martes, 31 de diciembre de 2013

POR LOS FUTUROS BUENOS TIEMPOS



Ya estamos ahí. Ya se acaba el año, una vez más, y con él –como mujer que adora las listas, las tradiciones y los rituales- vuelvo a echar la vista al año que se va en unas horas para sintetizar lo que ha pasado en diferentes aspectos de mi vida y ser consciente –aunque sea mientras lo escribo- de lo vivido y lo sufrido, de lo logrado y lo errado, de lo que dejo atrás y forma parte de mí, y de lo que está por venir.

Si tengo que resumir en una palabra mi 2013 creo que me quedo con auto-aprendizaje. Después de eso también ha venido el renacimiento y crecimiento. Creo que he derribado a enormes dragones que llevaban mucho tiempo bailando conmigo. Ahora, al menos el camino está mucho más despejado. Eso sólo ya, merece un buen brindis.

Aunque otros años he elegido un modesto propósito para el futuro, este año, voy a abstenerme ya que tengo demasiada incertidumbre por delante como para concretar algo. Esperaré a que poco a poco la niebla se disipe y entonces disfrutaré y elegiré mi camino. Si, quizá esto puede considerarse un propósito.

Espero que vuestros balances y propósitos sean brillantes, exitosos y que el 2014 esté lleno de alegría. Un chin chin con tintes de 2014 desde aquí.


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

Defensa de la Alegría. Mario Benedetti.

martes, 24 de diciembre de 2013

ALTA MAR


Atravesar una sensación de limbo es algo extraño, una combinación de contrastes… No sabes si calificarla de agradable o aterradora, de aventura o de secuestro. Esa indescriptible sensación etérea de no permanecer a ningún sitio, de no tener unas largas raíces envolventes como mucho otros a tu alrededor, de fragilidad, de que un soplo de aire te pueda arrastrar en espiral hacia algún lugar cualquiera a la deriva, quizá peligroso o deplorable, quizá no; provoca, cuando menos, un buen nudo en el estómago.

Sé que mucha gente idealiza esta sensación y le asigna un nombre algo trivial: libertad. Si, es cierto que todos deberíamos poder decidir nuestros actos independientemente de nuestra condición social, familiar o laboral, pero esos lazos invisibles son más poderosos de lo que parecen a simple vista. Al final, solemos realizar caminos intrincados debidos a las zancadillas que esto lazos nos provocan. Pero eso es otro tema.

En mi caso, más que libertad, yo llamaría a este estremecimiento vértigo, gravedad cero… Supongo que no acarrear una retahíla de devastación detrás es bueno, símbolo de madurez y de buen hacer. Soy consciente de que con la gente importante no se le echa de menos, porque apenas notas si vives o no en la misma ciudad. Pero eso de ser un globo pendiente de un frágil hilo produce escalofríos… aunque en momentos lúcidos, también paz, e incluso una pizca de placer, sobre todo al recordar, porqué decidiste echar a volar hace muchos años ya.

Así que hoy, en este día de felicitaciones -¿de qué?- horteras, en el que todo el mundo se siente más bueno y generoso, yo, a cambio, declaro mi estatus de levedad y deseo que la vida nos haga descender, suave y limpiamente en un lugar mullido y blandito, donde allí si, nos apetezca poner algo de peso que tire de la cuerda.

Te gustaría sumar las horas que has pasado viajando a esos sitios [...], pero no sabrías cómo empezar, has perdido la pista de cuántos viajes has hecho por Estados Unidos, no tienes idea de cuántas veces has salido de Norteamérica para ir al extranjero, y por tanto jamás hallarás el número exacto ni aproximado de los miles de horas de tu vida que has pasado entre un sitio y otro, yendo y viniendo, las montañas de tiempo que has dedicado a ir en aviones, autobuses, trenes y coches, el tiempo desperdiciado en esforzarte por vencer los efectos del desfase horario, el aburrimiento de esperar a que anuncien tu vuelo en los aeropuertos, el tedio mortal de estar frente a la cinta de los equipajes mientras esperas a que tu maleta caiga por la rampa, pero nada te resulta más desconcertante que viajar en el avión mismo, esa extraña sensación de estar en ninguna parte que te envuelve cada vez que pones le pie en la cabina, la irrealidad de verte propulsado por el espacio a más de mil kilómetros por hora, tan lejos del suelo que empiezas a perder la impresión de tu misma realidad, como si el hecho de tu propia existencia se te fuera espaciando poco a poco,, pero tal es el precio que pagas por salir de casa, y mientras continúes viajando, esa ninguna parte que se encuentra entre el aquí de casa y el allí de algún sitio seguirá siendo uno de los lugares donde vives. 

Diario de invierno. Paul Auster

viernes, 20 de diciembre de 2013

RE-DESPEDIDA



Qué raras las despedidas. Tienen algo helador, como de muerte, y sin embargo despiertan la fuerza desesperada de la vida. Quizá las despedidas fundan un territorio, o nos devuelven al único territorio que de verdad nos pertenece, la soledad. Es como si, de tanto en tanto, una debiera regresar a esa zona, trazar una raya y decir: de aquí salí, ésta era yo. 

El viajero del siglo. Andrés Neuman

domingo, 15 de diciembre de 2013

LA REVOLUCIÓN DE LAS TRUFAS



Hace unos días hice una buena remesa de trufas caseras -que, no es por decirlo, pero me salen de rechupete- y decidí que iba a repartirlas entre esa gente que silenciosa, esos que están a nuestro alrededor, y que nos hacen la vida más fácil, más amable, aunque rara vez nos acordemos de la persona que hay detrás. Cuando una ha trabajado de cantante de orquesta de fiesta mayor sabe de lo que habla.

Así que un lunes por la mañana fui caminando de mi casa al trabajo con mi bandeja de trufas y las primeras cayeron en las manos de Paco, el señor de la tienda de pinturas y en las de su hija que correteaba por allí; unos metros después, Manolita la pescatera y su marido sólo quisieron coger una porque tenían que vigilar su peso, justo lo contrario que Marina la panadera, que la devoró casi con fruición. Al llegar a mi trabajo Paco, el conserje, tomó una con un ligero refunfuño amable –muy al estilo granadino- quejándose del tamaño XXL de aquellas trufas. Poco después, en la administración, fui testigo con agrado de cómo Francisco y Marian, los secretarios más eficientes de todos los tiempos, se les iluminaba la cara con su ración de chocolate… Cristina, Fina, Elisa, Rosa, Adrián… Secretarios, gerentes, cobradores... Ya, para finalizar aproveché que las cuatro chicas de la limpieza estaban haciendo su cafelito de descanso y se los endulcé un poco.

Me pareció muy curioso que todos se sorprendieran ante la ausencia de un motivo claro por el que una persona llega un día cualquiera y regala un poco de alegría. Lo cierto es que ese día insuflé un poco de dulzura en el mundo. Ese día me dio la sensación de que no es tan complicado provocar sonrisas, repartir felicidad –al estilo low–cost del calvo de lotería de Navidad-. Imaginaros el desafío mundial que puede suponer eso: iniciar la revolución de las trufas. Escoger un día cualquiera al año y dedicarse a repartir alegría –cada uno a nuestra manera-. ¿No podríamos cambiar el mundo?

Si algo aprendió Max Costa en cincuenta años de rodar por toda clase de sitios, es que los subalternos son más útiles que los jefes. Por eso procuró siempre estrechar relaciones con quienes de verdad resuelven problemas: conserjes, porteros, camareros, secretarias, taxistas o telefonistas. Gente por cuyas manos pasan los resortes de una sociedad acomodada. Pero tan prácticas relaciones no se improvisan; se establecen con el tiempo, sentido común y algo imposible de conseguir con dinero: una naturalidad de trato equivalente a decir hoy por mí, mañana por ti, y en todo caso te la debo, amigo mío. 


El tango de la guardia vieja. Arturo Pérez-Reverte

martes, 10 de diciembre de 2013

ALQUIMIA COMESTIBLE



Hace unos días me entró un mono terrible de cocinar. Me lancé a la calle en busca del material adecuado y compré harina en un sitio estupendo para hacer pan con masa madre que me habían regalado; todos los elementos necesarios para hacer una especialidad heredada de mi madre: trufas de chocolate; y un gran abanico de ingredientes más para hacer varios platos para toda la semana.

Lo cierto es que esos ratos en la cocina forman parte de otra lista de mis pequeños placeres. Esos instantes mezcla de magia, alquimia y sensación de hogar son irremplazables. Son momentos aparentemente lentos, en los que todo parece necesitar su tiempo, su ritmo, pero que en el que “se cuecen muchas cosas a la vez” -nunca mejor dicho-, y todas ellas necesitan nuestra completa dedicación.

Quizá por eso, para mí cocinar es un bálsamo que me ayuda a relajarme y dejar la mente en blanco. Esa sucesión de actos que sólo se dan en la cocina hace que tengamos que concentrar toda nuestra atención en un hervor, en que los cortes sean suficientemente finos, en que los alimentos queden sazonados en su justo punto o, en mi favorito, amasar algo con todo tu cuerpo.

Inmediatamente después, llega el trance para los sentidos: aspirar ese olor a pan recién hecho que se esparce por toda la casa, degustar un guiso recién hecho en su punto justo, visualizar las sonrisas de la gente cuando les regalas trufas… Y cuando ves que todo eso es embriagador y lo reconoces como tuyo, sólo puedes dejar que te embargue la emoción. En serio.

Si todavía no estáis enganchados, daros esta oportunidad se convertiros en alquimistas del siglo XX por unas horas. Descubriréis una actividad poderosísima que permanece latente en nuestras neveras o armarios, a la espera de que alguien la despierte.


