miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL AÑO SE VA...

... ¡Y yo estoy muy triste! Se está acabando uno de los mejores años de mi vida... De hecho, acabo de hacer ahora mismito mi resumen anual -Sí, sí... Yo soy de esas...- Empecé a hacerlo el 2003 -otro año de escándalo- y me encanta releerlos todos cuando acaba un año y darme cuenta de que ¡soy una tipeja con suerte, pero con mucha suerte! De acuerdo, la suerte no sólo es azar y hay que currársela, pero aún así... No puedo dar crédito a la cantidad de amigos, amores, sueños cumplidos, viajes, amantes, alegrías, trabajos y millones de experiencias que pasan por mi vida cada año... Desde aquí, ¡mil gracias a todos los que habéis participado!


túrána hott kurdís by hasta la otra méxico! from Till Credner on Vimeo.

Mis deseos para el 2009... Que sea igual o mejor que el que se va... Ya se... -¡Qué típico!-, ¿y qué? Desde luego es uno de mis tres deseos del genio de la Lámpara -el segundo es infinitos deseos- y el tercero... que nuestro cielo nunca deje de moverse: ¡disfrutad el video!.

domingo, 28 de diciembre de 2008

EL TERRUÑO

¡Pero que preciosa es Aragón, por favor! Otro día ya os explicaré una de mis teorías -absurdas- sobre lo extraordinario de la gente aragonesa. ¡Mañana subo a impregnarme de Pirineo oscense! Un besazo a mi Dubitatus y Pirenaica rumbo a nuestra excursión boltañesa.

Disfrutad con este video del Pabellón de Aragón en la Expo. No se a vosotros, yo cada vez que lo veo, se me saltan las lágrimas... Y con la jota del final... no puedo parar de atiborrarme de orgullo.





El paisaje merece tiempo para descansar y respirar algo de su atmósfera. Es prácticamente imposible explicar a quien no lo conoce cómo es. Las montañas, las laderas, los prados, la luz y las rocas se tejen de tal forma que resulta difícil de describir. Eso si, muy bello.

Huesca.
Chaime Marcuello

martes, 23 de diciembre de 2008

CURRANTES

Aprovechando que tengo un insomnio de caballo... -fuentes extraoficiales afirman que es jet-lag, que siempre llega los martes- y que, ésta, mi cabeza, no se está quieta ni un momento, os voy a contar mis últimas reflexiones de madrugada.

Estaba pensando que me siento muy afortunada de tener un trabajo que me guste en media. Aunque los idealistas que pensábamos que el mundo podía ser perfecto, hace tiempo que pusimos los pies en el suelo en ese sentido -el trabajo ideal no existe, sobre todo cuando pasa a ser una obligación- si que, al menos tenemos alicientes, cosas que de vez en cuando nos dan un subidón, una alegría y nos hacen olvidar las doscientas cosas malas que hubo ayer.

Sin embargo, para mí, existen un montón de trabajos-mierdas, aquellos que, casi con toda seguridad, ningún niño ha deseado convertirse, pero no queda más remedio que alguien se encargue de ellos. Y no hace falta irse a buscar a alguien extremadamente pobre, o inmigrante para verlo. Sin ir más lejos, el viernes cuando esperaba mi segundo avión con retraso en Frankfurt, tuvimos un espectáculo en vivo de los cargadores de maletas. Todos ellos tendrían entorno a 25 años, y su trabajo consistía básicamente, en cargar maletas de un avión a otro así, a pelo. El hecho de que no hubiera nadie mayor que 40 años me hace imaginar su columna vertebral dentro de unos añitos.

Y mi lista particular de trabajos-que-dan-ganas-de-salir-corriendo es más larga: conductor de metro, conero -esa persona que todos los fines de semana de los veranos pone conos en el carril sentido a la playa los sábados y en el carril de vuelta los domingos; existen, yo los he visto-, secretaria en el servicio de reclamaciones de cualquier compañía aérea o butanero. Y la lista es interminable... seguro que os sabéis muchos más. Me parece realmente alucinante que en pleno siglo XXI, en la época en que las nuevas tecnologías avanzan a pasos agigantados, todavía existan este tipos de trabajos. ¡Por favor, que alguien le compre un amplificador al pobre butanero!

