miércoles, 30 de septiembre de 2009

QUIERO COLGATE. Y YO, MATATE*

Ayer fui al dentista por primera vez en mi vida. Y diréis… ¡Animaaaal!. Qué queréis que os diga a mí, mis dientecicos nunca me han dolido ni nada, tienen buena pinta y encima yo convencida de que todavía no tenía las muelas del juicio… El caso es que al final he ido porque todo el mundo por estos lares me miraba con cara de ser lo más inverosímil que hubiera oído en tiempos cuando escuchaba semejante afirmación.

El caso es que más o menos fue todo bien, me estuvieron una horilla mirando cosas por ahí dentro y haciéndome una de esas limpiezas bucales -que según mis recuerdos de los niños de mi clase del colegio, era lo peor que te podía suceder en la vida-, y me da a mí que ahora todo es más sofisticado porque hubiera sido hasta relajante sino hubiera tenido que estar con la boca abierta tanto rato… Ahora mismo tengo una sensación extraña… Claro, nadie sabe como el resto del mundo siente sus dientes. Pero es de lo más pasmoso que lo que conoces tan bien, lo que te ha ayudado a morder, sonreír y otras actividades varias… haya cambiado.

Sin embargo, la sorpresa fue que, tras una hora de explicaciones –de las cuales, con tanto vocabulario técnico, no me enteré de la mitad- empecé a asociar que los Wisdom teeth tal vez eran las famosas muelas del juicio… - y para vuestra información el Ratoncito Pérez es la Fairy Teeth aquí.- . ¡¡Así que resulta que mis muelas del juicio están ahí desde hace años y yo sin saberlo!! Y encima me las quieren sacar porque molesta a las demás. De eso nada, nos acabamos de conocer, no me desprenderé de ellas tan pronto.

* Chiste en aragonés

sábado, 26 de septiembre de 2009

MÁQUINA DEL TIEMPO



Ayer, en el concierto del increíble Wynton Marsalis y su Lincoln Center Jazz Orchestra, me invadió una vieja y conocida tristeza, íntimamente relacionada con aquella frase que me dejó atónita al leerla por primera vez en El Pintor de batallas de Arturo Pérez-Reverte - Mi nieta, sin embargo, llegó demasiado tarde a un mundo demasiado viejo-, ya que retrata a la perfección el modo en el que me he sentido tantas veces.

No se si a veces el mundo se siente así. En mi caso, desde siempre tuve la sensación que debería haber nacido unos veinte años atrás, cuando este jazz increíble estaba en su máximo apogeo, cuando no había ordenadores, cuando la gente pasaba las noches a la intemperie mirando por un telescopio en lugar de encerrarse en una habitación a darle a una tecla, cuando la gente tenía ideas y luchaba por ellas, cuando...

Pero a su vez, me asedió una profunda alegría al comprobar que aún así, se puede ignorar el calendario durante algunas horas, y disfrutar -atemporalmente- con los soberbios solos que únicamente los genios pueden ofrecer. Disfrutad.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

DE CONCIERTOS

Cuando vas a los concierto, aprendes y/o confirmas diferentes cosas:

- Las música en vivo es lo mejor del mundo. En el momento en que escuchas una sola canción en directo, te das cuenta de que al encerrar los sonidos en discos de metal, pierden la esencia de la música libre, y las canciones enlatadas se vuelven estímulos para recordar el mítico concierto en que se liberaron.

- Casi todos los miembros del grupo sufren del llamado efecto escenario -en particular el cantante-. Esto es, en el momento en que alguien hace una demostración artística o científica encima de un escenario, se vuelve extremadamente atractivo y aparecen por doquier ojillos de deseo, manos en forma de corazón y otros símbolos con diferentes dedos entre el público -siempre hay excepciones, claro-.

- Todo el mundo quiere ser el más fan del recinto y hace como que se sabe todas las canciones. Sin embargo, las que se sabe de verdad, las berrea mucho más alto.

- La última canción, sea cual sea deja a todo el mundo eufórico y exhausto.

- Los teloneros suelen ser mirados con aire de desconfianza al principio, porque te están quitando tiempo de ver a tu idolatrado grupo- pero en la segunda canción todo el mundo está decidido a comprarse su disco – o bajarlo, al menos- … hasta que se sale del concierto. Esto también tiene excepciones.

- Los jetas –o personas con morro que aunque hayan llegado tarde se cuelan descaradamente entre la multitud para plantarse justo delante de tu cara-, son comunes en todas las nacionalidades.

- Tras la euforia del concierto sales dispuesto a comprarte al menos un artículo del kit del grupo: camiseta, gorra, póster, mechero, bragas… Hasta que un amigo un poco más cuerdo que tu, te recuerda que a la que salgas por esa puerta, no te vas a poner nada de lo compres esa noche.

- La edad se siente… Pasarse cinco horas botando delante de un escenario era una nimiedad hace ocho años. Hoy acabas con agujetas para una semana.

