sin embargo, te despiertas un día, miras el calendario y te das cuenta que hoy Timonera cumple esos dos añitos –que comenzaban en California-, y que celebrábamos a golpe de primer cumpleaños hace efímeros días…



Hoy empezamos el tercer año de andadura con 186 post a nuestras espaldas a ritmo de chan-chan. Bienvenidos al Huracán Ambulante –que diría Bunbury- que va a ser este tercer año. Cuando abrimos las puertas, no imaginaba que íbamos a disfrutar tantas vivencias con forma de alegría, tanto arte, tanta palabra debatida, tanta sonrisa, tanta energía. Contabilizando así el tiempo transcurrido, si que me salen las cuentas.

Muchos de vosotros ya estabais desde el principio, a otros os conocí gratamente por el camino y otros tantos, acabáis de llegar, como quien dice. Muchas gracias a todos por vuestras visitas con o sin ramos de flores. Espero que todos, tengáis una sugerencia que leer, escuchar, pensar o simplemente algo para sonreír después de pasaros por aquí. Por mi parte, dispongo de un gran baúl de retazos luminosos que poco a poco van dibujando mi vida por aquí. Y me encanta que pese tanto.

Habían pasado meses, pero yo sentía que habían sido años. Viajar prolonga tu vida, la llena de rostros y paisajes, de cantos de otras voces y de horizontes que ignorabas. Se derrumban tus viejas ideas y nacen otras nuevas.

Vagabundo en África. Javier Reverte

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LOS MUSOS

Entre agujetas y músculos doloridos, me sonrío al recordar el pedazo concierto al que asistimos ayer. La noche prometía. Los teloneros Passion Pit, en contra de lo que esperaba, comenzaron poniendo ritmo y camelando a más de uno en una noche calurosísima.



Y finalmente, aunque se hicieron de rogar, aparecieron los Muse con un espectáculo alarmantemente apocalíptico. Los estadounidenses –que nos tienen acostumbrados a tener horchata en las venas, en cuanto a conciertos se refiere- sacaron su lado salvaje y el estadio de los Kings en Sacramento, se llenó de vida al palpitar cada una de las canciones. La verdad es que este grupo de canciones astronómicas, liderado por el genio y cerebro absoluto Matthew Bellamy, es calificable de lo que aquí se llama damn good. Pocas veces el mimo en la composición de la música y letra se traduce en directos tan espectaculares, lleno de fuerza, energía y futurismo. Desde aquí os recomiendo a todos os que os caiga cerca que vayáis de cabeza a uno de sus conciertos. Son oro reluciente. Os dejará sedientos.

sábado, 25 de septiembre de 2010

HASTA SIEMPRE

Hace pocos días se nos fue uno de los grandes. Alguien de los pocos que supo decir las cosas con el corazón, la música, las artes. Alguien que entendió los nacionalismos de la manera que yo los entiendo: querer a tu tierra, a tu gente, a tu cultura, a tus paisajes... donde querer siempre es algo positivo y que sólo puede mejorar el resto del mundo.



Ese hombre que supo ganarse el respeto de tanta gente, a fuerza de ser auténtico y seguir sus propios dictados, sin importar si encajaban en lo estándar. Simplemente, creyendo menos en la razón de la sociedad y más en si mismo. Alguien que nos dio muchas lecciones sin pretenderlo. Alguien que se emocionó al encontrarse una oscense por Granada.