Mientras tanto, ella había empezado ya a asignar un sabor y un olor determinados a cada persona, y se esforzaba por recordarlos con precisión cada vez que se tropezaba con cualquiera de sus portadores. Su madre sabía a tarta de limón con merengue tostado por encima, su padre a callos recién hechos y un poco picantes, su hermano mayor a besugo asado a la espalda, con mucho ajo...

Malena, una vida hervida. (Modelos de Mujer). Almudena Grandes.

viernes, 6 de diciembre de 2013

PEQUEÑOS PLACERES



En estos días en el que el insomnio, los nervios en el estómago, la avalancha de pensamientos repetitivos y/o circulares –mayormente inútiles debido a esa propiedad intrínseca de la vida por la que no sirve de mucho prever las cosas con demasiada antelación- y la lista interminable de pequeñas cosas, no me da tregua, voy haciendo uso de mis pequeños placeres al alcance de cualquier bolsillo.

En primer lugar, desgranar una buena cena con amigos mientras hablas abiertamente –maldita manía de evitar hablar de lo que nos duele- de nuestros miedos, es el mejor bálsamo que una puede encontrar. Eso es evidente, y al post anterior me remito.

Además de eso, y en otro orden, hay una retahíla de pequeños rituales que proporcionan algo de paz de espíritu Por ejemplo: leer un rato antes de levantarte de la cama, hacer el esfuerzo consciente de perderse en las callejuelas de una ciudad laberíntica, darte un baño largo con agua muy caliente,
comprarse un CD nuevo y dedicar su 40 minutos a saborear –carátula en mano- las letras que te van desgranando al oído o recuperar una película que ya habías visto y te había encantado y volverla a ver, para recuperar esa magnífica sensación de arte bien hecho.

Para mí, todo eso son magníficas herramientas que te evaden de un plumazo -al menos temporalmente- de los miedos más profundos, pero más absurdos también. Lo que, de alguna manera, te hacen relativizar y te recuerdan –por enésima vez- que al fin y al cabo, nada es tan importante.

domingo, 1 de diciembre de 2013

EL SUPERPODER DE LOS AMIGOS MUNDIALES

Hoy voy a hablaros del que, probablemente sea el poder más grande, expansivo y a su vez, más común de todos los deshilados hasta la fecha: el superpoder de la red mundial de amigos.



Todos deberíamos ser conscientes de que estamos absoluta y totalmente solos, por muy seres sociales que seamos, por el mero motivo de que poseemos un fuerte instinto de supervivencia que nos hace ocuparnos en primer lugar de nuestro propio destino. Sin embargo, una vez conseguimos mantenernos en un equilibrio temporal y llegar a un grado de satisfacción aceptable en nuestra vida, surge el concepto de la amistad: nos escogemos mutuamente con esas personas que han ido apareciendo en nuestras vidas, con las que nos queremos más especialmente, nos valoramos y siempre que esté en nuestra mano nos intentamos ayudar. La reciprocidad es una condición necesaria –si no es así, tiene fecha de caducidad- y además, debe ser de origen totalmente desinteresado. Te alegras con los logros de tus amigos, te entristeces con sus pérdidas. Intentas ayudar, consolar y celebrar la vida con ellos.

Además, los amigos son importantes porque en parte son trazadores de nuestras vidas. Son personas que nos han ayudado a tomar decisiones, nos han hecho ver pros o contras de las cosas, y han consolado nuestros miedos más profundos.

Una curiosa propiedad de la amistad es su estado latente. Existen periodos en los que no puedes cuidar mucho de ésta, pero existe un sustrato sobre el que sigue creciendo –o cuando menos, manteniéndose-. Sin embargo, en momentos críticos –ya se a de urgencia, euforia o calamidades- esa red se permea, se expande y se transforma para envolverte.

En mi caso particular, si en esta vida me felicito por el algo, es por tener el poder de haber tejido una inmensa red de amigos mundiales y de que, con el paso de los años, no deje de aumentar. Tengo la grandísima suerte de que la vida me ha presentado a gente fantástica sin la que hoy, no estaría aquí. Son, prácticamente, injertos de mi piel.

De nuevo, una vez más, estos días vuelvo a hacer uso de este gran superpoder y ante mi próxima aventura consistente en empezar una nueva vida en otro país, ya está esa gran familia mundial activada y transformándolo todo en algo mucho más llevadero, más amable, más brillante. Desde aquí un abrazo a todos y cada unos de los miembros de mi gran red.

Todos los seres humanos estamos condicionados por la historia, que todos somos hijos de una Época determinada, y nos movemos en ella como los actores de teatro se desenvuelven en un decorado. Marita y yo nos conocimos en un año concreto, en unas condiciones concretas, y nos hicimos amigas porque en aquel momento todo nos empujaba mutuamente, todo, nuestra edad, nuestra ideología, nuestros gustos, nuestra manera de entender las cosas, todo conspiraba para que acabáramos siendo amigas. 

Atlas de Geografía Humana. Almudena Grandes.

martes, 26 de noviembre de 2013

LO QUE NOS GUSTA


Una gran lección sobre el plantearse para qué sirve nuestra vida, sobre el "fuera los miedos y adentro la aventura", sobre el atreverse a renunciar a los colchones y darse cuenta de que muchas veces eran cadenas encubiertas, sobre hacer lo que a uno le requetegusta sobre todas las cosas y a liberarse del pánico que la página en blanco de un futuro incierto puede tener apostando por cosas tan delirantes como un violín-trompeta o un serrucho musical, sobre simplificar nuestra existencia y no conformarse con hacer lo que a uno le gusta, sino lo que encanta.

Bravo por esas ideas, ese coraje y por estas dos frases de este discurso improvisado que me han obnibulado:

"No puedes hacer lo que te gusta, sino haces lo que te gusta". 

"Hay tres pasos en lo que te gusta: lo que te gusta, lo que más te gusta y lo que te gusta de verdad dentro de lo que más te gusta." 


Qué fácil. Y no hay más que hablar.

viernes, 22 de noviembre de 2013

REALISMO ILUSTRADO



(Un abrazote desde aquí, Bea, por la canción)

Llevo un tiempo buscando piso en París en la distancia para mi nueva etapa que se aproxima inminentemente y la verdad es, que si bien varias personas me habían asegurado que era toda una hazaña propia de un descendiente directo del Cid campeador encontrar algo a un precio asequible, pensaba que exageraban o que habían tenido mala suerte. No podía imagina que era completamente verídico.

Aún no he aterrizado allí y pienso hacerlo con muchísimas ganas y toda la carne en el asador, pero así a priori, me parece muy sorprendente –cuando menos- que en una de las ciudades más increíbles del mundo, abanderada de la libertad y la igualdad, la gente viva hacinada. Estoy viendo gente de más de 40 años pagar 700 euros por una habitación en un piso compartido y aún así darse de bofetadas por conseguir uno. Estoy viendo pagar cantidades astronómicas por 20 metros cuadrados. Estoy viendo multitud de trabas burocráticas para alquilar un habitación. Y no sigo, que no es el lugar ni el momento.

La verdad es que pensé que, en esta nueva aventura mía en el extranjero, al ser en otro país de Europa -además de viejo conocido, sobre todo para los que somos del norte-, no tendría un choque cultural tan grande como el que tuve en EEUU, país con una historia y desarrollo muchísimo más divergente al nuestro en comparación con los europeos. Y sin embargo, creo que aún no estoy allí y ya me estoy llevando una gran sorpresa: ¿cómo es posible que la gente aguante eso tanto tiempo? Si gente como yo, que tenemos un sueldo medianamente digno, ahorros, contactos y por eso mismo, pertenecemos a un porcentaje muy pequeño de población, casi no podemos llegar a optar a un piso de 20 metros cuadrado, ¿quienes puede hacerlo entonces? ¿Porqué, entonces, la gente sigue viviendo así? ¿Es que la belleza, el alma, de la ciudad compensa lo suficiente? ¿Por qué no se alían entre ellos en lugar de pelear por ello? ¿No se trata de uno de los países del mundo que ostenta la fama de ser reivindicativo?

Y ya en un nivel más de filosofía: ¿Por qué aceptamos ciertas cosas? Supongo que es por el mismo motivo que la gente acepta estar en paro y seguir yendo a trabajar, o piensa que su amante dejará a su mujer por amor… Por una mezcla de ceguera voluntaria, pereza, miedo y ensoñación.

De cualquier manera, es sólo una primera impresión sin haber puesto el pie allí un tiempo largo. Volveré a contaros mis observaciones de éste y mucho otros aspectos una vez allá. Si algo he aprendido viajando es que una aprende cosas nuevas que valorará toda la vida y aprende a valorar cosas antiguas que no conocía su auténtico valor.


Siempre, en todos los grandes viajes y en los libros que quieres escribir, hay una hora en que tu sentido común y tu corazón te aconsejan rendirte, cuando nada se parece a lo que has imaginado ni a lo que te han dicho o has leído, y también cuando tu propio sueño se desmorona ante la realidad de tu poco valor y tu escaso talento Incluso cuando te das cuenta de que nada es seguro y que puedes encontrarte de bruces con lo que no imaginas. Pero es ése el momento en el que debes vencer  en el que debes decirte que hay que seguir, porque luego comprendes que se trata del mejor instante de tu vida.

Vagabundo en África. Javier Reverte

lunes, 18 de noviembre de 2013

EL HOMBRE OFICIOSO


Las cosas que hacía no le importaban nada y estaba encantado. De pronto comprendió la felicidad de las gentes (hasta entonces siempre se había compadecido de ellas) que desempeñaban una función a la que no se sentían obligadas por ningún "es muss sein!" interior y que podían olvidarla en cuanto dejaban su puesto de trabajo. Hasta entonces nunca había sentido aquella dulce indiferencia. 