Curiosamente, luego hay un tipo de trabajos muy bien catalogados socialmente, pero que, a mi me siguen pareciendo un truño. Por ejemplo, piloto de avión... ¿Cual es la diferencia con un taxista o un autobusero? Azafata/o de vuelo... ¿Una mezcla de camarera, enfermera y chacha? -Muestra sesgada, lo sé-. Al menos, me reconforta pensar que en este mundo hay todo tipo de opiniones y que, seguramente, mi trabajo esté en el top 10 de los peores trabajos de mi vida para más de uno.

jueves, 18 de diciembre de 2008

EUFORIA


¿Nunca te has levantado repleta de energía, con la certeza de que la felicidad es una operación elemental que requiere tan sólo no pensar demasiado? ¿Y no has sabido de inmediato que aquello era un espejismo pero no te ha importado, y te has lanzado a la calle para devorarla con los ojos y llenarte con ella los pulmones, antes de que el espejismo se esfumara?

(Andrés Neumann. La vida en las ventanas)


Pues eso... ¡Que ya estoy oficialmente de vacaciones...! ¡¡¡Mirad cómo salto el charco!!! Ya estoy cantando el Makes me feel all right!! ... Glooooriaaaa

Soy un poco bipolar... Lo sé. No me lo tengáis en cuenta... ¡Nos vemos en breve!

lunes, 15 de diciembre de 2008

INOLVIDABLE

¿Habéis experimentado alguna vez esa sensación, en que una canción se te mete dentro, muy dentro y se niega a salir? La escuchas una y otra y otra y otra vez... Tienes miedo de que llegue al punto en que te sature y no puedas volver a escucharla... Pero en ocasiones, la creación es tan perfecta, la conjunción de las palabras con la armonía es tan acertada que... jamás lo hace.

Y cuando finaliza la tarde y todos tus sentidos se encuentran completamente empapados, te maravillas de que, en ocasiones, el ser humano sea capaz de crear semejante perfección... Magia, la llaman algunos.

viernes, 12 de diciembre de 2008

RESCATE POÉTICO

Os dejo con uno de mis poemas predilectos. Junto con un puñado más, forman parte de mi kit de supervivencia poética particular. Imprescindible llevarlo siempre en la cartera. En cualquier momento, puedes necesitar una curvatura diferente en la sonrisa, aclarar un poco el horizonte o abrigarte en un reconocimiento.

Leedlo despacio, saboreándolo bien. Dentro de un tiempo, retomadlo y volved a paladearlo de nuevo. Veréis como descubrís nuevos detalles que no percibisteis la primera vez. Desde aquí, un petó gegant a Gemmita, por regalarme esta joya invalorable hace ya muchos años...


Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.

Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por habernos hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.

Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeados de tristezas y vainas,
de muertes y escondites forzados.
Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada,
porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semilla y habitación de una sonrisa
íntima
que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.

Gioconda Belli

miércoles, 10 de diciembre de 2008

MATAR EL TIEMPO

Seguro que os ha pasado alguna vez. Un día que empieza bastante mal, con un despertar repentino, que hace que todo se apresure. Conforme pasan las horas, el día va empeorando más y más y más y más y más... 

A media tarde, te rindes ante lo evidente: ese día no es recomendable hacer nada extremadamente importante… Así que te preocupas por usar los minutos en cosas triviales que no tengan un resultado... Y aún así siguen saliendo mal. 

Te refugias en tu soledad de cuatro paredes, y te quedas inmóvil en un rincón, con miedo de que si respiras, se desencadene otra retahíla de sucesos… desafortunados. En ese momento, te preguntas cómo puede ser posible que el tiempo haya volado tantas veces. Si ahora mismo, está allí, paralizado, mirándote, sonriente y siniestro, a la caza de tu próximo desliz.

lunes, 8 de diciembre de 2008

RAYOS Y CENTELLAS

Cojo aire, e intento bucear en el ritmo vertiginoso que me lleva de la mano. La vida está hecha para trapecistas, para aquellos que dando un salto mortal, pueden esquivar cualquier riesgo.

