No se si conocéis la sensación de que la belleza os haga daño… De someteros a tal saturación de lo precioso, de lo mágico que al final no podéis ni respirar. De que día tras día no podáis dejar de salir al a calle y admirar la confluencia de arquitectura, luz, y espíritu bohemio que se respira. De que llegues a creer que sea posible vivir de la admiración y el arte que ese entorno provoca. De que te imagines viviendo allá, hace décadas, siglos o en este mismo instante.
A mí eso me ha pasado pocas veces, en concreto tres, y hoy día son mis tres ciudades favoritas. De la tercera ya hemos hablado
alguna que
otra vez. Y la primera, quizá por ser mi habitual, no lo he hecho todavía, pero no hay prisa, ya llegará el día. Lo que sí puedo es proclamar orgullosamente, que voy a ser capaz de vivir a lo largo de mi vida en las tres –o muy cerca de las tres-.
Y si acaparo tantas ciudades cargadas de belleza, al igual que muchos artistas lo hicieron en el pasado –como bien conoce el gran Woody Allen- no es por avaricia, sino por tener la ilusión de que de vez en cuando, podemos conducir nuestra vida un ratito y aparcarla en el sitio más increíble. Es más, tenemos la obligación de hacerlo. En ésta, nuestra única vida, deberíamos derrochar el mejor perfume siempre que esté en nuestra mano.
Probablemente de todos nuestro sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.
Julio Cortázar, Rayuela
J'espére que Paris te donne tout ce que tu cherches! Je suis sûre que tu y seras très heureuse. Gros bisou ma belle!
ResponderEliminarMerci mon chérie! Je ne se pas que dira el futur, mais je suis sure que je maintiendrai les yeux ouverts! ☺ Gros bisous a nouvel monde!
ResponderEliminarLo siento, Timonera, pero la película de Woody Allen me parece más que lamentable. No así la ciudad, que he recorrido kilométricamente. Una vez cumplidos los ritos del turista queda pasear, mirar, respirar.
ResponderEliminar¿Cuáles son las otras dos? Yo, sin desmerecer París, diría que Lisboa, Praga y Venecia. Que me busquen por allí.
Atticus: ¡Bienvenido de nuevo! Siento estar en desacuerdo, pero yo disfruté muchísimo esa película, y mira que tuve mi época de enfado con el cine de Woody Allen, pero luego me reconcilié.... En cualquier caso, Paris siempre será un pozo infinito de belleza -te escribo desde la misma ahora mismo-.
ResponderEliminarLas otras dos, y partiendo de la base de que todos estamos sesgados por nuestro bagaje vital, son Barcelona (la primera) y San Francisco (la tercera). Lisboa y Venecia son increíbles, Praga no la conozco, pero sólo en estas tres sentí esa embriaguez irrepetible. Eso sí, espero que la lista siga creciendo.