La insoportable levedad del ser. Milan Kundera

viernes, 15 de noviembre de 2013

FRONTERAS HUMANAS



Se aprende mucho estudiando la naturaleza humana.. No es que me guste hacer deliberadamente experimentos previamente planeados con las personas, porque, entre otras cosas, no creo que se deba hacer algo que no te gustaría que se te hicieran a ti. Sin embargo, a veces la vida se encarga de realizar un experimento sólo para tí y te planta los resultados delante de tu cara para que aprendas del comportamiento humano.

Una de las situaciones que me he enfrentado estos días ha sido una situación extrema y continua de estrés, ante la cual he observado tres comportamientos diferentes. En primer lugar, existe gente que decide cargar un peso tremendo sobre sus hombros sin importar lo que hagan los demás, por voluntad propia, porque creen en la causa del estrés, lo cual les hace tremendamente respetables y el posible mal humor que los nervios y el cansancio pueden provocar es 100% perdonable. Como contrapartida, estas personas son, por su carácter bondadoso, altamente influenciables y maleables. Por otra parte, existe los que deciden cargar mucho peso por compromiso y, como consecuencia, se preparan para juzgar a los demás si deciden no hacerlo o incluso, forzarles a actuar de la misma manera que ellos bajo pena de crear un vacío, hacer sentir mal, culpabilizando o adoptando un papel de víctima. Finalmente, existen los individuos que deciden no hacer suyo esos problemas y se desentienden de todo y de todos, haciendo lo que mejor le parece para su bien. Este comportamiento es, desde luego el más sincero bajo mi punto de vista, mucho más preferible al anterior ya que se basa en un "cuida de ti mismo y sólo si tienes tiempo preocúpate de los demás”, algo totalmente respetable.

Si bien estos tres tipos de personas pueden parecer evidentes, a mí no me lo había resultado hasta ahora. Es bueno ser consciente del entorno y sus opciones –al igual que, por ejemplo, de las diferentes maneras de viajar-, para decidir cómo quieres actuar ante cada persona y como decides actuar ante la interacción con cada prototipo. En mi caso, lección aprendida.

Lo bueno de los experimentos –conscientes o no- es que siempre arrojan resultados, es cosa nuestra aprovechar la oportunidad y aprehenderlos.

lunes, 11 de noviembre de 2013

FRECUENCIAS



Ahora podemos entender mejor el abismo que separaba a Sabina de Franz: él escuchaba con avidez la historia de su vida y ella lo escuchaba a él con la misma avidez. Comprendían con precisión el significado lógico de las palabras que se decían, peor no oían en cambio el murmullo del río semántico que fluía por aquellas palabras.

La insoportable levedad del ser. Milan Kundera

jueves, 7 de noviembre de 2013

FRÁGIL

(Una versión maravillosa de esta canción, aquí) 

Pienso en la época en que el mundo conocido apenas existía para nosotros cuatro; los días eran simplemente espacios entre sueños, espacios entre capas móviles de tiempo, de actividades, de charla intrascendente... Un flujo y reflujo de asuntos insignificantes, un husmear cosas muertas, fuera de todo ambiente real, que no nos llevaba a ninguna parte, que no nos exigía nada salvo lo imposible: ser nosotros mismos. 

 Justine. Lawrence Durrell.

domingo, 3 de noviembre de 2013

ACOPIO DE APRENDIZAJE



Una de las máximas preferidas de mi madre siempre ha sido: El saber no ocupa lugar. Haciendo que mi hermana y yo, nos imagináramos a Saber, como un señor muy muy alto y muy muy delgado, como un personaje de una historia de animación francesa. Con el paso de los años, he entendido y agradecido infinitamente a ese señor Saber –y a mi madre, su creadora, por supuesto- por todo lo que ha puesto a mi disposición.

Recuerdo que cuando éramos pequeñas, nuestros acopios de saber durante el curso consistía en las asignaturas del colegio, el conservatorio y los idiomas, además de miles de libros y cassettes que siempre rondaban por casa. Cuando llegaba el verano, las cosas cambiaban. El aprendizaje entonces se convertía en más light y en lugar de tener que hacer deberes, o empollar tochos, la cosa iba más sobre esos pequeños aprisionamientos de sabiduría que podrían sernos de ayuda – o tal vez no- en la vida, pero que, en cualquier caso, no requerían demasiado esfuerzo, dinero o tiempo.

Yo hoy día, tengo la teoría que es gracias a ese puñado de cosas extremadamente útiles que hemos sabido sobrevivir a esta vida de locos. En esa sucesión de veranos, aprendimos cosas tan útiles como mecanografía –no puedo ni imaginar lo lentísima que sería la vida sin poder escribir en un teclado a un ritmo ligero-; taquigrafía –ciertamente no ha tenido muchas aplicaciones conscientes, pero sí que me ayudó a comunicarme en clave, a parecer que escribía en árabe o apuntarme alguna palabra imposible de recordar en la mano para un examen-; corte y confección –aunque yo odiaba esas mañana eternas rodeadas de señoras que ponían el grito en el cielo por no adelgazar con su dieta frugal, aprendí mucho de ellas y además, que un buen patrón puede hacerte crear cualquier cosa-; cante y baile de jotas –una de las cosas que más orgullo me provoca. El arte jotero conlleva una actitud ante la vida, una fortaleza impresa en los descendientes de Agustina de Aragón.-; encuadernamiento de libros –donde desarrollé la buena intención de querer curar las heridas a los andrajosos volúmenes que frecuentaban ese hospital de libros (la biblioteca pública, de hecho). No pasó de una buena intención ya que, dicho sea de paso, siempre fui una chapucera indeleble-; pintura –pues eso, intentar pintar o dibujar me hizo ser consciente de que el chapucerismo es una fuerza genética más poderosa que cualquier posibilidad artística. Está bien ser consciente de tus más y tus menos.-; maquillaje –mi madre me hizo hacer esta actividad cuando comencé a tocar en un cuarteto en bodas porque, según ella, el susodicho señor Saber se convertía en una buena inversión con objetivos cortos. Así que, me encontré en aquel laboratorio de máscaras, sombras y pinturas y aprendí cosas muy curiosas: por ejemplo, que el verde mata el rojo o que el quitaojeras puede quitar casi cualquier cosa-; cocina –impartida por mi propia madre, una de las mejores cocineras que conozco, durante tres veranos seguidos. Aquí aprendí que las artes siguen un riguroso proceso científico (temperaturas, cantidades, ingredientes fundamentales) que no puedes saltarte, pero que existe una segunda cuestión: la intuición, no menos importante que la primera que marca la diferencia entre algo bien hecho y algo grandioso-.

Casi quince años después de que ya no viva con mis padres, el señor Saber sigue estando muy muy presente. Él me ha demostrado con numerosos ejemplos como algo que puedes aprender un poco al azar puede resultarte utilísimo a partir de un cierto momento –como esa prenda de ropa que compraste medio a desgana y hoy día es la cosa más cómoda y útil que tienes en el armario- o bien puede no tener resultados tangibles pero el hecho de tenerla en tu subconsciente puede darte visiones del mundo que de otra manera no hubieras podido tener.

Por eso, hoy brindo por ese señor y por esos padres –un besote desde aquí- que tenían esa sabiduría innata para hacernos aprender por el mero hecho de aprender.


Lo mejor para la tristeza –contestó Merlín, empezando a soplar y resoplar- es aprender algo. Es lo único que no falla nunca. Puedes envejecer y sentir toda tu anatomía temblorosa; puedes permanecer durante horas por la noche escuchando el desorden de tus venas; puedes echar de menos a tu único amor, puedes ver al mundo a tu alrededor devastado por locos perversos; o saber que tu honor es pisoteado por las cloacas de inteligencias inferiores. Entonces sólo hay una cosa posible: aprender. Aprender por qué se mueve el mundo y lo que hace que se mueva. Es lo único que la inteligencia no puede agotar, ni alienar, que nunca la torturará, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que nunca soñará con lamentar, de la que nunca se arrepentirá. Aprender es lo que te conviene. Mira la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, la única pureza que existe. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de una vida, historia natural en tres, literatura en seis. Y entonces después de haber agotado un millón de vidas en biología y medicina y teología y geografía e historia y economía, pues, entonces puedes empezar a hacer una rueda de carreta con la madera apropiada, o pasar cincuenta años aprendiendo a empezar a vencer a tu contrincante en esgrima. Y después de eso, puedes empezar de nuevo con las matemáticas hasta que sea tiempo de aprende a arar la tierra.

The Once and Future King. Terence White.

jueves, 31 de octubre de 2013

LA REIVINDICACIÓN DEL CUENTO


Si, lo reconozco, soy algo hiperactiva –especialmente a nivel mental-. Me encanta leer varias cosas a la vez: una novela que veas crecer a través de su hilo conductor, un ensayo que te invite a reflexionar, una buena poesía que te haga acabar el día con un toque de belleza… o un buen cuento.

Los cuentos son de las cosas más agradecidas para cuando no tienes mucho tiempo: te empapas de una historia, te presentan a unos ilustres seres –muchas veces de los que te atrapan el alma y no te la sueltan en mucho tiempo-, les acompañas en una aventura y te despides unos minutos más tarde con el corazón encogido, con el aliento congelado, con una alegría risueña, maravillada con una visión distinta…

Hace un par de días, me terminé un libro de cuentos fantastiquísimo de una grande: la gran Almudena Grandes. El libro se llama: Modelos de mujer y consiste en siete relatos protagonizados por, como bien indica el título, mujeres. En sus páginas las hay de todo tipo: mujeres fuertes – un clásico en sus historias-, débiles, egoístas, soñadoras, melancólicas, inteligentes...

En particular, os recomiendo tres de estos cuentos que me han parecido sublimes: Malena, una vida hervida; El vocabulario de los balcones y Modelos de Mujer. Los tres son relatos que desbordan humor y tremendamente impactantes. Temas como los prejuicios, los complejos, las obsesiones, los transtornos de la alimentación, el amor –y su ausencia-, la infancia, la crítica social… son los ingredientes de estas historias. Y vosotros, ¿cuales son vuestros cuentos predilectos?