Aquí te bailo mi pequeña despedida, Labordeta. Entalto Aragón y entalto la gente auténtica. La que nos prestaste en tantos bolos aquel verano. No se te olvida, aragonés ilustre.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

PLIEGE SPANISH-TEMPORAL

Pocas veces el tiempo se estira tanto como el mío en estas dos semanas…

Además de visitar dos de mis ciudades que ocupan casillas para ellas solas en mi vida, Huesca y Barcelona y repetidas veces la -para mí desconocida- Madrid, ha habido tiempo para dar multitud de abrazos de reconocimiento, ver amanecer varias veces en compañía de gente antigua e imprescindible o gente recién estrenada, saltarme noches de sueño porque yo lo valgo y quedarme dormida luego en cualquier medio de transporte o conveniente sillón, reírme a carcajadas al ritmo de pachanga ochentera, atiborrarme de pinchos de tortilla de patata, celebrar por todo lo alto que muchos de nosotros cumplimos tres décadas, recibir sorpresas en forma de cigüeñas, intercambiar algún beso furtivo en el Monopoly de Madrid, recibir y entregar regalos solemnes hechos con el calor de muchos años de amistad, desgañitarme durante horas con El pollo con una pata, sólo para arrancar risotadas tremendas a un cuquito precioso, cenar en un torreón del Casino oscense con claveles por doquier, sorprenderme con las casualidades que esperan en cada centímetro de nuestras vidas, sentirme agradablemente bien con mi trabajo, grabar en la retina la vista de Barcelona desde el Tibidabo, atreverme a decir lo que se pienso, encandilarme con la noche madrileña, comprarme un libro cualquiera y devorarlo en cuatro lacrimosas horas, recuperar un poquito la fe en la fidelidad humana, vibrar con las conversaciones, consejos y arrumacos de los que valen la pena, confirmar –aliviada- que mi teoría de las etapas crecientes parecen seguir funcionando.

Gracias a todos los que habéis pasado por mi vida estos días, física, mental o telefónicamente. Sois el mejor cargador de pilas que se puede tener. Se os quiere.

domingo, 5 de septiembre de 2010

CARRERILLA

Una cree hacerse cada vez más inmune a las distancias. Los días se precipitan a tal velocidad que no tienes ni idea cual era la imagen que aparecía en la mitad de los meses del calendario. Mientras no se tienen planes de visitar lugares queridos y lejanos, podemos llegar a crear un espejismo de cotidianidad y nos obligamos a exprimir cada preciso instante del oasis, porque no se sabe cuanto durará.

Sin embargo, cuando tienes en tus manos un billete para atravesar en tan solo unas horas un océano entero, testigo de piratas, navegantes, barcos titánicos, búsquedas de mundo nuevos, naufragios y mensajes en botellas; descubres con alegría, que estás a tan solo unas horas de abrazar a tu gente querida, a las calles cambiantes, al acento que todos llevamos dentro.


Entonces abrí el bolso de los viajes cortos y empecé a meter en él recuerdos al azar, objetos insignificantes pero entrañables, imágenes sintéticas de lo feliz, letras que juntándose narraban sufrimientos, últimos abrazos en la primera frontera, atardeceres sin ángelus y con tableteos, sonrisas que habían sido muecas y viceversa, desvanecimientos y corajes, en fin, una antología de la hojarasca que el viento de la costumbre no había conseguido borrar de la faz de la guerra.

Buzón del tiempo. Mario Benedetti

martes, 31 de agosto de 2010

LO BAILADO



Realmente este mundo es demasiado grande. Tenemos tantos lugares que visitar, tanta gente por conocer, tantas experiencias nuevas que probar … que abruma.

Pero precisamente, aunque la lista de actividades pendientes sea larga, ardua y escarpada, es una sensación sublime el notar la subida de adrenalina antes de tachar de la lista una de ellas… y proclamar como escaladora –figurada- unos cócteles de ¡Toma ya! con una pizca de ¡Y qué!.

Toda una experiencia por delante, ningún impedimento acechante y un buen rato garantizado. Yo contra yo misma. Echando un pulso con mis tabiques. Riéndome de las aguas que nunca beberé. Nervios aliñados con las ganas. Vacilando a mi orgullo. Recompensándolo con carantoñas. Alucinando con lo logrado. Vibrando con la energía de lo nuevo.

viernes, 27 de agosto de 2010

IN THE WEST COAST



* Video en alta resolución, aquí

Pero recuerda que no hay una sola verdad, sino muchas. Que cada instante está plagado de átomos que lo refractan en mil sensaciones posibles.

