viernes, 30 de abril de 2010

ABRIL

¿¿Quien coño me ha robado el mes de abril -que diría Sabina-?? Si nos paramos a pensar, esta pregunta al aire ha estado permanente en nuestras vidas desde que tenemos recuerdos … Los meses de Abril pasan volando: se aproxima el veranito, empieza a alargar el día, las cosas se aceleran, la primavera nos altera la sangre, nos entra ganas de salir más, de ver a la gente, de sonreír, de hacer perezonas, de festejar, de cantar bajo la lluvia –en Abril aguas mil-…

Precisamente hace poco lo hablábamos con Manu –un besote desde aquí-, debida a esta subida de bilirrubina, Abril está lleno de hechos memorables. Hubieron revoluciones: la fallida revolución del 3 de abril, la revolución republicana del 14 de abril, la portuguesa -con claveles- del 25 de abril… ; canciones: 20 de abril –del 90-, 21 de Abril del Loquillo, festejos: la aclamada Feria de Abril, montones de cumpleaños… y muchos días memorables.

Claro, y a este paso de festejo por día, se nos acaban los 30 diítas volaos, y cuando salimos del after a las 11 de la mañana, justo tenemos al 1 de Mayo de brazos cruzados para recordarnos que hay que trabajar en algún momento… Aprovechemos que todavía quedan unas horas…

¿Quién sangra por do más pecado hubiere?
¿Quién me cambia por tu desilusión?
¿Quién sazona el amor con alfileres?
¿Quién me descorazona el corazón?

¿Quién quema relicarios, pilas, naves?
¿Quién alquila mujeres de alquiler?
¿Quién ha sacado copia de la llave
de los secretos de mi secreter?

¿Quién oxida el limón de las campanas?
¿Quién se sabe perdido cuando gana?
¿Quién me ha metido el dedo en la nariz?

¿Quién roba, silva, reza, desayuna?
¿Quién planta girasoles en la luna?
¿Quién coño me ha robado el mes de abril?

¿Quién envenena las palabras?
¿Quién truca el dado del parchis?
¿Quién me asesina por la espalda?
¿Quién llora si me ve reir?

¿Quién va desnudo a la oficina?
¿Quién contamina mi jardin?
¿Quién ha inventado la rutina?
¿Quién coño me ha robado el mes de abril?


¿Quién coño me ha robado el mes de abril?. Joaquín Sabina

martes, 27 de abril de 2010

DE OSCAR

Si os apetece ver las películas de Almodovar, pero no sabéis por donde empezar… Si queréis rememorar su trayectoria sin emplear mucho tiempo. Si además de troncharos de la risa, os apetece descubrir giros inesperados de guión, personajes estrafalarios y muchos otros ingredientes de director manchego por antonomasia… Mirad este corto. Desternillante.




viernes, 23 de abril de 2010

EDICIÓN LIMITADA

¿Y que hacéis que ya estáis tardando? Hoy es un día de páginas, de letras, de poemas, de amor, de literatura, de sonrisas, de sol, de flores, de amistad, de música, de tierra, de tapas, de texturas, de morriña…

Todos aquellos que hemos pasado un tiempo en Cataluña hacemos nuestro éste, uno de los días más bonitos del año. Mágico. Precioso. Incomparable. El día en que los protagonistas son ellos: los libros. Ya lo hemos explicado alguna vez, así que no nos repetiremos.

Dejemos lo que tengamos a mano -sin excusas- y salgamos a entrelazar las rosas y los pergaminos en todos nuestros rincones.

Las palabras se llevan, transportan, cambian la percepción de las cosas. Yo ya lo sabía de pequeña, y no quería aprender a leer ni a escribir de ninguna de las maneras. Cuando hojeaba los libros y hacía pasar ante mis ojos aquellos caracteres negros y misteriosos, de repente sentía que bastarían sólo unos segundos para que aquel caos de signos adquiriera sentido y se construyera límpidamente en mi cabeza; entonces cerraba el libro de golpe, con el corazón en un puño. Huía. Sabía que en cuanto las cosas adquieren sentido, el estupor se aleja para siempre y está perdido.

En todos los sentidos, como el amor. Simona Vinci

martes, 20 de abril de 2010

TAPÓN DE CORCHO

La que ha montado un volcán. Ya se que más de uno se puede ofender por el comentario: pero me encanta este giro inesperado en el guión de la pacífica vida del Hemisferio rico. Por primera vez en mucho tiempo, la primera noticia del día, la primera página del periódico, no es el futbol ni la política. Es un volcán. Un volcán que ha estallado sin previo aviso, en Islandia, de lleno en el primer mundo, sin daños personales y dejándonos una buena lección que aprender.