Mientras tanto, ella había empezado ya a asignar un sabor y un olor determinados a cada persona, y se esforzaba por recordarlos con precisión cada vez que se tropezaba con cualquiera de sus portadores. Su madre sabía a tarta de limón con merengue tostado por encima, su padre a callos recién hechos y un poco picantes, su hermano mayor a besugo asado a la espalda, con mucho ajo...

Malena, una vida hervida. (Modelos de Mujer). Almudena Grandes.

domingo, 27 de octubre de 2013

EVALUACIÓN CONTÍNUA

Mi amigo Manu -un abrazote desde aquí- con quien, desde que nos conocimos ya hace siete años en las calles de París, mantenemos un intercambio de poemas, canciones, películas, libros, danzas y tertulias, a la vez que aprovechamos el mínimo resquicio para ponernos en la piel de Oliveira y Maga; me envió esta semana una inmensidad de poema que quiero compartir con el mundo.



Creo que se trata de un poema que está estrictamente relacionado con las comisuras de hacerse mayor, y estar más conforme con nuestra suerte y ser más maduros y más serenos. Así que creo que es un buen recordatorio para pararnos a mirar qué es lo que llevamos logrado hasta ahora y lo que queda por recorrer. Espero que lo disfrutéis.

Después de un tiempo, 
Uno aprende la sutil diferencia 
Entre sostener una mano 
Y encadenar un alma.

Y uno aprende 
Que el amor no significa acostarse. 
Y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender ... 
Que los besos no son contratos.
Y los regalos no son promesas.
Y uno empieza a aceptar sus derrotas.
Con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir.
Todos sus caminos en el hoy, 
porque el terreno de mañana 
es demasiado inseguro para planes ... 
Y los futuros tienen una forma de 
caerse en la mitad. 

Y después de un tiempo 
Uno aprende que si es demasiado 
hasta el calorcito del sol quema. 

Así que uno planta su propio jardín 
y decora su propia alma.
En lugar de esperar a que alguien 
le traiga flores. 
Y uno aprende que 
realmente puede aguantar, 
que uno realmente es fuerte, 
que uno realmente vale, 
y uno aprende y aprende, ... 
Y con cada día uno aprende. 

Jorge Luis Borges (basado en un poema de Shakespeare)

jueves, 24 de octubre de 2013

BREVE PERO INTENSO

Aquí os dejo unas joyitas ultra-compactas de la mano de Ajo, esa gran micro-poetisa que murmura verdades de manera precisa y certera. Que los disfrutéis.







lunes, 21 de octubre de 2013

EL COLOR ESPECIAL

Pedazo fin de semana bonito he disfrutado en Sevilla –un besazo desde aquí, Núria-. Dos días geniales rodeada de gente superinteresante, con la que charlar de arte, de proyectos, de música, de literatura...



Deslizándonos despacito desde el mercado para armarnos de los ingredientes para fabricar un sushi casero de lo más pintoresco, hasta las butacas de un concierto con sabor norteño. Desde la saciedad después de emborracharnos de lectura, hasta la libreta llena de recomendaciones que dibujan ese paraíso al que todavía no llegan los bancos. Desde un mundo donde lo importante son las ideas, la autenticidad y las mentes, hasta una amistad antigua y elegida, donde nos entendemos en todos nuestros logros y nuestras carencias.

En definitiva, una cuna de orígenes reencontrados al lado de casa, donde recuperar nuestra esencia.

miércoles, 16 de octubre de 2013

TESTIGOS

Ayer, acabé mi libro de poesía completa de Alejandra Pizarnik que me regalé hace cinco años –y este blog es testigo- y que me ha acompañado a través de una larga travesía de mudanzas, aromas y sonidos varios. Si, se que cinco años para un libro es una barbaridad, pero es que a mí la poesía me gusta paladearla… Tomar una cada día, como si fuera un pastilla de chocolate… Racionarla, saborearla. Así, ayer cuando concluí con todas esas páginas, me sentí un poco huérfana: uno de esos testigos de mis alegrías y mis tristezas en unos años fundamentales, llegaba a su fin. La hora de la despedida, la hora de guardarlo en –esta vez, si- una caja que no abriré hasta dentro de mucho tiempo. Alejandra no viene a París –a pesar de tener un mapa con un poema suyo escrito por sus calles-. Otros lo harán.

El caso es que hoy pensaba en aquellos objetos -para nada inertes-, que han sido testigos mudos de tantos instantes de mi vida y que me han acompañado en muchas de mis aventuras. Aquellos que, si la vida se pudiera grabar en un video y comprimirlas en un habitación, al rebobinar permanecerían, inalterables, en la estantería del fondo.

Por ejemplo, guardo con increíble cariño, una trilogía de cuadritos inspirados en rincones de Granada que me pintó Silbia hace ya más de siete u ocho años, una camiseta que tengo desde los siete años –hay documentos gráficos que lo atestiguan- que todavía me pongo de vez en cuando, un libro que me regaló mi madre sobre los 18 años y fue un impulso definitivo para ser quien soy, además de haber pasado por las manos de muchísimas personas queridas, una foto en blanco y negro de unos carnavales en la Universidad, en Barcelona, que me regaló mi amigo Ferran y hoy está arrugadísima pero todavía tiene la virtud de sacarme una sonrisa cada vez que la miro, un montón de libretas polvorientas donde he ido anotando enseñanzas y reflexiones, un puñado de poemitas-regalos de amigos varios que siempre llevo en la cartera, una camiseta de rayas rojas y naranjas que me ha acompañado a casi todos los conciertos de mi vida, un herbario clavelino lleno de luz, un CD sorpresa obra de Gemmita con millones de recuerdos en él, mi querida querida viola, el primer planisferio con el que intenté escudriñar el cielo por primera vez…

En fin, lo cierto es que, hay objetos que, por muy materiales que sean, puedes llegar a considerarlos parte de tu familia, amigos inolvidables que te acompañarán toda la vida. Desde aquí, un abrazo a todos y cada uno de vosotros, gracias por este trocito vuestro.

domingo, 13 de octubre de 2013

INSTANTES FELICIANOS

Ah, qué buenos estos días escasos otoñales –algo melancólicos a la vez que delicados- donde los rayos de sol ya debilitados nos acarician como a modo de despedida del verano agotado… Qué sensación de tranquilidad absoluta la de apoderarse de un par de libros y escurrirse por sus páginas, una, tras otra, tras otra mientras nos nutrimos de un auténtico desayuno granadino mañanero… Qué delicia el compartir una comida campestre con amigos y sazonarla con un paseo entre esos árboles teñidos ya de rojo, verde y amarillo que adornan esos pueblos blancos impolutos alpujarreños.



Sería maravilloso el poder hacer una fotografía a un día así en las n-dimensiones que tiene: la de los instantes más simples de la felicidad. Aquellos días en los que todo es suave y no querrías estar en ningún otro sitio más que disfrutando con los tropecientos sentidos de una mecedora que es un día primerizo de otoño.

Descartes escribió que la felicidad es un asunto de los sentidos. Ver, oír, tocar, oler, saber con la lengua: ésa es la felicidad. Después, Descartes escribió muchas otras hojas llenas de palabras, lo que es una lástima porque ya había llegado a la verdad en la página 25. Sí, la felicidad más sencilla, y más feliz, es sentir con los sentidos. Pensar con los ojos y la piel y la lengua y las narices y el oído. 

La mujer que buceó dentro del corazón del mundo. Sabina Berman.

jueves, 10 de octubre de 2013

LA NO-LINEARIDAD


Al amanecer, mientras contemplaba absorto la Luna, me pregunté hasta cuándo seguiría así. Dentro de poco me encontraré en alguna parte con otra mujer, me dije. Nos atraeremos de forma natural, como dos astros errantes. Entonces volveremos a esperar en balde un milagro, perderemos el tiempo, desgastaremos nuestros corazones y nos despediremos. ¿Hasta cuándo iba a seguir así?

Baila, baila, baila. Haruki Murakami.

domingo, 6 de octubre de 2013

AMOR EN PERSONA

Hace muy poco oí hablar por primera vez del arte de Marina Abramovic, una artista serbia que es una de las pioneras en explorar el arte y su relación con el publico, con el cuerpo y con la mente.

Si bien este tipo de arte me resulta difícil de entender en su totalidad, admiro a aquellos que orientan su vida a acercarnos a una imagen poética, a una idea, a un abrazo final. Por ejemplo, quizá una de sus obras más conocidas, en colaboración con alguien que fue su pareja, compañero de trabajo durante años y amor de su vida, Ulay, fue el comenzar la travesía de la Gran Muralla China por los extremos opuestos para encontrarse en el camino, darse el último abrazo y disolver la relación.

Hace un par de días supe de la existencia de un nuevo trabajo titulado El artista está presente –un besote desde aquí, Lorena-. En esta obra, Marina miraba fijamente un minuto a la persona que se quisiera sentar en frente de ella. Seguramente no por casualidad, una de las personas que se sienta al otro lado es Ulay, la persona que más había querido y de la que se había despedido hacía 23 años.



Este momento es de las cosas más expresivas, tristes y emotivas que nunca hayáis visto. En tan sólo unos segundos, ambos se abrazan, se besan, se perdonan, se dicen todo lo que se han echado de menos en todo ese tiempo, se reconcilian, se quieren… con la mirada, con unos ojos en los que se puede leer una historia de amor al descubierto. Libros enteros se podrían escribir sobre estos sesenta segundos.  Quizás lo más parecido a desenterrar a alguien y resucitarlo. Una materialización del amor sin lugar a dudas.

jueves, 3 de octubre de 2013

AL ABORDAJE


Increíble pero cierto. Volvemos a cumplir un año más de existencia. La verdad es que debemos estar madurando porque los años timoneros han volado. Parece imposible que hoy completemos cinco enormes años desde aquella vez que, en el inmenso paraje californiano decidí calzarme un Timón y comenzar esta aventura.