Nubosidad Variable. Carmen Martín Gaite

martes, 24 de agosto de 2010

VOLANDO VOY

Existen esos momentos en la vida, en los que, por un golpe de fortuna te ves realizando algo que hacía muchos años que no hacías, demasiados, tantos que ni siquiera recordabas si lo llegaste a hacer.

En los momentos previos a la realización, tus manos temblorosas toman el objeto en cuestión pensando que nunca serán capaces de lograrlo, te entra un momento de duda, vacilas e incluso empiezas a salivar, con un absurdo tinte de preocupación.

Sin embargo, en el preciso instante en que sientes el contacto de aquello con tu piel, una convulsión te zarandea: te encuentras con tu niñez cara a cara y, bruscamente, te preguntas en que momento dejaste de sentirte así, como una niña: sin problemas, sin preocupaciones, con ganas de jugar.

Pero una vez sobrepasada la sorpresa inicial, fundes tu ser y tu mente, y te ríes, cantas, saltas, te alborotas, das volteretas… y te sientes limpia, luminosa, libre… como una cometa.

viernes, 20 de agosto de 2010

MATEMÁTICAS



El otro día me comentaba una compañera que había recuperado una agenda con números de teléfono y direcciones –de esas que, por cualquier motivo, siempre acabábamos comprándonos una nueva cada año- y se había sorprendido al ver que no recordaba casi ni la mitad de ellos. La verdad es que éste hallazgo me produjo entre escalofríos y curiosidad…

Por ejemplo, ¿Cuántas personas hemos llegado a conocer en nuestra vida? Si entendemos por conocer, haber estado más de diez minutos hablando o en compañía de esa persona, supongo que podríamos decir que entre 5000 y 10000 –siempre hay excepciones claro, probablemente si eres un guía turístico, embajador o profesor, conozcas más-. Aún así, esta cifra ya causa un ligero vértigo porque, ¿cuántas de estás personas tenemos contacto, nos llamamos, nos vemos de vez en cuando o sabemos de ellas? Probablemente, podremos decir los más afortunados –en los que me incluyo- unos 1000, tirando por lo alto. La diferencia, simplemente se disipa.

Pero aún hay más. Si ahora hacemos una estimación de las personas que nos hemos cruzado en nuestra vida, definiendo cruzarse, como al menos habernos mirado a los ojos –es decir, en una manifestación de dos millones de entes, probablemente nos habremos cruzado con 500-, nos puede salir alrededor de dos o tres millones.

Se dice pronto. Millones de personas que en algún momento pudimos cambiar sus vidas o ellas las nuestras. Individuos que si hubiéramos ejercido unas palabras, besos o abrazos quizá se hubieran convertido en amigos entrañables, amantes inolvidables o espejos insoldables. Sujetos que hoy tienen una vida llena de emociones, placer, amigos, lágrimas, magia… o que en algunos casos, están muertos – en la práctica casi todos lo están-.

Y por no hablar de los aquellos con los que nunca hemos interaccionado de ningún modo. Si estimamos la población mundial en unos 6000 millones de personas, hagamos cuentas, nos queda por conocer prácticamente 5997 millones de personas en el mundo como poco. Muchos de nosotros, probablemente moriremos habiendo conocido como mucho 30 de los mil millones de indios en el mundo.

Llegados a este punto, sólo nos queda aceptar que nuestra vida se ciñe en un 99% de azar. La criba de 1000 personas que acabamos teniendo cerca, son resultados de nuestros actos, pero nuestros actos son producto de una concatenación caótica de hechos aleatorios… Gracias, azar.

domingo, 15 de agosto de 2010

LUCIDEZ



Tenía siete años. Solíamos pasarnos noches enteras con un deseo en la boca, mientras fijábamos la mirada en la carta esférica que se abría sobre nuestras cabezas, al acecho de alguna estrella traviesa que se escapara veloz.

