martes, 31 de agosto de 2010

LO BAILADO



Realmente este mundo es demasiado grande. Tenemos tantos lugares que visitar, tanta gente por conocer, tantas experiencias nuevas que probar … que abruma.

Pero precisamente, aunque la lista de actividades pendientes sea larga, ardua y escarpada, es una sensación sublime el notar la subida de adrenalina antes de tachar de la lista una de ellas… y proclamar como escaladora –figurada- unos cócteles de ¡Toma ya! con una pizca de ¡Y qué!.

Toda una experiencia por delante, ningún impedimento acechante y un buen rato garantizado. Yo contra yo misma. Echando un pulso con mis tabiques. Riéndome de las aguas que nunca beberé. Nervios aliñados con las ganas. Vacilando a mi orgullo. Recompensándolo con carantoñas. Alucinando con lo logrado. Vibrando con la energía de lo nuevo.

viernes, 27 de agosto de 2010

IN THE WEST COAST



* Video en alta resolución, aquí

Pero recuerda que no hay una sola verdad, sino muchas. Que cada instante está plagado de átomos que lo refractan en mil sensaciones posibles.

Nubosidad Variable. Carmen Martín Gaite

martes, 24 de agosto de 2010

VOLANDO VOY

Existen esos momentos en la vida, en los que, por un golpe de fortuna te ves realizando algo que hacía muchos años que no hacías, demasiados, tantos que ni siquiera recordabas si lo llegaste a hacer.

En los momentos previos a la realización, tus manos temblorosas toman el objeto en cuestión pensando que nunca serán capaces de lograrlo, te entra un momento de duda, vacilas e incluso empiezas a salivar, con un absurdo tinte de preocupación.

Sin embargo, en el preciso instante en que sientes el contacto de aquello con tu piel, una convulsión te zarandea: te encuentras con tu niñez cara a cara y, bruscamente, te preguntas en que momento dejaste de sentirte así, como una niña: sin problemas, sin preocupaciones, con ganas de jugar.

Pero una vez sobrepasada la sorpresa inicial, fundes tu ser y tu mente, y te ríes, cantas, saltas, te alborotas, das volteretas… y te sientes limpia, luminosa, libre… como una cometa.

viernes, 20 de agosto de 2010

MATEMÁTICAS



El otro día me comentaba una compañera que había recuperado una agenda con números de teléfono y direcciones –de esas que, por cualquier motivo, siempre acabábamos comprándonos una nueva cada año- y se había sorprendido al ver que no recordaba casi ni la mitad de ellos. La verdad es que éste hallazgo me produjo entre escalofríos y curiosidad…

Por ejemplo, ¿Cuántas personas hemos llegado a conocer en nuestra vida? Si entendemos por conocer, haber estado más de diez minutos hablando o en compañía de esa persona, supongo que podríamos decir que entre 5000 y 10000 –siempre hay excepciones claro, probablemente si eres un guía turístico, embajador o profesor, conozcas más-. Aún así, esta cifra ya causa un ligero vértigo porque, ¿cuántas de estás personas tenemos contacto, nos llamamos, nos vemos de vez en cuando o sabemos de ellas? Probablemente, podremos decir los más afortunados –en los que me incluyo- unos 1000, tirando por lo alto. La diferencia, simplemente se disipa.

Pero aún hay más. Si ahora hacemos una estimación de las personas que nos hemos cruzado en nuestra vida, definiendo cruzarse, como al menos habernos mirado a los ojos –es decir, en una manifestación de dos millones de entes, probablemente nos habremos cruzado con 500-, nos puede salir alrededor de dos o tres millones.

Se dice pronto. Millones de personas que en algún momento pudimos cambiar sus vidas o ellas las nuestras. Individuos que si hubiéramos ejercido unas palabras, besos o abrazos quizá se hubieran convertido en amigos entrañables, amantes inolvidables o espejos insoldables. Sujetos que hoy tienen una vida llena de emociones, placer, amigos, lágrimas, magia… o que en algunos casos, están muertos – en la práctica casi todos lo están-.

Y por no hablar de los aquellos con los que nunca hemos interaccionado de ningún modo. Si estimamos la población mundial en unos 6000 millones de personas, hagamos cuentas, nos queda por conocer prácticamente 5997 millones de personas en el mundo como poco. Muchos de nosotros, probablemente moriremos habiendo conocido como mucho 30 de los mil millones de indios en el mundo.