Si bien este blog ha pasado por muchas etapas, ha acabado desembocando en una especie de cajita de los recuerdos de latón con algunas reflexiones, pedazos de arte y múltiples fotos de vosotros: los queridísimos lectores habituales, los que aparecisteis un día y ya no volvisteis y ese puñado de gente nueva interesantísima que os asomáis tímidamente de vez en cuando.

En esta sexta vuelta al Sol que empezamos hoy, se anuncian numerosas marejadas. Un fin de etapa en Granada, un comienzo fulminante en tres meses en París. Cambio de aires, de vida, de gente y de costumbres. Sin embargo, también llevaros el bañador: las predicciones anuncian una gran calma después de la tormenta. Disfrutémoslo todos juntos.

 A todos los pasajeros y casi residentes de este barco, muchas gracias, el crucero por la vida no es siempre una tarea fácil, así que un placer compartir el paisaje y numerosas olas con vosotros.

Se le dibujó la misma sonrisa algo suplicante que yo había conocido, el mismo encanto de entonces, de cinco años atrás, un encanto no contaminado por nada, pleno de ese candor con el que algunas personas atraviesan todas las edades de la vida, tan raro en los hombres, y que les suele hacer vulnerables con las mujeres y presas fáciles del sufrimiento sentimental.

Lo que me queda por vivir. Elvira Lindo

sábado, 28 de septiembre de 2013

AL NATURAL

Acabo de venir de hacer mi musiporte por un camino habitual: se trata de una vereda que sigue paralela a un río y que, en cuestión de minutos dejas la ciudad para meterte en un camino campestre. Generalmente, suele estar plagado de gente, pero hoy, no ha sido el caso. El caso es que al llevar un rato con mi música a todo gas y no ver ni a un alma viviente, he sentido algo de ese escalofrío irracional que nos entra cuando nos sentimos diminutos frente a la Naturaleza.
 

En mi caso, me gusta la Naturaleza, adoro hacer una escapada de vez en cuando al campo o a la montaña o al mar y dejarme arrullar por unos rayos de sol que te acarician, aspirar un olor a pino que parece que va a sanar todo tu organismo, deleitarme con en murmullo de los riachuelos deslizándose... 

Sin embargo, he de decir que no soy capaz de estar demasiado tiempo en ella. De alguna manera, me impresiona. No soy capaz de quitarme de encima la sensación de fragilidad que me embarga, de que estás en un hábitat en el que, en cualquier giro inesperado, te puedes desorientar, o darte un buen susto, dañarte, o incluso matarte. A ese respecto, me siento mucho más a mis anchas en una ciudad: con su asfalto, sus semáforos, sus librerías, bares o cines. Donde las reglas son más predecibles, donde domino mucho más lo que me rodea y donde dispongo de armas con las que actuar en caso de contrariedad –afortunada de mí, de haber nacido a finales del siglo XX-.

 Ya se que queda algo incorrecto decir esto, y más en esta época en la que tanta gente aspira a volver al campo –cosa que no entiendo, será porque he visto de donde vienen mis padres-, pero si tengo que elegir, yo me declaro urbanita.

martes, 24 de septiembre de 2013

EN VOZ ALTA


Quizá la herramienta más preciosa que podemos llegar a tener: la seguridad en nosotros mismos –y al orgullo y la vergüenza los dejamos amordazaditos en casa, que están más monos-.

sábado, 21 de septiembre de 2013

PATRIMONIO ARTÍSTICO


Hace unos días que llevo pensando que existen varias maneras de leer, o mejor dicho, de apreciar la literatura. En otras palabras, los variados motivos que nos llevan a escoger un libro y no otro, no siempre son los mismos. Está quien valora más la rigurosidad, la belleza de las palabras, el que la historia que se cuenta conecte con su vida,  la consistencia, las descripciones con reminiscencias económicas o políticas, la originalidad, la capacidad de cautivar de la historia narrada… En fin, que cada vez estoy más convencida que, cuando alguien nos recomienda un libro y nos dice que es fantástico, que es uno de los mejores libros que ha leído, aunque probablemente nos esté diciendo la verdad, quizá el resultado no sea el mismo cuando atravesemos sus páginas porque el punto fuerte del libro podría no ser el que uno aprecia.

Ahora yo me planteo: entonces, los Clásicos Universales, esos libros que todo el mundo parece estar de acuerdo en que son obras absolutas independientemente del momento de la Historia en que se hayan escrito, ¿lo son porque reúnen todos los ingredientes de tal manera que no haya nadie que encuentre carencia de la parte (o partes) que valora de un libro? ¿tienen las proporciones exactas de matices diferentes para que a todos nos guste? Es más, ¿tienen incluso un 100% de todos los ingredientes a la vez -por muy incoherente que suene esto, la magia del arte a veces no cumple las normas euclidianas de la matemática-? ¿Son un elixir asegurado del éxito? Pero, ¿para qué persona si somos todos diferentes?

Lo cierto es que no lo acabo de ver claro. Es verdad que en el caso de los best sellers, son capaces de llegar a millones de estanterías porque tienen la capacidad de provocar atracción a una gran mayoría de la sociedad –si bien es cierto que la gente que solemos leer asiduamente, tendemos a rehuirlos, en mi caso más por un intento personal de no seguir las modas, que por otro motivo-. En el otro extremo están los clásicos históricos, pongamos por ejemplo, El Quijote de la Mancha. ¿Por qué comentar que no es un libro que te cautive es sinónimo de incultura, de no saber apreciar el arte más que superficialmente? Pues desde aquí afirmo que yo he comenzado el Quijote ya ocho (la última hace unos meses) y a día de hoy, he sido incapaz de acabarlo. ¿Será que a Cervantes y mí, no nos hubiera ido muy bien como amigotes de los de de tomar unas cervezas mientras se discute de la vida?  Si bien yo me esfuerzo por valorar a los artistas por su trabajo, es cierto que el fruto de sus obras es directamente proporcional a su materia prima personal. Mira, esta explicación me convence más. Probablemente, con Cortazar –entre otros muchos- si que nos hubiéramos ido de fiesta por las calles de Paris.

Y la verdad, es que, ahora que lo pienso mejor, creo que esto se aplica a cualquier arte. ¿Cuántas veces nos han recomendado una película, un disco, un pintor, un concierto, etc que nos ha dejado indiferentes? Bien, eso me alivia en cierto modo. Aun dentro de lo predecibles que podemos llegar a ser, todavía tenemos margen para definir nuestra propia esencia a través del arte. Podemos elegir qué nos evoca y qué nos provoca. Y podemos proclamar, a grito pelado y con mucho orgullo, que ése es nuestro patrimonio artístico.

domingo, 15 de septiembre de 2013

DE YO A YO

Hace poco, mi amiga Cris –un besote desde aquí-, me recomendó esta página web que no es otra cosa más que una recopilación de cartas que la gente envía a su yo de 16 años.



Pensadlo por un instante: ¿Qué os diríais si por algún motivo pudierais charlar con vosotros mismos? ¿Os reconoceríais? ¿Recordaríais como os sentíais y qué es lo que necesitabais oír en ese momento? ¿Os gustaría volver a vivir desde los 16 años de nuevo?

Lo cierto es que yo acabo de terminar mi carta a misma hace la mitad de mi vida exactamente. Mis propias palabras para Julia. Y la verdad es que me ha resultado algo muy lejano en el tiempo. Me he dado cuenta de la enormidad de pasos gigantescos que he dado. De la plenitud de momentos, personas, sitios, experiencia que he tenido. He repasado mis miedos, mis debilidades, pero también mis triunfos y mis éxitos.

Y ¿sabéis qué? He terminado intentado escoger un solo consejo que darle a esa adolescente extraña y con gran sorpresa he descubierto que es un consejo que he seguido a rajatabla toda mi vida: “Siempre avanza con los ojos abiertos”. Así que, puesto que no puedo cambiar el azar más que mi propia predisposición hacia este, al final supongo no lo he hecho tan mal.

viernes, 13 de septiembre de 2013

LAGRIRISAS


¿Sabes cuál es la única diferencia entre una mujer débil y una mujer fuerte, Malena? -me preguntó Magda, y yo negué con la cabeza-. Que las débiles siempre se pueden montar en la chepa de la fuerte que tengan más a mano para chuparle la sangre, pero las fuertes no tenemos ninguna chepa en la que montarnos, porque los hombres no valen para eso, y cuando no queda más remedio, tenemos que bebernos la nuestra, nuestra propia sangre, y así nos va. 

 Almudena Grandes. Malena es un nombre de tango.

martes, 10 de septiembre de 2013

LUGARES INFINITOS

Ay, qué bonitos estos vídeos o canciones caseros de los sitios donde se ha vivido mucho y se ha sido enormemente feliz.

Hace un tiempo ya pusimos un vídeo genial sobre Davis, esa ciudad estadounidense donde pasé tres años inigualables. Hoy le toca el turno a Huesca, la ciudad donde crecí y donde tengo mis raices. Aquí tenéis esta tremenda parodia de un rap duro al más puro estilo oscense power y encima con Santi Balmes de invitado sorpresa. Además de las carcajadas -la señora es lo más-, me encanta pasearme virtualmente por esas calles.