A falta de un mar o un fuego cercano con el que hipnotizarnos, nos refugiábamos en las estrellas. Esas grandes inmutables que siempre están allí. Su poder sedante, la magia que rezuma la noche inmensa –como bien nos decía Neruda, más inmensa sin ella- nos hacía sentir una parte muy pequeña del todo.

Hace unos días, al volver a reencontrarme con ese cielo estrellado en busca de lágrimas de San Lorenzo, he rescatado a mis fieles amigas, las que siempre están allí, las que guardan todos nuestros secretos. Lo cierto es que casi había olvidado la belleza que nos envuelve, a pesar de que me dedico a ella.

Recorrer los guiños del firmamento, la carta del cielo que al final no es más que una carta de nuestra piel, siempre fue un traslado a los más esencial de nosotros. Es allí donde aprendimos que, a pesar de las fatigas, errores y angustias, nada es tan importante. Que somos minúsculos, pero no nulos. Que estamos continuamente rozando a la perfección.

¿En qué lugar de esa bóveda celeste residen los sentimientos, la compasión, el cálculo de nuestras pobres vidas, la esperanza? -otra vez sonó la risa queda, áspera, intranquilizadora-... Aunque brillen supernovas y agonicen estrellas, mueran y nazcan planetas, todo seguirá girando, en apariencia inmutable, cuando nos hayamos ido.

La Piel del Tambor. Arturo Pérez-Reverte.

miércoles, 11 de agosto de 2010

PENSANDO EN VERDE

La verdad es que las fiestas Laurentinas son un éxito allá donde se exporten. Conseguir que unos veinte individuos que nunca que antes han oído hablar de albahaca, pañoletas, verde y blanco, chupinazos, danzantes, elixires de vino y melocotón o gritos de guerra con acento profundo de ¡Viva San Lorenzo!, acaben pareciendo auténticos oscenses con iniciativa propia, -llegando al punto de recrear al mítico personaje de SuperHuesca- pone los pelos como escarpias.

Gracias a estos nuevos oscenses de adopción. Estados Unidos es un poquito más verde y blanco.

Una plaza y un pueblo donde parece que los extranjeros han reconquistado del olvido de los españoles una tierra hermosa.

Huesca. Chaime Marcuello

domingo, 8 de agosto de 2010

BLANCAMENTE

Como bien nos canta la voz gruesa y milagrosa de esta granadina ilustre, Amparo Sánchez, enfrentarse a una hoja en blanco causa vértigo, mezcla de la brisa fresca que provoca la libertad y el hedor que exhala la desorientación –bien lo sabemos los que estamos escribiendo las interminables Marie Curie-.



Sin embargo, cuando hemos arrugado todas las demás hojas, y reciclado el resultado, se produce una chispa fundamental: nada ni nadie puede obligarnos a tachar o borrar lo que ya no existe.

Consecuencia. Venzamos el nudo en el estómago, durmamos largo y tendido, tomémonos un vino con amigos, sintámonos relajados, chisposos y queridos y… tirémonos a la piscina.

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, que más quiere? ¡Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de su rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Instrucciones para dar cuerda al reloj, Julio Cortazar

miércoles, 4 de agosto de 2010

SIMULACRO DE PRELAURENTIS

Ante una inminentes fiestas laurentinas que ya se perfilan en el horizonte oscense, he decidido organizar el II Simulacro del Chupinazo Laurentino. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.

En principio, el programa de actos va a ser modesto. Hay que apretarse el cinturón con la crisis. Sólo puedo anunciar que habrá danza de danzantes simulada, albahaca, melocotón con vino, blanco, verde, simulacro de Os Mainates, banderas oscenses, jotas, cohete y discurso. No os lo perdáis.

