sábado, 28 de marzo de 2009

EN LA CIMA DE LA ALEGRÍA

La vida juega en la plaza
con el ser que nunca fui

y aquí estoy

baila pensamiento
en la cuerda de mi sonrisa

y todos dicen esto pasó y es

va pasando
va pasando
mi corazón
abre la ventana

vida
aquí estoy

mi vida
mi sola y aterida sangre
percute en el mundo

pero quiero saberme viva
pero no quiero hablar
de la muerte
ni de sus extrañas manos

Alejandra Pizarknik. Con los Ojos Abiertos.


Hoy tenía este poema listo para regalármelo y saborearlo palabra a palabra, mientras me reconozco viva... Pero mi querido Manu, desde Paris, se me ha adelantado y, previa a nuestra revolución de Abril, me ha regalado este otro fragmento también de nuestra Alejandra. Gracias hombre fuerza.


En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir.


Gracias a todos por vuestros regalos, por vuestras palabras, por hacer sentir que hemos vencido las barreras de las distancias, el tiempo y el abrazo. Porque ahora mismito, yo cumplo un año más, pero también tiemblo de alegría de poder hacerlo así: Tan Lejos, pero tan Cerca.

jueves, 26 de marzo de 2009

PRIMAVERA

Hi hagué una primavera inesperada
i la gent de la vall, rejovenida,
cantava tot tornant a casa seva
i guarnia finestres i balcons
amb les flors acabades de collir.
L'aire era net i la passió hi creixia
amb un provocatiu entusiasme.
Algú, però, va dir que la bonança
durava massa i els afebliria:
i de seguida el recel i l'enveja
van aflorar en el gest i en les mirades.
Va durar poc, és clar, la primavera,
i ara, passats els anys, ningú no en parla.
M'esgarrifa pensar-hi. Jo vaig viure-la.


'Quasi Faula', Miquel Marti i Pols.


Hubo una primavera inesperada
y la gente del valle, rejuvenecida,
cantaba volviendo a su casa
y adornaba ventanas y balcones
con las flores acabadas de recoger.
El aire era puro y la pasión crecía
con un provocativo entusiasmo.
Alguien, sin embargo, dijo que la bonanza
duraba demasiado y los entristecería:
y en seguida, el recelo y la envidia
afloraron en el gesto y en las miradas.
Duró poco, claro, la primavera,
y ahora, pasados los años, nadie habla de ella.
Me estremece pensarlo. Yo la viví.


(Libre traducción)

Que no se nos pasen las Primaveras, quizá no vuelvan.

martes, 24 de marzo de 2009

DELETREANDO

¿Quién no se ha pegado un viaje a la montaña cantando esta canción? Bueno, si no es el caso: ¿Quién no se ha pegado un día tonto jugando a las traducciones? Si, hombre, el divertidísimo juego de traducir nombre de famosos y sacar nombres tan buenos como Sara Piedra (Sharon Stone), Clemente Bosque del Este (Clint Eastwood), Nicolasa Niño Hombre (Nicole Kidman) o Juanito Profundo (Johnny Deep) entre otros -si os entra el gusanillo, cualquier día jugamos…-

Ahora bien, aunque el juego es tronchante –especialmente, si hay alcohol de por medio-, en la práctica, creo que es una de las cosas que más molesta: las traducciones de nombres propios. Los que tenemos letras autóctonas en nuestros nombres lo sabemos. Pero lo que más fastidia, es que afirmen que tu nombre no existe por el mero hecho de que su ordenador no tiene la dichosa letrita -tanto curso de deletreo para nada-. Desde aquí pido solidaridad con todas las letras raras de este mundo, en especial a los sufrientes orientales, griegos y rusos.

Os dejo con un homenaje -al estilo Gloria Fuertes- a esa eñe, pobrecilla mía. Cuidádmela (leñe)

En el idioma español,
la eñe es muy importante,
y en todo computador
debe ser una constante.

Tan importante es la eñe
que sin ella yo no sueño,
y aunque te parezca extraño
no me estriño ni me baño

Aunque sin eñe no hay daño.
Resultaría dañino,
que nos faltara el empeño
y no existiera el cariño.

Para mi linda limeña
no habría una piel de armiño.
Tampoco habría cabañas
para albergar a los niños.

Sin eñe yo no te riño,
y aunque tampoco regaño,
me sentiría muy triste
sin decirte que te extraño.

Sin sonido de zampoñas
sin beber un vino añejo
en una peña criolla.
¿Qué gracia tiene el festejo? .

¿Acaso habría buñuelos
o chuño para la niña.
Como lo hacía el abuelo
con sus trocitos de piña?.

No existiría el otoño
sin la eñe en nuestras letras .
Y tampoco habría moño,
donde prender las peinetas.

Parecía muy extraño
que Bill Gates no la pusiera,
quedaba como un tacaño
y cómo si tan caro fuera!

Bueno, basta de regaños.
Porque ya me vino el sueño
y aunque pongo mucho empeño
los ojos me hacen extraños.