Y ya que estamos de rememoración de lugares, no dejéis de escuchar este tremendo greatest hit sobre otra de mis ciudades de acogida de mi vida: Granada. Esa ciudad voluptuosa que no deja de transformarse para mí una y otra vez. Esa ciudad de cambio continuo que siempre acaba puliendo mis cabos sueltos. Esta ciudad que en pocas semanas volveré a dejar atrás, con un montón de ADN mío en su empedrado.

domingo, 8 de septiembre de 2013

LOCURAS CASERAS

Un poquito de loca de mierda para acabar la semana... Para los que no la conozcáis, esta mujer es un pozo de sabiduría y de carcajadas. Lo gracioso es que ella empezó a hacer estos vídeos caseros hasta que la MTV la fichó. Lo dicho, las risas vienen por descontado, pero además, tiene más razón que una santa. Ale, ¡buena semana!

jueves, 5 de septiembre de 2013

MOVIMIENTO

Llega Septiembre, y con él el movimiento, los rayos de luz cada vez más ténues, la temperatura perfecta, los paseos almidonados de un amarillo oscurecido, el musiporte llevado al extremo, la sintonía con una misma, la energía febril, las ultimas puntadas a un verano presuroso, el espejismo de los adioses, los minutos dilatados, el mar en calma; lo pasado, pasado; el presente, presente.
 

Recuerda bien lo que voy a decirte: lo que puedan enseñarte los demás acaba en sí mismo, lo que aprendes por tu propia cuenta forma parte de ti. Y te será de gran ayuda. Abre los ojos, aguza el oído, haz trabajar la cabeza, descifra el significado de las cosas que te muestra la ciudad.

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas. Haruki Murakami.

domingo, 1 de septiembre de 2013

LA VIDA TRANQUILA



Porque nada en el mundo me gustaba tanto como escuchar aquellas palabras, salir, tomar una caña, ir de copas, ¿qué le pongo de tapa?, dar un paseo, ver escaparates, sentarse en una terraza, disfrutaba de todo como cuando era pequeña, más que cuando era pequeña, avanzar despacio por aceras repletas de gente que avanza despacio, parándose a cada rato para acercarse a una vitrina, para entrar en una tienda a preguntar un precio, para saludar a otros transeúntes, el vecino de arriba, un compañero de trabajo, el frutero, el zapatero, la gitana que vende flores en la esquina, y llamarles por sus nombres, y acordarse de quién tiene artrosis y quién a un niño en la cama con gripe, y preguntar, criticar, aconsejar, cotillear, tomar el pelo al que se deja, comentar esa película que pusieron anoche por televisión, pasear un poquito, echar un ratito de charla, dar una vueltecita, jugar una partidita de mus, tomarse un cafetito, o un chocolate con unos churritos, en una ciudad donde hay tanto placeres pequeños que nombrar con diminutivos, y tanta gente, tantos bares, tantas calles, tantos millones de maneras de saber perder el tiempo.

Atlas de Geografía Humana. Almudena Grandes.

jueves, 29 de agosto de 2013

FORTUITAMENTE MUSICAL

¿Nunca os ha pasado que se os ha incrustado una canción en el cerebro?. Hay canciones que simplemente nacen y están destinadas a ser proyectadas en cualquier radio de bar de verano, muchas otras nunca llegaran a saber de nuestros oídos, otras tienen todas la papeletas de que, si han sido creadas por uno de nuestro grupo selecto de artistas les demos una buena oportunidad, y sin embargo otras…. simplemente te las encuentras por casualidad, te agarran bien fuerte y ya no puedes soltarlas. Así de fácil. Imagino que esto es un mecanismo musical de alerta natural –al estilo del miedo que nos advierte del peligro- para que esparzamos nuestros horizontes, para que ampliemos miras, para que nuevos grupos entren a formar parte de nuestros básicos.

Eso mismo me pasó hace dos días. Resulta que deje el coche mal aparcado y cuando, un par de horas después me dirigí a aparcarlo con mi siempre infatigable radio encendida, empezó a sonar esta canción que me dejó anonada.



Supongo que todo lo hacía un poco fantasmagórico: era noche cerrada, había atisbos de tormenta y en la calle no había nadie. Sólo esta voz que me caló hondo. No podía otra cosa más que seguir conduciendo con la boca abierta y disfrutar el tremendo estado de subyugación que me traspasó. No sabía quienes eran pero me fascinaron. Casi casi, un orgasmo musical.

Afortunadamente, el aparcamiento esta vez se hizo de rogar, y cuando ese momento inigualable acabó, esperé a que el locutor me revelara el secreto de la canción, de su nombre, porque pensaba escucharlo en bucle mil veces. Al parecer, ya lo había dicho antes de que yo me subiera al coche –jugarretas del destino-. Sin embargo, esa tremenda herramienta que es Internet finalmente me dio la droga necesario: ya se el nombre y apellido de los autores -los Wild Beast-, y por supuesto la canción que además tiene un nombre tremendamente poético: "Todavía tenemos el sabor del baile en nuestras lenguas" (We still got the taste dancin' on our tongues). Es más, ya estoy en posesión de toda su discografía. Es más, ya los he escuchado sin parar durante 48 horas.

Quizá habría llegado tarde a temprano a mí una música de este calibre, no lo dudo. Pero agradezco infinitamente que esta canción pre-otoñal se escapara de su caja y volara hacia mí por su propio peso.

domingo, 25 de agosto de 2013

UN CUERPO A CUERPO

Hace un tiempo hablamos del cual era nuestro beso favorito de película, y cual el mejor de nuestra vida (hasta la fecha, por supuesto).

Hoy, similarmente -será que todavía queda verano para rato, calorcito y jolgorio-, lanzo otra pregunta al aire: ¿Cual es vuestro polvo favorito peliculero? En mi caso, entre los que me vienen a la cabeza, creo que me quedo con esta recopilación de momentazos álgidos recogidos hace un tiempo en este anuncio de una conocida compañía de muebles en el que en un solo treinta segundos sube la temperatura varios grados. Tremendo.

   

Bien, y en la vida real es un buen momento para planteárselo también: ¿Cual es el mejor polvo (o momento sexual del carácter que sea) de vuestra vida -hasta la fecha de nuevo, de todos es conocido que lo mejor aún está por llegar-.

Ala, picantotes, ya os veo que os empezais a ruborizar. Mmm… en mi caso me es imposible elegir uno, creo que me quedo entre dos o tres. Pues nada, me voy a la piscina. Cuidadito con esa sangre hirviendo.

jueves, 22 de agosto de 2013

VUELTA CIRCULAR

Se acabó lo bueno, ya estamos de nuevo en Granada, calurosa, polvorienta, vieja conocida. En mis venas traigo unos cuantos libros merendados con deleite, uno rayos de sol de los sures europeos, un siroco embadurnando mi equipaje, un aroma de un Aragón majestuoso y montañoso a la vez que tímido y humilde enraizado en mi alma, una buena ristra de abrazacos, reencuentros, risotadas, conversaciones y acelerones, la visión de unos padres inigualables, la emoción de unos sobrinos revoltosos…

Todo esto mezclado con algo más de ímpetu para encarar mi recta final –que ya no me atrevo a decir definitiva- en tierras andaluzas y saborear ese sabor picante y amargo que tienen las clausuras en el horizonte.

jueves, 8 de agosto de 2013

POR FIN



Hacía años que no cogía las vacaciones con tantas ganas… El maratón monumental de julio me ha dejado hecha trizas, pero ahora sólo quedan dos semanas de regocijo perpetuo.

Hoy ya nos reencontramos con el olor a albahaca, comenzamos a ver la vida en blanco y verde, a vestirnos de alegría, de reencuentros, de cantos y de horas intempestivas. Ya preparamos el merecido derecho al descanso mental –que no corporal- y nos regalamos horas de alegría, farra laurentina y sonrisas de … “por fin”.

Viva San Lorenzo, allí donde estéis.

Y felices vacaciones asimismo.

Este blog se declara oficialmente cerrado por descanso. Espero que hagáis otro tanto.

miércoles, 31 de julio de 2013

PREVACACIONAL


Ya estamos rozando casi casi las vacaciones con la punta de los dedos... En breve, me llenan la casa un montón de pilares de mi existencia y comienzan los primeros aires de libertad, pachanga y descanso, y empezamos una colección de noches de risas, salidas, cantos, bailes, playas, fiestas y farras con gente querida.

Ya sólo quedan los últimos coletazos de trabajo duro y en seguida, se torna todo de un color vacacional inolvidable.

Luego Yuki y yo fuimos a la playa, nos tumbamos en la arena y nos pasamos el resto del día mirando el mar y el cielo. Apenas hablamos. Aparte de darnos la vuelta de vez en cuando, lo único que hicimos fue dejar pasar las horas. El sol quemaba la arena sin piedad. La brisa marina, cargada de una suave humedad, mecía, cuando se acordaba, las hojas de las palmeras. Yo, amodorrado, me adormecía hasta que la voz de alguien  que pasaba a nuestro lado o el viento me despertaban. Entonces me preguntaba donde estaba y tardaba un poco en caer en la cuenta de que estaba en Hawai. El sudor, mezclado con la crema bronceadora, me corría por la mejillas. Los sonidos, igual que las olas, iban y venían, confundidos con los latidos de mi corazón. Y éste volvía a ocupar un lugar en el vasto entramado del mundo.  Todos mis resortes se distendieron y me relajé. Se había impuesto un descanso.

Baila, baila, baila. Haruki Murakami.

domingo, 28 de julio de 2013

COLLAGE DE SEGUNDOS

¿Os habéis pegado un día entero encerrados trabajando, descansando o de viaje? Bien, eso no volverá, está claro, pero sí que podemos hacernos a la idea de cuanta luz hubo ese día (en el hemisferio Norte) simplemente mirando este vídeo.


Cada uno de estos 360 cuadraditos es el paso de un día grabado desde el Explorium de San Francisco, empezando en un día como hoy, 28 de julio arriba a la izquierda. Meses invernales como los de enero, febrero caen por los cuadraditos de la mitad. Las franjas grises son nubes que van pasando por delante. Y abajo, a la derecha tenéis el minutero que señala el paso del tiempo.