A veces, tengo la falsa ilusión de que todo está en calma, de que todo es nítido, de que la vida es una operación fácil. Nada más cierto de la realidad, es entonces cuando se están cocinando los nuevos vuelcos, las nuevas empentas. El ojo del huracán.

Hubo un tiempo en que -inocencia o ignorancia- confiaba plenamente en esas calmas aguadas. Ahora, las temo y las espero, se crea esa envoltura expectante a mi alrededor que acaba siendo el motor de mi vida. Y todavía, apunto de zambullirme en la tempestad, no dejo de preguntarme si me salté la salida fácil.

No habrá nunca una puerta. Estás adentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino,
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo de la fiera.


Labertinto. Jorge Luis Borges.

jueves, 4 de diciembre de 2008

LA SOLE

Hay soledades que se presentan de improviso, como un golpe en la nuca. Piensas: estoy sólo. No ahora; siempre. Sólo. Esa palabra afónica, redonda.

Hay también la soledad lenta, la que se acepta con el tiempo. Hay otras que ya estaban allí, que son las soledades de las que estamos hechos. Esas duelen distinto. Algunas veces permanecen ocultas, larvadas debajo de un nombre o de una memoria difícil. Otras veces vuelven en sí, se enderezan y te hablan al oído. Es entonces cuando se escuchan las verdades más exactas acerca de uno mismo.

También existes ¿sabes? La soledad que uno, de tanto conocerla, de tratarla a todas horas, acaba necesitando como a una compañía leal y discreta. Una soledad casi querida que, al marcharse, nos deja de verdad a solas.

La vida en las ventanas. Andrés Neumann

martes, 2 de diciembre de 2008

CALIDAD AL MEJOR PRECIO, OIGA

Esta tarde he ido al supermercado a comprar unas cosillas, y es que, no dejo de sorprenderme cada vez que voy a uno aquí en los Estates. En general, la gente aquí es un factor tres más amable que en España, pero ir al supermercado ya, se parece a… qué se yo, ir a una agencia de viajes, o a que te den un masaje o al banco a ingresar mucho dinero… Da la impresión que te están mimando para que compres ese chorizo de tres dólares… Hoy, sin ir más lejos, he puesto un par de pepinos en la cesta, y mientras paseaba por un pasillo, un señor encantador me ha parado para recomendarme una nueva línea de productos muy frescos donde el compra sus pepinos favoritos… Me he acordado de aquella vez que en Granada, la cajera del Mercadona me dijo: Niña, ¡no querrás una torta por un euro, que estamos que lo tiramos!.

Por supuesto en cada sección, tienes a un amabilísimo personaje que te sonríe de un modo que, empiezas a buscar a tu alrededor una vitrina en que reflejarte para ver si llevas algo raro en la cara. Por ejemplo, en la sección de los quesos, el personaje viene a ti, y te hace sugerencias, o te anima, como si fuera una decisión esencial y crítica para tu vida: -Excellent choice!-. Pero donde mejor me lo paso es en la sección de los vinos. Me encanta estarme un buen rato eligiendo un buen vino. Es cómo ir a una librería. Entonces, cuando estás absorta en tu decisión, aparece el enteradillo de los vinos y te pregunta, con preocupación: Are you finding everything all right?

Lo más impactante, de todas formas, es en la caja, a la hora de pagar… Nada más llegar, un cajero supersonriente, te coge la cesta a volandas mientras esperas que el cliente de delante acabe. Mientras tanto, ya puedes ir contestando las típicas preguntas de rigor: How are you tonight? Great and you?… not too bad… - Un día voy a probar a decir very bad, a ver qué pasa.- Cuando te toca el turno, otro cajero te va pasando las cosas por el scanner, mientras el cajero sonriente –con sonrisa exhausta- de antes, te las va metiendo en bolsas de plástico o cartón –según tu elijas- ordenadas de manera óptima, por ejemplo, las cosas frías o los líquidos juntos. No te dejan que tú hagas nada. De hecho hace unos días, el segundo de a bordo, debía haber ido al baño, así que empecé a meter las cosas en la bolsa, y en seguida llegó todo sofocado, pidiéndome perdón… Para finalizar, una vez ya has pagado y te vas con tus bolsas, te preguntan: Can I help you with this tonight? A lo que contestas un No, thank you y piensas lo bien que te vendría que viniera a casa y te hiciera la cena.