Termino pidiendo a todos
los que hablan el español,
Defiendan la EÑE ¡Coño!
que así el idioma es mejor.

jueves, 19 de marzo de 2009

BAJO EL SOL

Disfrutad esta preciosidad, y de todo lo que dice... -hasta lo de la protección solar- porque tiene muchísima razón, ¿no creéis? Desde aquí, un abrazote para Jose por enviarme esta delicia y para todas esas personas que nos hemos tropezado por la vida tratando por entender las instrucciones.

domingo, 15 de marzo de 2009

EN LA CIUDAD

¿Qué es lo que hace que nos guste una ciudad? ¿Que nos enganche? ¿Que nos enamoremos de ella? Sin duda, la belleza de la ciudad es un factor imprescindible, pero también la atmósfera que exista, el trajín de sus habitantes, los actos rutinarios pero especiales que se van acomodando en tu vida -desayunos al sol, paseos para ordenar tus pensamientos, cervezas después del trabajo cualquier día entre semana…-, conversaciones especiales con gente especial…

Y es que en el fondo, las ciudades son gente, y la gente somos ciudades… Y en ambos casos -o en el mismo-, siempre nos acabamos llevando un trocito de las gente y sus ciudades, porque las ciudades y su gente, también se quedan con un pedacito nuestro…

Ciudades que recuerdan a ciudades
Como una canción recuerda a otra
Un olor que recuerda a una ciudad
Como una ciudad recuerda a una persona
Ciudades que recuerdan un beso
Ciudades que nos recuerdan a nosotros
Ciudades que nos olvidan
Y ciudades que nos recuerdan
Hay ciudades que habitan en nosotros
Hay ciudades que habitamos
Hay ciudades que te encarcelan
Hay ciudades que rompen tus grilletes
Hay ciudades para vivir
Hay ciudades para soñar
Hay ciudades que nos dan la vida
Y hay ciudades para el descanso eterno

El Retorno, Maram Al-Masri

sábado, 14 de marzo de 2009

VIERNES


Viernes...
independientemente de la edad que tengas,
llegas a trabajar y estás como… más relajada.

Atraviesas la mañana y te vas a comer con calma, al solete,
mientras observas a la gente espléndida,
que piensa en la noche que les espera,
en la textura de las sábanas al día siguiente,
cuando despierten, sin horas, sin prisas,
con zumo de naranja, tostaditas y café,
en el viaje que van a emprender dentro de unos momentos,
en los conversaciones de vino y amigos que van a tener en unas horas,
en los días de descanso que les esperan,
o en las farras, bailes y alcohol que asoman en cambio,
en las pelis, los amantes, los descansos, las aventuras…

Y miras el reloj, y con alegría,
te das cuenta que ya sólo quedan unas pocas horas para acabar la jornada,
y te pones tu canción favorita,
que empieza a serpentear por tu sangre,
y de hecho, te preguntas porqué no te vas a trabajar a la intemperie,
y empiezas tu fin de semana con antelación,
y precipitas las cosas para que empiecen a fluir,
y te vistes la mejor de tus sonrisas,
y acomodas tu risa en tu garganta,
y recoges tus bártulos,
y abandonas por unas largas horas
el agobio de los mails, la tecnología, las normas, las prisas, las obligaciones.

Y paseando suavecito,
empiezas a saborear ya el fin de semana
que se cierne ante ti,
lleno de vida…

miércoles, 11 de marzo de 2009

INVITACIÓN

Os invito a regalarnos unos minutos, relajarnos, respirar…

Y, mientras escuchamos esta maravilla de Sigur Rós -los magos que cantan con el lenguaje de las ballenas- y paladeamos esos impresionantes paisajes de Islandia...

Os invito a echar a volar alto, muy muy alto...

domingo, 8 de marzo de 2009

FUTURAMA

No se si habéis escuchado alguna vez que el ser humano era capaz de adquirir todo el conocimiento desarrollado por otros humanos hasta la época de Newton. Era entonces cuando cualquier persona que se pusiera a estudiar como loco –más conocida como humanista- podía saber de ciencia, música, arte, literatura, carpintería o todo lo que se le echara por delante.

Para bien o para mal, hemos nacido un par de siglos más tarde que todo eso, y hoy día solo podemos llegar a saber un pequeño ápice de todo el conocimiento que nos inunda –además de aprender a desenvolvernos en una vida con normas cada vez más complicadas, que no es poco-.

No se vosotros, pero yo a veces siento que estamos realizando un derroche de energía en el aprendizaje. Una persona -pongamos, por ejemplo, un premio Nobel- dedica los primeros 30 años de su vida a formarse y adquirir unos conocimientos que necesita en un campo particular de la ciencia para poder aportar algo nuevo a ella. En los siguientes 30 años, con mucha suerte, elabora y consigue algunos avances científicos, y quizá -en el caso de los escasísimos genios- su legado sea uno o dos descubrimientos importantes. Después, como todavía no se ha patentado la inmortalidad –qué alivio- esa persona muere unos, como mucho, 30 años mas tarde, durante los cuales se dedica a curar los achaques de la vejez con lo que, la siguiente persona que nazca, ha de volver a reandar toooodo el camino que el anterior genio hizo. Y esto en el caso óptimo. Yo encuentro que es ... demasiada energía malgastada, ¿no creéis?