Fijaros cómo se observa la diferencia de horas en el amanecer y anochecer en diferentes de momentos de año. La verdad es que ver un año resumido así impacta. ¿Qué hemos hecho en todo ese año? ¿Dónde están los momentos de alegría y de tristeza? ¿Se reparten más en los extremos que en el centro? ¿Es el verano sinónimo de alegría?¿Qué cuadradito se corresponde con aquella vez que…? ¿Y cual con el de…? ¿Si tuviéramos que quedarnos con un cuadradito de este año, cual sería?  ¿Y de toda nuestra vida?

En fin, esto demuestra con creces que no todos los días son iguales. Tenemos unos cuantos vídeos más -con suerte- como estos para rellanar con pequeños cuadraditos. Eso es ya, un gran proyecto. Hagamos el mejor collage del mundo. Vamos todos a por ello.

miércoles, 24 de julio de 2013

FRAGILIDAD



Esta semana, una de las imágenes de la Astronomical Picture of the Day (esa página que nos enseña una imagen astronómica –en casi todos los casos- explicada por un experto diariamente), se trataba de nuestro planeta Tierra vista desde Saturno. En concreto, la imagen es ésta.

Ahora, hace pocos minutos, un accidente de tren en Galicia, a escasas horas de su día grande, nos hace replantearnos todo, lo que es importante o lo que no, porqué nos estresamos, porqué damos tanta importancia a cosas totalmente carentes de importancia y nimias.

Y ambas cosas resultan a priori un poco incompatibles. El hecho que en ésta, nuestra Tierra pasen tantas cosas que para nosotros consideramos lo más importante de nuestras insignificantes vidas -por no replantearnos la importancia del arte, la ciencia o el conocimiento entre otros- no deja de ser absurdo cuando nos volvemos un punto borroso en cuanto nos alejamos un poquitín.

Con esto no quiero abogar por un pasemos de todo y suicidémonos, no somos nada. No, pero pongamos cada cosa en su grado de trascendencia. Aprovechemos estos momentos de caos emocional para otorgarle a cada cosa su justa importancia.

En mi lista de cosas importantes de este planeta Tierra entran cosas como la muerte, la salud, la familia, los amigos y el amor. Lo demás es pijerío de niños mimados. Sobra. No nos puede ni debe afectar, ahora y nunca. Usemos nuestro frágil y limitado tiempo y espacio coherentemente.

domingo, 21 de julio de 2013

GENIO POR TODOS LOS COSTADOS

Este fin de semana he estado paseándome de la mano de uno de los grandes genios de todos los tiempos, Salvador Dalí, en una exposición recomendabilísima que ahora mismo podéis ver en el Reina Sofía de Madrid.



Si bien la pintura es, para mí el arte que menos domino, el que menos entiendo, el que más distante me queda, puedo asegurar que esta exposición me subyugó. Mirar un cuadro de Dalí, es introducirte en un mundo de perspectivas, de planos, de sueños, de ilusiones ópticas, de metáforas e ideas potentísimas. Es como observar el delineado de un poema, la sonoridad de un momento histórico, el retrato de una canción, la narración de una utopía.

Acabar tamaña exposición con infinitas dudas, reflexiones y ansias de saber y conocer más, no pasa todos los días.

miércoles, 17 de julio de 2013

EL AHORA



(Que la vida que ens hem perdut, simplemente no existiex)
(Que la vida que nos hemos perdido, simplemente no existe)

Y por eso, como no nos apresuremos a calmarnos, a paladearla y saborear todos los aroma que la acompañan no valdrá que luego nos imaginemos como podría haber sido. De hecho, no existirá otra versión más que lo que hayamos vivido. Es o no es. Se vive o no se vive. Y no hay más.

Nadie se va a acordar en cinco años que hayas entregado esto o lo otro a tiempo, pero nosotros mismos si que nos acordaremos de las inolvidables momentos de aquel verano, el luminoso y dorado verano.

Oro, fósforo, magnesio, papel. Allí nos encontrábamos a menudo. En verano había un tenderete abigarrado donde a ella le gustaba saborear tajadas de sandía y sorbetes de colores brillantes.

Justine. El cuarteto de Alejandría. Lawrence Durrell

domingo, 14 de julio de 2013

MÚSICA EN VENA



Baila -dijo el hombre carnero-. No dejes de bailar mientras suena la música. ¿Lo entiendes? Baila. No dejes de bailar. No pienses por qué lo haces. No le des vueltas ni le busques significados. En realidad, no significa nada. Si te pones a pensar, las piernas se detienen.

Baila, baila, baila. Haruki Murakami.

jueves, 11 de julio de 2013

HERMANÍSIMOS



Ahora que tengo un par de bichillos con patas –lease los sobrinos más guapos del mundo-, me doy cuenta de lo diferente que es ser el mayor o el pequeño de los hermanos.

Los mayores son inicialmente los más mimados, todo el mundo emplea todas sus energías en correr, jugar y gustarle al chiquitín. Sin embargo, cuando el siguiente llega, hay que repartir los esfuerzos, -y reprimirse ante lo gracioso del más pequeño para no dar celos- y al pequeño, que no sabe lo que es un dulce, no le importa, pero al mayor si. Además, los mismos padres están más relajados con el segundo, ya no les pilla de improviso. Saben qué hay que hacer si llora o incluso ya no se emocionan cuando dicen “papá”, “mamá” o “tía”. Claro, eso hace que el pequeño se haga más independiente desde su más tierna edad.

Por otra parte, el mayor aprende cómo es la convivencia con su familia, sus padres, sus amiguitos… él sólo, no tiene a nadie con quien inspirarse, no tiene a nadie con el que repartirse los méritos y las culpas. El pequeño todo lo contrario. Está constantemente repitiendo e imitando a su hermano el mayor, eso hace que parezca más despabilado.

Y ahora pensándolo… ¿será casualidad que en mi pandillas de amigos casi todos hemos sido el pequeño de los hermanos? ¿Hasta qué punto esto nos puede marcar de manera definitiva? ¿El tercero siempre será el pequeño respecto al segundo también y así sucesivamente? Mmm... voy a empezar un estudio exhaustivo.

sábado, 6 de julio de 2013

PLAYEANDO



Ahora que estamos –por fin- en plena temporada veraniega, y recién llegada de la playa, me da por pensar que acudir al reclamo de la playa, el mar, la arena y la sal es algo curioso, cuando menos. Miles de personas se dan cita en una orilla y hacen actividades conjuntas, no necesariamente deportivas, cosa que no pasa en ningún otro sitio relacionado con la naturaleza. Es de los pocos actos masivos entorno a la naturaleza que quedan.

Además, lo llamativo es que diferentes culturas actúan diferentemente cuando playean: aquí, en España, somos mucho de tirarnos en la arena, relajarnos, echarnos un buena siesta, leer, comer, beber, tomar el sol, charlar, escuchar música… En fin, algo así como uno de los mejores oasis de relajación. Por otra parte, en E.E.U.U., rara vez veías a un autóctono relajándose, por el contrario, estaban continuamente haciendo actividades a la orilla o dentro del mar, buceando, nadando, corriendo, jugando en equipos… pero jamás efectuando el panching. Resultaba casi hasta un pelín estresante. La verdad es que no tengo ni idea qué hace el mundo oriental cuando va a la playa, o los rusos, o los africanos... y ahora me muero de curiosidad. Y que viva San Fermín.

jueves, 4 de julio de 2013

PÉNDULO STYLE

Hay veces que un mar, un fuego o un bebé quedan demasiado lejos para embobarnos sin ton ni son. Como aproximación –y a pesar de lo hiriente de la canción- probar esto:
 

Hipnótico, ¿eh? Estoy convencida que grabar este vídeo como proyecto final de clase sería sonadísimo y abocaría a más de uno a adentrarse en el mundo de la física.

domingo, 30 de junio de 2013

EN CLAVE HUMANA



Todo sería como una inquietud, un desasosiego, un desarraigo continuo, un territorio donde la causalidad psicológica cedería desconcertada, y esos fantoches se destrozarían o se amarían o se reconocerían sin sospechar demasiado que la vida trata de cambiar la clave en y a través y por ellos, que una tentativa apenas concebible nace en el hombre como en otro tiempo fueron naciendo la clave-razón, la clave-sentimiento, la clave-pragmatismo. Que a cada sucesiva derrota hay un acercamiento a la mutación final, y que el hombre no es sino que busca ser, proyecta ser, manoteando entre palabras y conducta y alegría salpicada de sangre y otras retóricas como ésta. 

Rayuela. Julio Cortazar.

sábado, 22 de junio de 2013

RENACIMIENTO



Vaya día bonito de renacimiento se prepara. Una se coge la maleta de nuevo y esta vez se va a trabajar con un colaborador y amigo a Marsella -un abrazote desde aquí, Brian-. A concluir, a zanjar trabajos pendientes. A hincharnos a discutir, a llenarnos de puntos de vista diferentes, a plasmarlo en una pequeña obra de arte que saldrá cuando acabe la semana.

Además, ante un verano recién estrenado, una comienza sus estiramientos para correr el sprint de seis meses finales de esta etapa vital, respira hondo, elabora un estricto horario consistente en ir cerrando uno por uno los capítulos abiertos que ya llevan demasiados meses rondando en los escritorios y en un febril disfrute de las noches veraniegas andaluzas, con sus risas, sus tapas, sus amigos, su arte, sus playas, sus conciertos y su alegría. Que duerma Rita, que en mi agenda no hay espacio para eso.