No se si habéis visto aquel capitulo de los Simpson en que los cajeros del supermercado se revelan contra los clientes porque Homer les hace ordenar las cosas por colores, y por precios, y por el orden que se los va a comer… Real como la vida misma. No os lo vais a creer, pero echo un poquito de menos la mala follá granadina, o una vuelta absorta por la Boquería…

sábado, 29 de noviembre de 2008

TORMENTAS

Creo que es una tendencia natural de la raza humana el concebir las cualidades de las cosas como invariables en el tiempo. Pensamos que las personas que amamos, con todo aquello de que nos enamoramos, han permanecido congeladas en el tiempo. Y nos encontramos confusos cuando ya no nos provocan los mismo.

Pero es que las lluvias que pasamos separados nos amasaron y los soles de después nos modelaron. Y cada gota que nos curtió o cada rayo que nos levantó fue diferente. Como resultado, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tu cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces, la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso.

...

Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena.

Kafka en la Orilla. Haruki Murakami

jueves, 27 de noviembre de 2008

PUENTE Y GRACIAS

Ya está aquí… ¡Ya llegó! ¿El qué? ¡¡El día del Pavo o de Acción de Gracias!! Y con él... ¡¡Un puente de cuatro días!! De hecho, este es el análogo al puente de la Constitución con el que me pondréis los dientes largos en una semanita…

Además de eso, lo voy a vivir in situ. Este día es imperdonable que cenes (a las tres de la tarde) sola. Así que me han invitado a cuatro sitios a la comida-merienda-cena y al final, voy a ir al más informal, a casa de Serena, Chad y toooooooda la familia. La cosa promete. Según me han contado, este día comen más que el resto del año, lo que acojona, y mucho. Y por supuesto, el plato principal es el ThanksGivingTurkey, así, todo seguido -¿para cuando un Animal Acojonante dedicado a este entrañable ser?-. Y luego, cantan, ven videos familiares… De hecho, nos llevamos las violas para tocar despues de comer. Ya os contare.

Y hablando de eso, os tengo que presentar un nuevo miembro en la familia, ¡¡que no para de crecer!! Ahora entiendo porque los Estados Unidos es las tierras de las oportunidades… Si es que hay unas gangas… ¡¡¡Me acaban de regalar un piano!!! Lo tengo ahí, en frente de mí. Todavía nos miramos con curiosidad, pero todo es cuestión de tiempo. Transladarlo fue toda una odisea, me tuve que alquilar un camión con rampa para moverlo y … tras unas cuantas aventurillas a lo Little Miss Sunshine: la palanca para acercar el asiento a los pedales estaba rota, y tuve que ir sentada en la esquina del asiento, o la costumbre de mirar por un retrovisor central inexistente porque tienes una mole detrás entre otras peripecias…. El caso es que gracias a la ayuda de cuatro cielazos con los que he tropezado ya en estas tierras y un pie un poco machacado, mi piano, Lorenzo, ¡ya está conmigo!.

Aquí me tenéis, viviendo en el país capitalista del mundo por excelencia y, en menos de tres meses, agenciándome a Carmencita (bici), Leoncito (coche), Vega (viola) y… Lorenzo (piano), ¿qué será lo próximo?

sábado, 22 de noviembre de 2008

EXTRAÑAS COINCIDENCIAS

No se si habéis tenido alguna vez esa sensación de egocentrismo total, de que algo está ocurriendo y sois los únicos que no os habéis percatado. Yo la solía tener cuando era pequeña y mis padres hablaban de cosas de mayores –vaya usted a saber de qué salvajada estarían hablando, ¡je!- y yo entraba de repente y se quedaban callados o cambiaban a una conversación muy forzada.