Precisamente, rebuscando en jotas oscenses en Internet, acabo de descubrir que mi queridísimo profesor de jotas, José Rodrigo, ese trozo de pan jotero que llevaba la sangre aragonesa por sus venas, ha volado lejos de nosotros, como la Palomica. Un abrazote desde aquí, Rodrigo. Eras el mejor.

sábado, 31 de julio de 2010

BITÁCORA



I Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

II Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.

III Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

IV Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

V Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.

VI Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

VII La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

VIII Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

X Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

XI Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

XIII Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.

XIV La noche tiene la forma de un grito de lobo.

XV Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.

XVII Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

XVIII Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

XIX Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.

Caminos del Espejo. Alejandra Pizarnik




Quisieron arrojarme al vacío, pero sólo los auténticos sabían que podía volar… Hoy por fin soy libre. Gracias a cada una de mis VERDADERAS plumas.

jueves, 29 de julio de 2010

EX-PROFESO

La sofisticación muchas veces no significa mejor… Pero si la pasión y las buenas ideas.

Este video me lo ha pasado Russell, mi compañero de despacho: El Profesor Julius Summer Miller. Es lo que veían los niños de Estados Unidos en los 80 cuando volvían del colegio. No me digáis que no es auténtico -Hi, I´m Julius Summer Miller and physics is my business- y que ahora mismo, los peques no lo aguantarían ni cinco segundos. A mi me parece hipnotizante.



En mi caso, y cómo única excepción en la sequía televisiva que había en mi casa, se veía esto al salir de colegio: Érase una vez la vida. La verdad es que es una de las mejores series que he visto nunca. Y además, a lo largo de mi vida, he seguido encontrándome a mucha gente con exactamente la misma cara de ese microbio…



Lo cierto es que nos enseñaban montones de cosas mientras nos divertían… -Al estilo que tu madre te podía meter el conejo en la comida simulando que era pollo y ni rechistabas-. Y curiosamente, muchas de estas cosas no se nos han olvidado jamás…

¿Porqué los programas han cambiado hacia el otro extremo ahora? ¿Porqué aprender ya no es sinónimo de pasárselo bien? ¿Por qué la vida no ha continuado siendo así, un rato subyugante donde ilusionarte con las experiencias de la gente? ¿Qué nos ha pasado?

sábado, 24 de julio de 2010

CARRETERA PERDIDA

Para aquellos que no lo sepáis, vivo en una casita pequeñísima que da a un caminito de tierra, y éste desemboca en el mundo urbano, casi en pleno centro. La verdad es que adoro mi little cottage. Tengo unos tiestos para plantar mis cosillas –aunque mi vecino tiene una gallina que me cae antipatiquísima desde que se comió mis albahacas-, un trocito para tumbarme a la bartola, unos árboles frondosos y antiguos, un cielo bastante estrellado para tratarse de una ciudad estadounidense y un cri-cri relajante organizado por la asociación de grillos de la redolada.

Sin embargo, hay un pequeño factor que me hace plantearme uno de los temas recurrentes entre los Davisianos -¿estoy viviendo en una película?-. Muchos de nosotros, opinamos que Davis no es más que un show de Truman, donde todos aparentamos que no nos damos cuenta… En mi caso, mi camino está empezando a parecerse a una película de David Lynch.

Si, ese cine peculiar, onírico entre espeluznante y cómico, bien embutido en el inconsciente… -Siempre me acordaré de cuando fui a ver Inland Empire en un cine fantástico de Granada, El Granada 10, donde el camarero me invitó a la copa por haberme quedado hasta el final-.