Y no es casualidad que esto comience en pleno solsticio de verano, en el día en que hay más luz del año, en el día en que el fuego quema todo lo malo de los últimos tiempos y la brisa y el agua esparce lo bueno que va a venir.

miércoles, 19 de junio de 2013

VERANO INCIPIENTE

Aunque lentamente, ya estamos llegando al verano, y como siempre ese olor inconfundible me vuelve a provocar la morriña propia de noches pasadas, jóvenes, brillantes, verdaderas en las que no había otra más que dejarnos llevar.

Ahora –y siendo consciente de que tenemos otras muchas cosas- las capas de protección y las armaduras nos provocan que sólo muy de vez en cuando dejemos fluir las cosas. Así que propósito para este verano: analizar menos y fluir más.



Traducción aquí

Fue un agradable atardecer de primavera. El azul del crepúsculo empezó a oscurecerse, como si una brocha invisible diese capas y más capas de pintura, hasta tomar tintes cada vez más oscuros. Cuando me cansé de leer, escuché el Trío opus 100 de Schubert interpretado por Stern, Rose e Istomin. Desde hacía años, siempre escuchaba este disco cuando llegaba la primavera. Como en respuesta a los tonos de la obra, sentí esa peculiar melancolía que destilan las noches de primavera. En esas noches, me parece que hasta el corazón se me tiñe de esa dulce oscuridad azul.

Baila, baila, baila. Haruki Murakami.

domingo, 16 de junio de 2013

FUERZA ARAGONESA



Acabo de ver esta película que me ha parecido una -poco conocida- gran obra de arte: De tu ventana a la mía –un besazo desde aquí Manu por la recomendación-.

No os voy a engañar. Se que estoy algo sesgada porque toda ella transcurre en Aragón, concretamente en Canfranc, los Monegros y Zaragoza. Pero aún así, esta historia va sobre tres mujeres fuertes que tienen que enfrentarse a la vida que les toca, a las circunstancias de su tiempo, al dolor, a la enfermedad, a la pérdida, a la soledad, al engaño.

Lo curioso del caso es que, si bien las vemos flaquear, en ningún momento tenemos duda alguna de que lograrán salir victoriosas, de que saldrán adelante, de que harán todo lo que esté en su mano para continuar, de irán mucho más allá de sus límites. De que dirán algo así como:

No pienso quedarme aquí, viendo la vida a través de los cristales. Voy a vivirla.

Añadidle poesía, mariposas, espejos, campos de trigo, caricias al sol, ovillos de lana, viento, lluvia, cortes en los dedos, un Aragón maravilloso, una aragonesa a la voz -la siempre grande Carmen Paris- y otra aragonesa a la dirección que además debuta con esta película, Paula Ortiz. Enhorabuena, gracias y mucha suerte desde aquí por este magnífico trabajo.

Fernández-Díaz le preguntó por qué tiene tanta importancia la mujer en sus obras y Pérez-Reverte le dijo que la mujer es el único héroe posible que todavía puede ofrecer historias nuevas para los narradores. “Ahora la mujer está siendo cosas que nunca fue, pero aún no ha dejado de ser coas que siempre ha sido. ¿Cómo hacer compatibles tu instinto, las costumbres, lo que exigen de ti como madre, esposa, amante… con lo que te exige la sociedad como trabajadora, luchadora? Nadie ha escrito sobre la mujer del siglo XXI todavía”.

Entrevista a Pérez-Reverte, El País.

jueves, 13 de junio de 2013

EL SUPERPODER DEL ESTIRAMIENTO



¿Sabíais que abrir los brazos, expandirse, repanchingarse es un signo de seguridad, de optimismo, de poderío? ¿Sabéis que lo hacen muchos animales –no sólo mamíferos- en la naturaleza?

Y lo más curioso, ¿sabéis que se ha demostrado que forzarse a estirarse antes de algo que nos da miedo o nos reta produce mejores resultados que no hacerlo? Fijaros bien en esto, porque casi raya la categoría de superpoder. En otras palabras, se ha demostrado que la vida nos puede ir mejor –al igual que siendo optimistas o seguros de nosotros mismos- cuando nos enfrentamos ante cualquier situación con, tan solo abrirnos o estirarnos dos minutos al día.

Como bien nos animan en esta gran charla, no queda más que difundir este gran secreto, poder, propiedad… Gràcies a Gemma y Ferran por compartirlo conmigo.

lunes, 10 de junio de 2013

EL TIEMPO DILATADO

Después de un fin de semanas de recargar pilas con conciertos, amigos, risas, cafés, música, locura, sobrinines, ciudades preciosas, gorgoritos y reencuentros, con la mecha prendida con la energía acumulada, con los músculos todavía doloridos, con la voz en proceso de recuperación, puedo afirmar que ha ocurrido de nuevo: el tiempo se ha dilatado y esas apenas 72 horas han dado lugar a pliegues temporales que se ocultaban en el segundero.



Una vez más, la combinación explosiva de buenos amigos y buena música ha actuado de bálsamo contra la tristeza, el cansancio y la rutina. De nuevo, afirmo con rotundidad que soy extremadamente afortunada, que pese a todo, esta vida merece la pena, que por mucho que pasen los años, hay cosas que permanecen intactas.

jueves, 6 de junio de 2013

LOS TRES REYES MAGOS



En unas horas repetiremos una de las experiencias más alucinantes de la vida: un concierto en directo. Y un concierto cualquiera, no. Un Muse con sus cuatro letras, toda su energía e infinita autenticidad. Con nada más y nada menos que siete amigos -besos a todos desde aquí-, una Barcelona exultante y una explosión de energía que ya se está calentando en mis venas.

Repetimos experiencia tras tres años sin sentirlos en directo… Con compañeros de concierto, ciudad y país diferente. Pero con las mismas ganas de botar y rebotar hasta que no quede ni un atisbo de fuerza. Agarraros, el viernes noche la cosa promete ser apabullante.

domingo, 2 de junio de 2013

DE CABEZA



Hubo un tiempo en el que aprendimos a saltar las olas. Un tiempo en el que no nos asustábamos ante las paredes repletas de energía arrolladora. Un tiempo en el que disfrutábamos y nos relajábamos con la fuerza de los elementos. En el que dejarnos llevar por lo que está por encima de nosotros provocaba placer, nos empachaba de libertad. Tiempo en el que sabíamos de la existencia de más océanos, más gotas, más libertad desencadenada.

Poco a poco, nos fue atrapando el miedo. Ya no nos acercábamos mucho a las grandes trombas de agua. Ya no nos arriesgábamos a sentirnos golpeados. Nos enseñaron a pasar las olas por debajo para evitar cualquier tipo de golpe. Perdimos la inocencia. Nos hicimos realistas, preocupados, mayores. Dejamos de confiar en el mar, en que nos acunaría, nos diría qué hacer, nos tranquilizaría.

Pero ese distanciamiento está acabando. Vamos a volver zambullirnos entre las corrientes, vamos a diluir todos los músculos, a sentir la escozor de la sal, a llenarnos de luz y brisa. Vamos a confiar en el despertar de esa energía que nos zarandea y nos sopla las heridas. Vamos a bracear y despertar de este letargo.

jueves, 30 de mayo de 2013

ARRIBA



No te rindas, aún estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo, 
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, 
liberar el lastre, retomar el vuelo. 

No te rindas que la vida es eso, 
continuar el viaje, 
perseguir tus sueños, 
destrabar el tiempo, 
correr los escombros y destapar el cielo. 

No te rindas, por favor no cedas, 
aunque el frío queme, 
aunque el miedo muerda, 
aunque el sol se esconda y se calle el viento, 
aún hay fuego en tu alma, 
aún hay vida en tus sueños, 
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, 
porque lo has querido y porque te quiero. 

Porque existe el vino y el amor, es cierto, 
porque no hay heridas que no cure el tiempo, 
abrir las puertas quitar los cerrojos, 
abandonar las murallas que te protegieron. 

Vivir la vida y aceptar el reto, 
recuperar la risa, ensayar el canto, 
bajar la guardia y extender las manos, 
desplegar las alas e intentar de nuevo, 
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas por favor no cedas, 
aunque el frío queme, 
aunque el miedo muerda, 
aunque el sol se ponga y se calle el viento, 
aún hay fuego en tu alma, 
aún hay vida en tus sueños, 
porque cada día es un comienzo, 
porque ésta es la hora y el mejor momento, 
porque no estás solo, 
porque yo te quiero.


No te rindas. Mario Benedetti.

domingo, 26 de mayo de 2013

TAN REAL



Será que ando últimamente un poco surrealista con el Murakami que me estoy leyendo –Baila, baila, baila, con el hombre-carnero y compañía-, o que últimamente ando tan concentrada que hablo con los ordenadores como si fueran personas –al más puro estilo Asimov- o que yo siempre fui una enamorada del Mundo Feliz con su visión terrorífica y tan asombrosamente real del futuro.

Sea lo que sea, el caso es que hace tiempo comencé a ver –casi con desgana- una serie que me habían recomendado –no suelo ver series porque no se racionármelas, tengo que ver el siguiente capítulo y luego el siguiente, y el siguiente… - pero esta, era cortita, cada capítulo duraba media hora y sólo había tres capítulos. Algo así es razonable, así que me adentré en el Black Mirror y … aún sigo estupefacta.

Esa serie –o esos tres cortos- fueron como si se hubiera concentrado un amasijo de visiones futuristas, donde la tecnología nos superado y lo que nos domina son reality shows, móviles, cámaras o la publicidad… Algo que nos suena amenazadoramente cercano pero sin dejar la intriga de lado. Creo que es una gran obra maestra de ciencia ficción del siglo XXI.

Pues bien, resulta que hay nueva temporada y ayer ataqué la primera de las nuevas tres –ardo en deseos de ver las otras dos, pero no tengo más tiempo-. Y yo es que me quito el sombrero. El nivel no ha descendido en absoluto. Con deciros que llevo todo el día hoy con el runrún en la cabeza. Es algo nuevo, diferente, fresco. No dejéis de verla, es imprescindible.