Esta semana va de superpoderes. Si el último post iba sobre el poder del canto, hoy le toca el turno a uno de los poderes más desconocidos: el del soplo. Resulta que como bien nos contaba ya Albert Espinosa en El Mundo Amarillo, tenemos un arma preciosa dentro de nosotros que sirve para curar todo tipo de males:
Los soplidos se acumulan en nuestro interior y hay que sacarlos, hay que extraerlos. Creo que, sin saberlo, el organismo nos ha dado un arma contra la mala suerte; el problema es la cotidianidad de ese superpoder ha hecho que no la percibamos.
Si, en efecto, ponedlo en práctica, cuando lleguéis a ese momento del día en que estáis cansados, lo empezáis a ver todo negro o no veis nada claro, simplemente coged mucho mucho aire y soltarlo con todas vuestras fuerzas. Repetirlo hasta que os quedéis extenuados, y –no hay error de medida- veréis como inmediatamente se filtra un rayo de luz, y las comisuras de los labios comienzan a despertarse…
También se puede hacer cuando uno se siento feliz, muy feliz… Esos momentos en que uno daría brincos o volteretas. Probad a soltar un buen soplido… ¡No uno, cientos! Con eso contribuís a que parte de la energía que desbordáis se acumule en algún otro soplo más necesitado.
Va en serio, ya, ahora, probadlo. ¿Qué? ¿Funciona o no? Era así de fácil… Muchas de las cosas buenas que nos puedan pasar empiezan con un soplo.
Explicaba, entre muchas más cosas, el poder del soplo. Nos hablaba de las madres que soplaban las heridas de sus hijos que se habían caído de la bicicleta, de rasguños que se curaban con soplidos y un poco de agua oxigenada. El superpoder del soplo.
Albert Espinosa. El mundo amarillo.
Adiós
Hace 4 años
funcionaaaaa :)
ResponderEliminarRuth: ¿¿Eh que si?? ¡¡Me alegro!!
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