El caso es que la más reciente, la tuve yo este jueves. Me pasó algo bastante curioso: el miércoles había decidido que el jueves me iba a quedar trabajando en casa, en mi patio, super a gusto. Pero, cuando me levanté el jueves, me entraron los absurdos remordimientos que me suelen atacar de vez en cuando, y tras vestirme y desvestirme tres veces –me quedo, no me quedo…- decidí que, –a cerrar el boquino-, que sólo quedaban un par de días para el fin de semana.

¿Y qué creéis que me encontré cuando llegué al trabajo media hora más tarde de lo habitual –proveniente de mis dudas filosóficas sobre ir o venir-? Absolutamente todas las puertas de los despachos cerradas. No había nadie, na-die. Ese fue el momento de egocentrismo agudo, el papel de protagonista del Show de Truman, o aquel momento en que Eduardo Noriega sale corriendo en medio de la Gran Vía de Madrid desierta en Abre los Ojos o el escalofriante instante de Mullholland Drive en que la cantante cae al suelo y ella sigue cantando...

Tres horas más tarde, empezó a llegar gente, cada uno con su argumento: –Se me olvidó poner el fucking despertador-… -Tenía que llevar a los niños al médico-… -Tenía un seminario en otro edificio-… Mmmm… sospechoso. Yo todavía no me lo creo. Mi explicación particular es que ese día tenían reunión para ver como continuar el guión. Está bien, vale, ya lo he descubierto, ahora ya podéis salir del armario, actores de pacotilla.

viernes, 21 de noviembre de 2008

GURE BAZTERRAK

Llevo un par de días con una morriña enorme. Y hoy, precisamente, he tropezado con unas cuantas canciones que no han hecho más que incrementarla. Ésta es una de ellas, Gure Bazterrak de Mikel Laboa, una canción simple y preciosa. Se os llevará un trocito vuestro. Un besazo para Javier, que fue quien me la enseñó. Disfrutadla.

GURE BAZTERRAK

Maite ditut,
maite
gure bazterrak,
lanbroak
ezkutatzen dizkidanean.
Zer ezkutatzen duen
ez didanean ikusten uzten.
Orduan hasten bainaiz ezkutukoa...
Nire baitan pizten diren
bazter miresgarriak
ikusten.



NUESTROS RINCONES

Los amo,
amo
nuestros rincones
cuando la bruma
me los esconde.
¿Qué es lo que oculta cuando no me deja ver?
Entonces empiezo a vislumbrar lo oculto...
Rincones admirables
que comienzan a surgir
dentro de mí.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

MALTARILE

¿Cual es el mecanismo que nos hace recordar o aprender cosas precisamente a nosotros, la supuesta raza inteligente? ¿Cómo seríamos si no tuviéramos recuerdos? ¿Nos hubiéramos extinguido al más puro estilo de novela de Saramago, siendo la memoria lo que nos ha hecho sobrevivir frente a otras especies? O, por el contrario, ¿sería todo más simple, en el buen sentido de la palabra, al guiarnos simplemente por instintos? Sin envidias, sin fidelidades, sin comparaciones... Simplemente el carpe diem, porque el hoy sería lo único que recordaríamos. ¿O quizá es que memoria es sinónimo de inteligencia en este contexto?

¿Y en qué momento empezamos a recordar? ¿Cual es vuestro recuerdo más antiguo? En mi caso es de cuando tenía tres meses, al ir sentada con mi tío en un coche naranja, poniendo las manos en el volante y haciendo como que conducía. El siguiente recuerdo, creo que es ya algo así como a los tres años. Muchas veces me he preguntado qué es lo que fijó en mi memoria ese recuerdo precisamente y cómo eso ha podido afectar a mi vida.

