sábado, 28 de septiembre de 2013

AL NATURAL

Acabo de venir de hacer mi musiporte por un camino habitual: se trata de una vereda que sigue paralela a un río y que, en cuestión de minutos dejas la ciudad para meterte en un camino campestre. Generalmente, suele estar plagado de gente, pero hoy, no ha sido el caso. El caso es que al llevar un rato con mi música a todo gas y no ver ni a un alma viviente, he sentido algo de ese escalofrío irracional que nos entra cuando nos sentimos diminutos frente a la Naturaleza.
 

En mi caso, me gusta la Naturaleza, adoro hacer una escapada de vez en cuando al campo o a la montaña o al mar y dejarme arrullar por unos rayos de sol que te acarician, aspirar un olor a pino que parece que va a sanar todo tu organismo, deleitarme con en murmullo de los riachuelos deslizándose... 

Sin embargo, he de decir que no soy capaz de estar demasiado tiempo en ella. De alguna manera, me impresiona. No soy capaz de quitarme de encima la sensación de fragilidad que me embarga, de que estás en un hábitat en el que, en cualquier giro inesperado, te puedes desorientar, o darte un buen susto, dañarte, o incluso matarte. A ese respecto, me siento mucho más a mis anchas en una ciudad: con su asfalto, sus semáforos, sus librerías, bares o cines. Donde las reglas son más predecibles, donde domino mucho más lo que me rodea y donde dispongo de armas con las que actuar en caso de contrariedad –afortunada de mí, de haber nacido a finales del siglo XX-.

 Ya se que queda algo incorrecto decir esto, y más en esta época en la que tanta gente aspira a volver al campo –cosa que no entiendo, será porque he visto de donde vienen mis padres-, pero si tengo que elegir, yo me declaro urbanita.

martes, 24 de septiembre de 2013

EN VOZ ALTA


Quizá la herramienta más preciosa que podemos llegar a tener: la seguridad en nosotros mismos –y al orgullo y la vergüenza los dejamos amordazaditos en casa, que están más monos-.

sábado, 21 de septiembre de 2013

PATRIMONIO ARTÍSTICO


Hace unos días que llevo pensando que existen varias maneras de leer, o mejor dicho, de apreciar la literatura. En otras palabras, los variados motivos que nos llevan a escoger un libro y no otro, no siempre son los mismos. Está quien valora más la rigurosidad, la belleza de las palabras, el que la historia que se cuenta conecte con su vida,  la consistencia, las descripciones con reminiscencias económicas o políticas, la originalidad, la capacidad de cautivar de la historia narrada… En fin, que cada vez estoy más convencida que, cuando alguien nos recomienda un libro y nos dice que es fantástico, que es uno de los mejores libros que ha leído, aunque probablemente nos esté diciendo la verdad, quizá el resultado no sea el mismo cuando atravesemos sus páginas porque el punto fuerte del libro podría no ser el que uno aprecia.

Ahora yo me planteo: entonces, los Clásicos Universales, esos libros que todo el mundo parece estar de acuerdo en que son obras absolutas independientemente del momento de la Historia en que se hayan escrito, ¿lo son porque reúnen todos los ingredientes de tal manera que no haya nadie que encuentre carencia de la parte (o partes) que valora de un libro? ¿tienen las proporciones exactas de matices diferentes para que a todos nos guste? Es más, ¿tienen incluso un 100% de todos los ingredientes a la vez -por muy incoherente que suene esto, la magia del arte a veces no cumple las normas euclidianas de la matemática-? ¿Son un elixir asegurado del éxito? Pero, ¿para qué persona si somos todos diferentes?

Lo cierto es que no lo acabo de ver claro. Es verdad que en el caso de los best sellers, son capaces de llegar a millones de estanterías porque tienen la capacidad de provocar atracción a una gran mayoría de la sociedad –si bien es cierto que la gente que solemos leer asiduamente, tendemos a rehuirlos, en mi caso más por un intento personal de no seguir las modas, que por otro motivo-. En el otro extremo están los clásicos históricos, pongamos por ejemplo, El Quijote de la Mancha. ¿Por qué comentar que no es un libro que te cautive es sinónimo de incultura, de no saber apreciar el arte más que superficialmente? Pues desde aquí afirmo que yo he comenzado el Quijote ya ocho (la última hace unos meses) y a día de hoy, he sido incapaz de acabarlo. ¿Será que a Cervantes y mí, no nos hubiera ido muy bien como amigotes de los de de tomar unas cervezas mientras se discute de la vida?  Si bien yo me esfuerzo por valorar a los artistas por su trabajo, es cierto que el fruto de sus obras es directamente proporcional a su materia prima personal. Mira, esta explicación me convence más. Probablemente, con Cortazar –entre otros muchos- si que nos hubiéramos ido de fiesta por las calles de Paris.

Y la verdad, es que, ahora que lo pienso mejor, creo que esto se aplica a cualquier arte. ¿Cuántas veces nos han recomendado una película, un disco, un pintor, un concierto, etc que nos ha dejado indiferentes? Bien, eso me alivia en cierto modo. Aun dentro de lo predecibles que podemos llegar a ser, todavía tenemos margen para definir nuestra propia esencia a través del arte. Podemos elegir qué nos evoca y qué nos provoca. Y podemos proclamar, a grito pelado y con mucho orgullo, que ése es nuestro patrimonio artístico.

domingo, 15 de septiembre de 2013

DE YO A YO

Hace poco, mi amiga Cris –un besote desde aquí-, me recomendó esta página web que no es otra cosa más que una recopilación de cartas que la gente envía a su yo de 16 años.



