En este mes temático sobre superpoderes, hoy -por recién experimentado- toca el poder de la hostia. O lo que es lo mismo, el poder de tocar fondo. Aunque parezca irónico -o exótico-, éste es uno de los poderes más increíbles que existe.
El momento en que llega ese golpe que –inesperado o no- nos tumba al suelo, es mucho más glorioso que una simple colleja. A cambio de unas malas horas, la conmoción nos hace disipar toda la energía negativa que se había producido –no es más que una ley de la física-, nos hace desentumecer todas las lágrimas acumuladas que teníamos guardadas para la ocasión, nos hace desenvolver las entrañas para envolverlas de nuevo con un papel nuevo, nos hace pasar un luto necesario para tener la ocasión de plantearnos quién queremos ser a partir de mañana, cuando ya todo esté enterrado.
Y en el ojo del huracán, cuando estamos derrumbados en el suelo, nos damos cuenta que de allí ya no se puede bajar más. Ya hemos agotado todo lo que nos hacía sentir mal, todo a lo que temíamos. Cuando lo que nos torturaba se ha decidido a dispararnos el tiro certero, ya sólo cabe un renacer nuevo y exuberante.
Le sorprendería saber lo fuerte que es alguien que no tiene nada que perder excepto a sí misma.
La reina del sur. Arturo Pérez-Reverte.
Adiós
Hace 4 años
El poder de la ostia es muy grande sí… probablemente el poder más grande… nadie quiere usarlo pero acaba apareciendo siempre… entra en la vida de todos, sin excepción, sin pedir cita previa, sin llamar a la puerta antes de cruzarla… el problema es que es tan fuerte que bloquea, desconcierta, y, por desgracia, no todo el mundo sabe usarlo… menos mal que ya le hemos cogido el truco ¿eh? y, aunque sigamos prefiriendo que no nos haga visitas asiduas, ya no nos asusta cuando aparece…
ResponderEliminarMe apunto la frase de Reverte¡¡ pero ¿acaso es que hay algo peor que perderse a uno mismo? creo que eso es lo que muchas personas no entienden…
Un abrazote preciosa¡¡¡
Muaaaaaaaaaaaaaaa
C. Dubitatus:Pero ahí reside su poder… En que ataca por sorpresa, desbarajusta todo lo que encuentra, pero precisamente de ese caos, sale algo de orden… Siempre hay algo nuevo que la hostia te descubre, te hace aprender, o te dirige por caminos que de, otra forma nunca hubieras llegado… El éxito enseña poco, el fracaso mucho.
ResponderEliminarY una cosa buenísima de las hostias, es que también te deja claro quién está siempre ahí.
Gracias. Un besote