Es algo parecido a aprender a leer, ¿recordáis ese momento? Yo lo recuerdo perfectamente. Llevábamos un tiempo con lo de mamemimomu... Y por fin, llegó el día de leer una frase de verdad, nuestra primera frase. Yo recuerdo el mecanismo de mi cerebro, más bien el anti-mecanismo, porque me salté las reglas a la torera y simplemente mi boca pronunció la frase sin pensar cómo se juntaban las letras, como si la intuición fuera más poderosa que la coherencia a esas alturas. Eso hizo que leer fuera algo sencillo, un placer como el beber agua cuando se está sediento. Lo mismo creo que pasa con la gente que piensa que las matemáticas son ininteligibles, simplemente creo que hay un paso no racional, sino intuitivo, que facilita mucho las cosas.

Siempre he tenido esa sensación con el resto de las cosas, desde la quántica a las relaciones personales, pasando por el secreto para la felicidad, la literatura y tantas otras cosas… El tener la llave muy cerca…. La de la puerta secreta, cómo en Alicia en el País de las Maravillas, de entrada a la simplicidad, a la intuición de nuestro mundo. Ahora bien, ¿donde están las llaves, Maltarile?

jueves, 13 de noviembre de 2008

SOBRE LA ATMÓSFERA

¿¿¿Alguien ha visto la Luna está noche??? Llevo 28 minutos de reloj y me podría estar toda la vida mirándola... Os lo aseguro, la Luna es de los objetos más impresionantes de nuestro cielo. Aunque ya lo sabéis... Me acaba de contar un par de cosas que os ha visto hacer hace unas horitas...

Seguro que ya os han hecho está pregunta alguna vez... pero, ¿le habéis visto alguna vez la cara a la Luna? Está así, como un poco inclinada hacia derecha, y guiñando un ojo... Al menos desde el Hemisferio Norte... Algunas otras teorías, aseguran ver un conejo de perfil... pero yo, solo lo vi una vez en Bolognia... Desde aquí, un besazo a Ruth por explicarme las facetas de la Luna, justo en medio de un paso de cebra...

Aquí, conversando con la Luna, me siento muy muy pequeña... Pero no es, sino una sensación agradable... La de sentirme una infinitésima parte de este inmenso Universo... Pequeñísimos, pero no nulos.

Os dejo con unos fragmentos del libro de Crónicas Marcianas de Ray Bradbury... Disfrutad...

Así que nunca más pasearemos tan tarde de noche, aunque el corazón siga enamorado, y aunque siga brillando la luna. Pues la espada gasta la vaina, y el alma gasta el pecho, y el corazón tiene que pararse a tomar aliento, y el amor misma ha de descansar. Aunque la noche fue hecha para amar, y el día vuelve demasiado pronto, nunca más pasearemos a la luz de la luna.

...
Esa noche había en el aire un olor a tiempo. La idea era divertida. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva y unas voces que lloraban y una voz muy triste, y unas gotas sucias, y un sonido de lluvia. Así era cómo olía el tiempo, como sonaba y qué parecía. Y esta noche, casi se podía tocar el tiempo.

martes, 11 de noviembre de 2008

BANDA SONORA ORIGINAL

Desde el momento en que nacemos empieza la película de nuestras vidas. Y cómo toda buena película, la banda sonora es fundamental. La música es el sello particular de nuestras vivencias, de nuestros recuerdos, de nuestros rituales. Uno de los pequeños instantes de felicidad consiste en encontrar aquella canción que hacía quince años que no escuchabas, cerrar los ojos y volver a trasladarte a ese momento. Traslado… porque ese acto, es mucho más que recordar, es volver a sentir, es… volver a vivir.

Así entre mi banda sonora particular cuento grandes éxitos asociados a momentos en lugares: el Ritmo del Garaje de Loquillo me recuerda enormemente a San Lorenzo, pañoletas verdes, noche interminable en las calles; Que tinguem sort, de Lluis Llach a la última fiesta que organizamos en la facultad; cualquier canción de Nina Simone, a las noches de los miércoles en el Jazz Si club de Barcelona; la banda sonora de Crazy a aquel par de meses en Paris…

Luego están las canciones que tienen una carga de recuerdos acumulados. Es decir, canciones que has escuchado en más de un momento especial, y cuando son reescuchadas, te trasladan a uno de ellos, algunas veces o a una mezcla de ellos, otras… Por ejemplo, para mí, One de U2, ha puesto música a tantas de mis vivencias... Guitarras en la plaza de Venecia en Roma a los 16… Llorera infinita en mis dos conciertos de U2, a los 17 y 25… Regalo en un CD cantada en árabe…a los 23… Un amigo mío me contaba que él asociaba esta canción a ir con su madre sentado en el coche al salir de su rancho en Texas mientras olía a hamburguesas… Somos personajes diferentes con guiones diferentes...