El motivo por lo que digo esto es porque, muchos días me sucede algo curioso, nada más abrir la puerta, aparece un personaje pasando por mi camino –cosa que no va de paso para casi nadie-. A veces, se trata de un señor mayor con un chihuahua, que nunca me ha dicho ni una palabra, sólo me mira y mueve la cabeza en señal de aprobación, otras veces, un señor indígena con una mochila del año la polca, que siempre se detiene a beber agua enfrente de mi puerta, en ocasiones, un chico joven y desgarbado mirando a los árboles con cara de absorto…

Y pensareis, qué exagerada… Que no, que no. Aquí pasa algo, basta con abrir la puerta de mi casa, a cualquier hora, y aparece un -conocido o no- personaje, inconexo con el anterior y haciendo algo no demasiado lógico. He de decir, que me encanta. Es como abrir una caja de sorpresas y ver que te depara en su interior.

Si seguimos el hilo de conductor de peliculones como Mullholand Drive, Cabeza Borradora o Blue Velvet en breve, debería empezar a volverme loca… Dadme un toque cuando eso pase, no me lo querría perder. –Ah, ¿que ya lo estoy?- Vaya, me acabo de dar cuenta de que en mi casa todas las cortinas son rojas…

lunes, 19 de julio de 2010

CARGADOR

Se acaba un fin de semana de lo más reparador: muchas horas de sueño y de charla con buenos amigos, bañitos al solete, renovación de lecho con estilo rumbero –mucho más que un hecho físico-, comedias, poemas, descanso mental, ignorancia del reloj, cenas con amigos, sol, ropa limpia… Me siento mucho mejor.




Leer sin llevar la cuenta de los libros devorados en la última semana, engancharse a los programas de televisión más triviales, convertirse en una clienta asidua de los vídeo clubes del pueblo, aprovechar la benignidad del clima para salir a pasear por la playa, y proponerse llegar a una roca determinada, y dar la vuelta al lograrlo sin aspirar siquiera a la muda compañía de los cangrejos, encerrarse en la cocina de vez en cuando con un recetario de los difíciles e invertir mucho más tiempo del razonable en hacer una tarta irresistible para merendársela ella sola, y disfrutarla, fueron consolidándose como hitos apreciables en sí misma, habitaciones recién estrenadas y aún no exploradas del todo de una vida que sólo entonces empezó a ser distinta de las demás que había conocido.

Almudena Grandes. Los aires difíciles

viernes, 16 de julio de 2010

COSTURERO



Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden, y te echan la culpa.
Si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado, no dar cabida al odio,
y no obstante, ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad.

Si puedes soñar y no dejar que tus sueños te dominen.
Si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo.
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera.

Si puedes soportar escuchar la verdad que has dicho
tergiversada por bribones para tender una trampa a los necios,
o contemplar destrozadas las cosas por las que dedicaste tu vida,
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas.

Si puedes hacer una pila con todos tus triunfos,
y arriesgarlo todo en un golpe de azar,
y perder, y volver a comenzar desde el principio,
y no dejar escapar una palabra sobre tu pérdida.

Si puedes hacer que tu corazón, tus nervios y tus músculos
te respondan mucho después de que hayan perdido su fuerza,
y permanezcan firmes cuando nada haya en ti
excepto la voluntad que les diga: ¡¡Adelante!!.

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud,
o caminar junto a reyes sin perder tu sentido común.
Si ni los enemigos ni los amigos pueden dañarte.
Si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado.

Si puedes llenar el preciso minuto
con sesenta segundos de un esfuerzo supremo.
Tuya es la tierra y todos los que hay en ella.
Y, lo que es más, serás un Hombre, hijo mío.



Si, Rudyard Kipling

sábado, 10 de julio de 2010

WHERE THE STREETS HAVE NO NAME

Aprovechando este jet lag que se ha venido conmigo en este viaje a través del tiempo
-ayer viví dos veces varias horas del día-, voy a intentar desgranaros la infinidad de minutos nipones de estas dos ultimas semanas en cualquier orden aleatorio.