Acaba de empezar mi temporada de conciertos 2009/2010… con los KillersMatadores para los amigos-. Hasta Diciembre me quedan todavía ocho conciertos más... Una excelente muestra para refinar mi estudio. Seguiremos informando.

lunes, 21 de septiembre de 2009

ALEGRÍAS EXTRAÑAS



Después de todo, pensaba Fabián, la asunción de la tristeza no es tan negativa como parece. Hay una alegría extraña en saber que aún podemos estar tristes. Significa, entre otras cosas, que no estamos perdidos. A veces, recordaba Fabián, nuestro abrazo tan estrecho incluía desolación, no por nosotros sino por los otros. Y hasta el orgasmo podía convertirse, increíblemente, en una estación de duelo. Por suerte, lo mejorcito de la pena siempre arrastra consigo algo de amor.

Buzón del tiempo. Mario Benedetti

miércoles, 16 de septiembre de 2009

FEISBUK

Ya se que yo siempre he ido un paso por detrás de las nuevas tecnologías: cuando todo el mundo tenia un discman, yo conseguí un walkman, luego llegó el mp3, y yo heredé un discman, poco después apareció el ipod, y yo me cambié al mp3... Lo cierto es que además de salirme todo mucho más barato, ya conocía las ventajas y desventajas de lo próximo que se aproximaba...

Sin embargo, lo que se aproxima a pasos agigantados -si... ya se que muchos de vosotros estáis ya en el ajo- es el Facebook, y no me gusta nada. Parece ser que no se podrá tardar mucho en sucumbir, porque en algunos casos, hasta para pedir contratos de trabajo, valoran como positivo que uses este inventito... Y yo que, con la poca lucidez que todavía me queda, sigo sin verle la gracia...


De hecho, creo que está cambiando la forma en que la gente se relaciona... Por ejemplo, aquí es muy típico el See you in facebook! -me recuerda a los Tamagochis en su día- , o pasarse las tropecientas fotos del increíble viaje que hiciste este año por tu página de facebook, para que el resto del mundo likes la fotito y ya se da por concluida la explicación del viaje... Por no hablar de la pérdida del lenguaje, auque eso es un denominador común en casi todas las nuevas tecnologías.

Vivimos en la era de la comunicación, en la que -exceptuando el teletransporte- tenemos miles de medios a nuestro alcance para contactar con la gente que queremos en cualquier parte del mundo, en cualquier momento... Y finalmente, ¿tantísima gente escoge cruzar un par de frases generales, vacías de significado, para mantener el contacto con los trescientos contactos que dicen ser sus amigos?. Somos una especie bien extraña.

Para aquellos que no sepan de qué les hablo, aquí tenéis una explicación detallada y desternillante, por obra del Jueves.





domingo, 13 de septiembre de 2009

GIGANTES Y CABEZUDOS



Todos sabemos que en el mundo globalizado en que se ha convertido nuestra casa, cada vez nos volvemos todos más homogéneos. Sin embargo, la gente que tenemos algo más que veinte añitos formamos nuestro carácter en un mundo muy localizado en el que las vacaciones de verano se pasaban comiendo bocadillos de atún en la playa más cercana, siendo aquello toda una aventura. Por eso mismo, todavía es posible distinguir rasgos innatos de cada región.

No se si alguna vez os habéis fijado en el carácter fuerte y recio de los aragoneses que conozcáis. Curiosamente, la raza aragonesa tiene una serie de propiedades y características muy conocidas. Una de ellas es lo que gente insiste en llamar fuerza de voluntad y no es otra cosa más que una cabezonería inmensurable que nos hace llegar hasta el final de lo que hagamos, por muy dura que sea la propuesta. Una tozudez de mulos que nos hace ignorar lo que el mundo diga que es imposible y decir algo así como: Esto lo hago yo por mis… -Acentúese todas las vocales-

Creo que este factor es el responsable máximo de que la ciencia, la historia o las artes esté repleta de personajes ilustres, rompedores, capaces de hazañas o logros a los que pocas personas llegaron en su tiempo. Pensad en aragoneses ilustres como Ramón y Cajal, Goya, Agustina de Aragón, Miguel Fleta, Luis Buñuel, Miguel Servet, Pau Gargallo, Baltasar Gracián, Ramón J. Sender, Carlos y Antonio Saura, Jose Antonio Labordeta, Santiago Auserón, Héroes del Silencio, Carmen Paris... pero también la cantidad de gente que permanece en el anonimato. Estoy convencida de que todos conocéis a más de un aragonés errante que os ha parecido, cuanto menos, una persona peculiar… y muy válida, para las múltiples actividades que se proponga. Sobre todo por su manera diferente de entender el mundo y solucionar sus problemas a base de cabezonería.