Llegados a este punto, sólo nos queda aceptar que nuestra vida se ciñe en un 99% de azar. La criba de 1000 personas que acabamos teniendo cerca, son resultados de nuestros actos, pero nuestros actos son producto de una concatenación caótica de hechos aleatorios… Gracias, azar.

domingo, 15 de agosto de 2010

LUCIDEZ



Tenía siete años. Solíamos pasarnos noches enteras con un deseo en la boca, mientras fijábamos la mirada en la carta esférica que se abría sobre nuestras cabezas, al acecho de alguna estrella traviesa que se escapara veloz.

A falta de un mar o un fuego cercano con el que hipnotizarnos, nos refugiábamos en las estrellas. Esas grandes inmutables que siempre están allí. Su poder sedante, la magia que rezuma la noche inmensa –como bien nos decía Neruda, más inmensa sin ella- nos hacía sentir una parte muy pequeña del todo.

Hace unos días, al volver a reencontrarme con ese cielo estrellado en busca de lágrimas de San Lorenzo, he rescatado a mis fieles amigas, las que siempre están allí, las que guardan todos nuestros secretos. Lo cierto es que casi había olvidado la belleza que nos envuelve, a pesar de que me dedico a ella.

Recorrer los guiños del firmamento, la carta del cielo que al final no es más que una carta de nuestra piel, siempre fue un traslado a los más esencial de nosotros. Es allí donde aprendimos que, a pesar de las fatigas, errores y angustias, nada es tan importante. Que somos minúsculos, pero no nulos. Que estamos continuamente rozando a la perfección.

¿En qué lugar de esa bóveda celeste residen los sentimientos, la compasión, el cálculo de nuestras pobres vidas, la esperanza? -otra vez sonó la risa queda, áspera, intranquilizadora-... Aunque brillen supernovas y agonicen estrellas, mueran y nazcan planetas, todo seguirá girando, en apariencia inmutable, cuando nos hayamos ido.

La Piel del Tambor. Arturo Pérez-Reverte.

miércoles, 11 de agosto de 2010

PENSANDO EN VERDE

La verdad es que las fiestas Laurentinas son un éxito allá donde se exporten. Conseguir que unos veinte individuos que nunca que antes han oído hablar de albahaca, pañoletas, verde y blanco, chupinazos, danzantes, elixires de vino y melocotón o gritos de guerra con acento profundo de ¡Viva San Lorenzo!, acaben pareciendo auténticos oscenses con iniciativa propia, -llegando al punto de recrear al mítico personaje de SuperHuesca- pone los pelos como escarpias.

Gracias a estos nuevos oscenses de adopción. Estados Unidos es un poquito más verde y blanco.

Una plaza y un pueblo donde parece que los extranjeros han reconquistado del olvido de los españoles una tierra hermosa.

Huesca. Chaime Marcuello

domingo, 8 de agosto de 2010

BLANCAMENTE

Como bien nos canta la voz gruesa y milagrosa de esta granadina ilustre, Amparo Sánchez, enfrentarse a una hoja en blanco causa vértigo, mezcla de la brisa fresca que provoca la libertad y el hedor que exhala la desorientación –bien lo sabemos los que estamos escribiendo las interminables Marie Curie-.



Sin embargo, cuando hemos arrugado todas las demás hojas, y reciclado el resultado, se produce una chispa fundamental: nada ni nadie puede obligarnos a tachar o borrar lo que ya no existe.

Consecuencia. Venzamos el nudo en el estómago, durmamos largo y tendido, tomémonos un vino con amigos, sintámonos relajados, chisposos y queridos y… tirémonos a la piscina.

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, que más quiere? ¡Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de su rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Instrucciones para dar cuerda al reloj, Julio Cortazar

miércoles, 4 de agosto de 2010

SIMULACRO DE PRELAURENTIS

Ante una inminentes fiestas laurentinas que ya se perfilan en el horizonte oscense, he decidido organizar el II Simulacro del Chupinazo Laurentino. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.

En principio, el programa de actos va a ser modesto. Hay que apretarse el cinturón con la crisis. Sólo puedo anunciar que habrá danza de danzantes simulada, albahaca, melocotón con vino, blanco, verde, simulacro de Os Mainates, banderas oscenses, jotas, cohete y discurso. No os lo perdáis.

Precisamente, rebuscando en jotas oscenses en Internet, acabo de descubrir que mi queridísimo profesor de jotas, José Rodrigo, ese trozo de pan jotero que llevaba la sangre aragonesa por sus venas, ha volado lejos de nosotros, como la Palomica. Un abrazote desde aquí, Rodrigo. Eras el mejor.