He descubierto que Japón debería aparecer como sinónimo de sauna en algún diccionario, dos minutos allí y os derretís, literalmente. Que muchas mujeres japonesas jóvenes suelen ir vestidas, peinadas y maquilladas como si estuvieran a punto de asistir a una boda y sobre unos tacones de aguja con mucha pinta de penitencia. Que todo Japón está bombardeado por cadenas de tiendas estadounidenses, siendo de lo más frecuente encontrar un McDonalds o 7-eleven en cada vuelta de la esquina -del otro bombardeo, yo no vi ni rastro-. Que la gente lee manga a todas horas, incluso los abuelitos de 70 años. Que Tokyo es un amasijo de rascacielos al estilo americano, luces de neón y tiendas atestadas de adolescentes desconcertadamente modernos o estrambóticos. Que Kyoto, por el contrario, representa la parte ancestral, la de los incontables templos delicadamente preciosos rodeados de Toris o puertas rojas –si se trata de sintoísta- o budas gigantes –si se trata de budistas-, todos ellos adornados con bosques enormes e impolutos.

Que el idioma nipón es agradable al oído, consiste en palabras muy largas y cantarinas, acompañados siempre de reverencias que pueden derivar en bucles infinitos. Que mi memoria occidental es capaz de retener el nombre de una barrio, calle o persona durante un máximo de dos minutos. Que una buena parte de las señoras mayores japonesas –sobre todo fuera de Tokyo- siguen llevando su elegante kimono, junto con sus chancletas con calcetín de chancleta y su moño perfectísimo. Que curiosamente, los calcetines de chancleta -manoplas para los pies- es un inventazo que no se ha exportado todavía. Que los aficionados a los deportes –vale, al fútbol- sueltan unos grititos muy agudos cada vez que un jugador merodea cerca de una portería. Que en Kyoto existe la cafetería más pequeña del mundo – medio pasillo de una casa- regentado por un japonés heavy muy salado que adora escuchar música a todo volumen y hacer la competencia a Starbucks. Que la gente vive en cubículos diminutos. Que incluso las habitaciones de hotel y los baños son diminutos. Que una ya no sabe si el hecho de que los japoneses sean delgaditos es una causa o consecuencia. Que las novelas de Haruki Murakami ahora cobran más sentido que nunca.

Que los nipones son muy sonrientes. Que los váteres tienen como 15 botones al lado, para que te alivies con diferentes chorros a tu elección, ruiditos o aromas. Que Hello Kitty o Picachu son héroes nacionales. Que las Geishas existen pero son difíciles de ver. Se reconocen porque van vestidas de kimono y con la cara completamente blanca. Que toda la población aprovecha cualquier viajecito en al metro para entroncarse, es decir echarse un sueño profundo para despertarse justo en la estación que les toca –gracias por la introducción de este vocablo Susi-. Que ir con una cámara por el metro no te convierte en guiri automáticamente, ya que todo el mundo echa fotos a cualquier cosa en la que aparezca el símbolo de victoria y se las manda por sus teléfonos de última generación a sus amigos. Que uno de los mejore restaurantes de Japón, se encuentra en Nara, donde puedes encontrar desde los monjes budistas en oración, hasta el vecino de la esquina que ha bajado a atiborrarse por un módico precio de sushi y tempura impresionantemente delicioso. Que incluso a los amantes del sushi como a mi, nos puede llegar a hartar tras comerlo durante diez días seguidos. Que está prohibido fumar en muchas calles y permitido en muchos bares. Que la gente va con la cartera en el bolsillo de atrás y nadie roba a nadie. Que el museo Ghibli -una casa encantada basada en las películas de Hayao Mizayaki- es una joyita completamente recomendable.

Que en un lugar donde las calles no tienen nombre y hay más densidad de humanidad que en cualquier parte del planeta, sólo puedes toparte con … cualquier cosa. Un abrazote desde aquí a Susi y David por descubrirme mucho de esto y compartir muchos de estos momentos.