Un amigo mío –también aragonés y la persona más sabia que conozco, un besote desde aquí Carlos- me comentaba que quizá las duras condiciones en las que ha vivido siempre la gente del Pirineo es lo que ha convertido a los aragoneses en personas de carácter duro y con capacidad de sobrevivir a cualquier cosa... -la novela de Julio Llamazares, La Lluvia Amarilla, retrata de forma magistral este hecho-. Sea por lo que sea, estad atentos a especímenes aragoneses, porque todavía tienen mucho qué decir.

Los aragoneses son hombres de valor y espíritu, honrados, tenaces en su dictamen, amantes de su provincia y notablemente preocupados a favor de sus paisanos.

José Cadalso.

jueves, 10 de septiembre de 2009

SIEMPRE QUE LLEGAS A CASA...



Hoy os he cocinado un plato rápido pero sabrosísimo: una de mis canciones predilectas, de esas que llevan una buena carga de recuerdos, una música tremenda y una letra perfecta, aliñada con imágenes de una de mis películas de lujo, de esas que se quedan archivadas en la retina y en las entrañas.

Engúllanse al gusto. Para una mejor apreciación de su exquisitez, degústese con tiempo, un buen vino y unos buenos pulmones.

Buen provecho.

domingo, 6 de septiembre de 2009

¿DÓNDE ESTARÁ MI CERO?



El cero, ese numerito introducido probablemente por los árabes –aunque se cree que los Mayas, o los indios ya lo utilizaron años antes- se creó ante la necesidad de numerar la nada, de contar la ausencia, de resolver lo neutro, de asignar un valor a lo contrario de todo.

No se si os habéis fijado, pero hay tantísimas cosas que no podríamos hacer, decir, nombrar, recalcar sin ese numerito… - Quien no recuerda esos ceros peloteros con los que blandían sus amenazas la inmensa mayoría de los profesores…- Y sin embargo, imaginad que un día desaparezca de vuestras vidas, ya no esté allí. Ese día os daríais cuenta de lo que vale un peine porque… es lo que me ha pasado a mí.

Hace unos días, tomando mi café-de-abrir-los-ojos, ocurrió un pequeño accidente… El café –visto y no visto- pasó de estar en mi garganta al teclado de mi ordenador -ahora, despejarme, me despeje rápidamente-… Tras hacer una operación de urgencia a mi teclado, conseguí salvar todas las teclas menos… el Cero. Si, ese numerito marginado por todos, sobre todo si es de izquierdas…se fue para siempre de mi teclado, -las injusticias acontecidas con el son innumerables, fue excluido de muchas comunidades hasta de la famosa cancioncita de Barrio Sesamo donde el 6 era el Rey- .

El caso es que no sabéis cuanto lo valoro ahora mismo… Es análogo a comenzar a valorar tus piernas tras haberte hecho un esguince… Y es que no sabéis lo popular que es cerito… Está hasta en la sopa. Y lo que pasaba desapercibido… Tratadlo bien, cualquier día os puede abandonar y deseareis no haberlo ofendido. ¡¡¡Vuelve Ceroooooo!!! A partir de ahora, te trataré como te mereces.. Snifff…

miércoles, 2 de septiembre de 2009

AVENTURAS


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No se si alguna vez habéis visto películas como El Efecto Mariposa de Eric Bress o Morir o no de Ventura Pons. A grandes rasgos, estas películas describen de manera explícita -cada una a su manera- la constancia de que cualquier simple hecho que realicemos en el presente está marcando - muchas veces de manera definitiva- lo que nos pasará o seremos en el futuro.

Es decir, la vertiginosa idea de que muchas veces, el simple hecho de salir a comprar el pan tres minutos antes o después puede determinar el resto de nuestras vidas. Circunstancias muy similares pueden desembocar en consecuencias completamente diferentes –dice la teoría del Caos-. Además, casi todos nosotros hemos tenido experiencias de ese tipo: ¿Acaso no recordáis aquel día que decidisteis quedaros un rato más de fiesta? ¿O el día aquel que -no sabiendo muy bien porqué- tomasteis un camino diferente al habitual? ¿O aquella tarde que fuisteis a ver aquella película que os cambió la vida? Mirando los simples hechos del pasado, podríamos decir que jugamos a Elige tu propia aventura, sin ser conscientes de ello.

Supongo que esto tiene dos lecturas: en primer lugar, que no podemos prever las consecuencias de nuestros actos, ya que, afortunadamente vivimos en un mundo no determinista, y por lo tanto, no tiene sentido preocuparnos por algo que no podemos controlar -en todo caso la probabilidad de una consecuencia y con muy poca certeza –. A su vez, esto desmitifica el falso concepto de justicia tan inquebrantable en nuestra sociedad.

La segunda lectura nos exige tener los sentidos alerta –sobre todo el de la intuición- para poder ver venir la ola al momento en que está apunto de acontecer un hecho importante, saber ejercer nuestro reflejo de libertad y reaccionar a consecuencia.