Nosotros, la burguesía del planeta, vivimos en una sociedad confortable donde todo se compra con dinero. Los más ricos viajan en clase business en los aviones, los demás en clase turista, pero todos vuelan -yo la primera-. De hecho, como los i-phones, internet o la televisión, volar se ha convertido en primera necesidad para muchos.

Hasta… que un volcán le da por eructar… Algo inaudito, inesperado y que no estaba en el programa de fiestas de nadie. Un hachazo a la fragilidad humana –que aunque ya estaba ciertamente demostrada en países tercermundistas, ocupaba como mucho un décimo puesto en los informativos y cinco segundos en nuestras mentes-… La gente empieza a mirar de soslayo, atemorizada… -¿Qué será lo próximo? ¿No podremos mandar un e-mail?-.

Recuerdo claramente la explicación magistral del mecanismo de un volcán que mi profesor de biología de 3º de BUP nos prodigaba: los volcanes son como botellas de champán, les haces cosquilletas por abajo y sacan burbujetas…. Yo estoy muy orgullosa del héroe Eyjafjallajokull: ese volcán islandés. Ese que nos ha dejado otear lo frágil que en realidad somos, aunque nos escudemos detrás de un montón de aparatos, un montón de tecnología.

No quiero ser catastrófica, pero de todas las teorías de extinción del planeta, la del volcán escondido en las gélidas tierras de Islandia, es la que más me gusta.

viernes, 16 de abril de 2010

SIN MÁS

Si hay algo en esta vida que debería ser fácil y simple es el sexo. Es cierto que la historia no ha ayudado nada durante muchos siglos. Y que todavía quedan demasiadas sociedades en las que suceden verdaderas atrocidades. Pero nosotros, tenemos el privilegio de ser prácticamente de las primeras generaciones que podemos disfrutar del sexo sin tapujos ni limitaciones. Lamentablemente, solemos condimentarlo, confundirlo y tratar de justificarlo con sentimientos adicionales e innecesarios como la culpa, el amor, la posesión…

Sin embargo, el sexo, el simple y puro sexo es algo sencillo, sano y universal. Tonificante y energético. Debería fluir mucho más.


(Primeros dos minutos)

Ella no tenía nada en contra de un poco de sexo informal y discreto de vez en cuando. Pero, un momento, ¿y si después resultaba ser un amante excelente? ¿No desearía entonces pasar otra noche con él? ¿Y si la segunda noche también resultaba un éxito y luego no se volvían a ver más? Las aventuras de una noche son precisamente eso. Te despiertas por la mañana y le miras a la cara. Si los dos piensan "uf", el equipo visitante se viste y se va y el equipo local se ducha y prosigue con su vida. Pero si los dos piensan "vaya, vaya", vuelves a hacer el amor antes de irte. Después él no llama o tú no llamas o tú llamas o él llama y discutís y el disgusto se te pasa al poco tiempo. Pero las aventuras de dos noches son más dolorosas.

Cómeme. Linda Jaivin

lunes, 12 de abril de 2010

TELETRANSPORTE

Relajémonos. Preparemos un buen café. Pongámonos cómodos. Aparquemos por unos minutos las obligaciones, las citas, las preocupaciones, los deberes, las injusticias, las personas que no aportan nada a nuestra vida… Y quedémonos solo con nosotros mismos.

Y ahora, -¿porqué no?- paseemos por el lugar que nos plazca. Os propongo viajar a Islandia, a ese concierto improvisado de Sigur Rós.



Abriguémonos, que hace frío. Pongámonos las manoplas y los gorros. Paladeemos ese lugar en el que todo es pureza, el cielo, las montañas, el fuego: la música… Dejemos discurrir esa música por nuestras entrañas. Aspiremos ese aire fresco y rugoso. Miremos esa puesta de sol tan cerca del círculo polar. Escuchemos esa música a medio camino entre el cielo y la tierra, como el paisaje que lo encuadra. Movamos los dedos de los pies al unísono. Sintamos como llega la noche. Como llega el decrescendo…

Aterricemos de nuevo junto a nuestra taza de café algo más fría. ¿Y quien dijo que el teletransporte no existe?