Pensadlo por un instante: ¿Qué os diríais si por algún motivo pudierais charlar con vosotros mismos? ¿Os reconoceríais? ¿Recordaríais como os sentíais y qué es lo que necesitabais oír en ese momento? ¿Os gustaría volver a vivir desde los 16 años de nuevo?

Lo cierto es que yo acabo de terminar mi carta a misma hace la mitad de mi vida exactamente. Mis propias palabras para Julia. Y la verdad es que me ha resultado algo muy lejano en el tiempo. Me he dado cuenta de la enormidad de pasos gigantescos que he dado. De la plenitud de momentos, personas, sitios, experiencia que he tenido. He repasado mis miedos, mis debilidades, pero también mis triunfos y mis éxitos.

Y ¿sabéis qué? He terminado intentado escoger un solo consejo que darle a esa adolescente extraña y con gran sorpresa he descubierto que es un consejo que he seguido a rajatabla toda mi vida: “Siempre avanza con los ojos abiertos”. Así que, puesto que no puedo cambiar el azar más que mi propia predisposición hacia este, al final supongo no lo he hecho tan mal.

viernes, 13 de septiembre de 2013

LAGRIRISAS


¿Sabes cuál es la única diferencia entre una mujer débil y una mujer fuerte, Malena? -me preguntó Magda, y yo negué con la cabeza-. Que las débiles siempre se pueden montar en la chepa de la fuerte que tengan más a mano para chuparle la sangre, pero las fuertes no tenemos ninguna chepa en la que montarnos, porque los hombres no valen para eso, y cuando no queda más remedio, tenemos que bebernos la nuestra, nuestra propia sangre, y así nos va. 

 Almudena Grandes. Malena es un nombre de tango.

martes, 10 de septiembre de 2013

LUGARES INFINITOS

Ay, qué bonitos estos vídeos o canciones caseros de los sitios donde se ha vivido mucho y se ha sido enormemente feliz.

Hace un tiempo ya pusimos un vídeo genial sobre Davis, esa ciudad estadounidense donde pasé tres años inigualables. Hoy le toca el turno a Huesca, la ciudad donde crecí y donde tengo mis raices. Aquí tenéis esta tremenda parodia de un rap duro al más puro estilo oscense power y encima con Santi Balmes de invitado sorpresa. Además de las carcajadas -la señora es lo más-, me encanta pasearme virtualmente por esas calles.


Y ya que estamos de rememoración de lugares, no dejéis de escuchar este tremendo greatest hit sobre otra de mis ciudades de acogida de mi vida: Granada. Esa ciudad voluptuosa que no deja de transformarse para mí una y otra vez. Esa ciudad de cambio continuo que siempre acaba puliendo mis cabos sueltos. Esta ciudad que en pocas semanas volveré a dejar atrás, con un montón de ADN mío en su empedrado.

domingo, 8 de septiembre de 2013

LOCURAS CASERAS

Un poquito de loca de mierda para acabar la semana... Para los que no la conozcáis, esta mujer es un pozo de sabiduría y de carcajadas. Lo gracioso es que ella empezó a hacer estos vídeos caseros hasta que la MTV la fichó. Lo dicho, las risas vienen por descontado, pero además, tiene más razón que una santa. Ale, ¡buena semana!

jueves, 5 de septiembre de 2013

MOVIMIENTO

Llega Septiembre, y con él el movimiento, los rayos de luz cada vez más ténues, la temperatura perfecta, los paseos almidonados de un amarillo oscurecido, el musiporte llevado al extremo, la sintonía con una misma, la energía febril, las ultimas puntadas a un verano presuroso, el espejismo de los adioses, los minutos dilatados, el mar en calma; lo pasado, pasado; el presente, presente.
 

Recuerda bien lo que voy a decirte: lo que puedan enseñarte los demás acaba en sí mismo, lo que aprendes por tu propia cuenta forma parte de ti. Y te será de gran ayuda. Abre los ojos, aguza el oído, haz trabajar la cabeza, descifra el significado de las cosas que te muestra la ciudad.

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas. Haruki Murakami.

domingo, 1 de septiembre de 2013

LA VIDA TRANQUILA



Porque nada en el mundo me gustaba tanto como escuchar aquellas palabras, salir, tomar una caña, ir de copas, ¿qué le pongo de tapa?, dar un paseo, ver escaparates, sentarse en una terraza, disfrutaba de todo como cuando era pequeña, más que cuando era pequeña, avanzar despacio por aceras repletas de gente que avanza despacio, parándose a cada rato para acercarse a una vitrina, para entrar en una tienda a preguntar un precio, para saludar a otros transeúntes, el vecino de arriba, un compañero de trabajo, el frutero, el zapatero, la gitana que vende flores en la esquina, y llamarles por sus nombres, y acordarse de quién tiene artrosis y quién a un niño en la cama con gripe, y preguntar, criticar, aconsejar, cotillear, tomar el pelo al que se deja, comentar esa película que pusieron anoche por televisión, pasear un poquito, echar un ratito de charla, dar una vueltecita, jugar una partidita de mus, tomarse un cafetito, o un chocolate con unos churritos, en una ciudad donde hay tanto placeres pequeños que nombrar con diminutivos, y tanta gente, tantos bares, tantas calles, tantos millones de maneras de saber perder el tiempo.

Atlas de Geografía Humana. Almudena Grandes.