Seria genial que uno pudiera condensar en un microchip, toda la información que ese anterior genio disponía en su cerebro, y la siguiente generación se lo implantara directamente al nacer, de modo que no malgastáramos inútilmente nuestros primeros 30 años aprendiendo cosas tan básicas... Yo siempre me preguntaba qué había aprendido en 5º EGB que no hubiera dado ya en 3º EGB… ¿Los números romanos tal vez?. Imaginad, por el contrario, que todos dispusiéramos del microchip de los idiomas, matemáticas básicas, literatura, etc...

Si, ya se que suena a novela de Isaac Asimov. Y ya se que eso conllevaría, además de un gran riesgo de clasismo e incomunicación entre personas con diferentes microchips -algo así al Mundo Feliz de Huxley- sino a nuestra extinción como seres humanos que actualmente somos, a una perdida de placer en el aprender cosas por uno mismo y saborear el aprendizaje de las cosas... Sin embargo, creo que no estamos tan lejos de una cosa así... Del día en que abramos la puerta de nuestra aula del colegio y nos encontremos a unos niñitos de cinco años, que hayan elegido el microchip de, ciencias, -de las antiguas ¿tú de que eres, ciencias o letras?- desarrollando la teoría del teletransporte, por ejemplo.

Lo mejor para la tristeza –contestó Merlín, empezando a soplar y resoplar- es aprender algo. Es lo único que no falla nunca. Puedes envejecer y sentir toda tu anatomía temblorosa; puedes permanecer durante horas por la noche escuchando el desorden de tus venas; puedes echar de menos a tu único amor, puedes ver al mundo a tu alrededor devastado por locos perversos; o saber que tu honor es pisoteado por las cloacas de inteligencias inferiores. Entonces sólo hay una cosa posible: aprender. Aprender por qué se mueve el mundo y lo que hace que se mueva. Es lo único que la inteligencia no puede agotar, ni alienar, que nunca la torturará, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que nunca soñará con lamentar, de la que nunca se arrepentirá. Aprender es lo que te conviene. Mira la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, la única pureza que existe. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de una vida, historia natural en tres, literatura en seis. Y entonces después de haber agotado un millón de vidas en biología y medicina y teología y geografía e historia y economía, pues, entonces puedes empezar a hacer una rueda de carreta con la madera apropiada, o pasar cincuenta años aprendiendo a empezar a vencer a tu contrincante en esgrima. Y después de eso, puedes empezar de nuevo con las matemáticas hasta que sea tiempo de aprende a arar la tierra.

Terence White. The Once and Future King

jueves, 5 de marzo de 2009

APUESTAS



Pensaba yo ahora mismito, que la gran mayoría somos muy poco conscientes de que tenemos una baraja completa en las manos y nos limitamos a usar un par o tres de cartas, sin ni tan solo pensar en sacarle el jugo a todas las demás.

Por ejemplo... ¿Quien o qué nos impide ahora mismo coger el primer avión con destino al lugar que nos venga en gana y empezar una nueva vida allí? Somos seres muy afortunados, hemos nacido en un país en que somos prácticamente de los primeros en disfrutar del total control sobre nuestras vidas. Y podemos caernos, equivocarnos y volver a empezar cuantas veces queramos. ¡Tenemos el derecho y el deber de labrar nuestra vida como más nos plazca! ¡No tenemos que rendir cuentas a nadie!

Así que ya nos estamos poniendo todos a pensar en planes descabellados y geniales que siempre hayamos querido hacer y nunca hubiéramos pensado que eran posibles. El que no arrisca, no pisca. Desde aquí un abrazo a Cristiñiña por regalarme este viaje a África y por ser un claro ejemplo de jugadora a manos llenas.


Mirando su tumba, pensé que su biografía es de las que producen un sentimiento de envidia. Vivió en un tiempo único y encontró su sitio en ese tiempo. Y murió como debe morir toda leyenda: en un campo de batalla y con valor. Mientras la mayoría de los hombres cabalgamos sobre la vida a duras penas, zarandeados por la fortuna o la mala suerte, hay algunos, muy pocos, que saben diseñar su propia existencia.

Vagabundo en África. Javier Reverte


martes, 3 de marzo de 2009

SALTANDO LAS REGLAS

Y qué bien sientan los días en que te regalas el gustazo de pasar de lo que se supone que debes hacer.

Deberíamos ejercitar el noble arte de la anarquía más a menudo... Desde aquí un abrazo para todos los que se atreven.

Hoy tengo ganas
de saltarme las reglas
de la Vida Moderna...