Lo mejor de los viajes es ver paisajes que te hipnotizan y encontrar hombres que te sorprenden. Siempre hay paisajes insospechados que añorarás mientras vivas y siempre hay tipos de una pieza con los que te tropiezas en el camino, a los que no volverás a ver jamás y echarás de menos toda tu existencia.

Vagabundo en África. Javier Reverte

viernes, 9 de abril de 2010

BAJO LA BATUTA

Os dejo una pequeña evidencia de que cualquier cosa con ilusión, entusiasmo y ganas es infinitamente mejor...



(Para activar los subtítulos en castellano, pulsad la pestaña de subtitles y marcad Spanish)

martes, 6 de abril de 2010

LA PRIMERA

Plantaros por un momento cuando tenías trece o catorce años… Vamos, cuando comenzábamos a ser unos adolescentes, y con los primeros amiguetes empezábamos a experimentar las primeras acciones de la edad supuestamente adulta –las primeras borracheras, caladas, flirteos y… amores-.

Ahora recordad la primera persona con la que os liasteis –entendiendo por liarse darse algún que otro beso, y como mucho alguna mano fuera de lugar-. ¿No os pareció fascinante? - En mi caso, descubrí que no daba asco eso de pasarse la saliva sino que es realmente delicioso-. Sin tener ninguna información más que esa, llenos de optimismo y euforia, nos sentimos dichosos por haber hallado compañero, y compartir el pan, el dolor y la cama, que dice mi adorada Gioconda.

Sin embargo, -supongo que a todos nos ha pasado, precisamente porque a esta vida le falta un buen manual-, aquel chico/a nunca llamó, ni nos pidió salir o no quiso saber nunca más de aquello o prefirió seguir con sus amigos… lo que sea. Desde luego, ahí llegó el que creo que es uno de los primero golpes que nos hicieron apoyar la punta de los pies en el suelo. Descubrir horrorizados que es posible que una persona con la que te has dado un beso, ya no quiere saber más de ti.

Y este descubrimiento es mucho más que eso. Es una caja de Pandora. Es la primera vez que te das cuenta, que la gente actúa de una manera, piensa de otra y siente de otra. La primera vez que te das cuenta que un beso no es el símbolo del amor, es el símbolo del deseo. La primera vez que intentas seguir una secuencia lógica de acción-reacción –siguiendo las leyes universales que nos enseñan- y no funciona… Recuerdo lo que me dijo Guillermo, - un abrazo desde aquí- cuando nació su hija. Me dijo algo así como, si, yo tampoco voy a poder evitar que sufra y que le rompan el corazón y que sufra injusticias por mucho que la quiera. Pues no. Es cierto. Y eso debería estar claro cuando alguien decide tener un hijo.

Ahora retrocedamos al día de hoy – o de hace dos años, no importa-. Ese simple beso lo hemos pasado ya demasiadas veces en muchas de las formas que rodean a los seres humanos con los que interaccionamos. La primera vez nos causó desconcierto, la segunda incertidumbre, pero rápidamente nos hacemos escépticos. Y entre esos 13 a 18 años, que es la época en que nuestra personalidad se talla a golpe de experiencia sin instrucciones, nos creamos una carcasa a nuestra medida donde cabe de todo. Ese escudo nos defiende de esos besos que no van a más en un futuro. Poco a poco, aprendemos a aparentar que nosotros tampoco queremos nada más en el futuro. Y conforme el tiempo pasa, se nos olvida quién es coraza y quién es persona. Y ya no sabemos si queremos o decidimos que queremos.

viernes, 2 de abril de 2010

MUDOS

Lhasa, ese espíritu libre, que nos cantó en castellano, inglés o francés. Esa voz profunda, arrancada y diferente que encandiló a gente tan diversa a lo ancho del mundo sin proponérselo. Ese alma tan circense esculpida a capella. Ese inclinarse hacia su público con los brazos abiertos como para abrazarlo. Esas canciones oníricas, llenas de pasión, de tristeza o de alegría …

Todo eso forma ya hoy un legado que nadie le podrá arrebatar jamás. Desde aquí, un pequeño homenaje al gran vacío que dejaste.




Quien más quien menos, todos llevamos una filatelia de las ausencias. Hay partidas, adioses de los que no volvieron ni volverán. Aun en las mejores y conquistadas alegrías, sobreviene de pronto un vacío y nos quedamos taciturnos, solos, tiernamente desolados. Por suerte cuando soñamos vuelven todos, los que todavía son y los que fueron. Y abrazamos fantasmas, almas en pena, y almas en gloria.

Mario Benedetti. Vivir adrede.