Aun así, a veces las evocaciones pueden ser multitudinarias… Me encanta descubrir canciones o grupos a personas, porque es una garantía de que te recordaran al escuchar esa canción… Igualmente que me descubran música. Este post está deseando escuchar vuestras recomendaciones. Creo que casi cada persona que hay en mi vida tiene tiene su canción asociada, a uno de los momentos que hayamos compartido … Eso hace, que un día, en un bareto perdido del mundo, de pronto, me encuentre tomando un vinito con cualquiera de vosotros al escuchar, de repente, Miss Sarajevo o Somos Viento o la banda sonora de ShortBus o cualquier canción de Dusminguet o…

Además, cada uno desgata la música como le place, faltaría más. Es genial engullir una canción que realmente te apetezca nada más levantarte según tu estado de humor… O sentir que se aproxima el fin de semana poniendo tu música de fiesta un viernes por la tarde, de fiestas vividas o por vivir, no importa… O rebuscar entre la música de concentración… En mi caso, en épocas de trabajo duro, me ayuda a concentrarme algo cómo… Héroes de Silencio o Extremoduro … Creo que para mi tesis, me escuché todas sus discografías millones de veces… Mis pobres sufrientes compañeros de despacho lo saben…

Y la lista es infinita… Sabina es desgañitarse a guitarras y vino, Lemon Tree es la casa de colonies de Sils, Placebo es el viaje entre Dublín y Cork, Los Rodríguez es aquel viaje por el sur de Francia, Manolo García es aquel verano increíble de primero de carrera, el solo de guitarra de Dire Straits es las fiestas del pueblo de mi padre, Adele es los últimos meses de felicidad en Granada, Ojos de Brujo son las noches de farra en el Cubitos, Manu Chao es final de etapa en Barcelona, Bocherini es época sin responsabilidades, Cold Play es primeros recuerdos en Granada, las jotas son mi Aragón querido, Shakira es aquel verano de cantante de orquesta, Triana son las noches flamencas de Granada, Mano Negra es un montón de brincos a las mil de la mañana al acabar una fiesta de la facultad… Creo que no tengo recuerdos importantes sin música. Desde aquí, un besazo a todos los que sois parte de mi banda sonora particular.

sábado, 8 de noviembre de 2008

UN INOLVIDABLE



Cerrar los ojos.
Sentir la musica.
Sobrecogerse ante la simplicidad.

Notar el avance,
desgarrador,
del escalofrío universal.

...

Encender el segundero.
Recomponer la cordura.
Guardar el estupor.
Archivar en la sección
inolvidable.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

INSTANTES DE PAPEL

Siempre me ha fascinado como se puede capturar en un segundo una imagen, y ver como nuestra percepción de ese pedazo de papel, varía con el tiempo. Muchas veces nos sorprendemos en el momento en que tomamos las instantánea, al percibir un resultado tan diferente del que tenemos en nuestra retina. En otras, en cambio, el cambio viene después, cuando años más tarde desempolvamos las fotos y nos damos cuenta de la mirada tan triste que teníamos en ese momento, echamos de menos cualquier acción rutinaria que nunca percibimos como demasiado especial o reparamos en la belleza de un rincón de una ciudad exprimida durante años.

Quizá estos cambios sean más acuciantes en las personas. Partiendo de la base de que somos incapaces de observarnos a nosotros mismos con los mismos ojos que nos ven los demás -los espejos nos invierten y las fotos nos fijan en el tiempo- tenemos que fiarnos de ellos para obtener idea aproximada. Sin embargo, casi siempre nos encontramos a personas totalmente diferentes a quienes somos hoy, física y mentalmente. Para esto último, basta echar un vistazo a nuestra biblioteca o nuestra discografía de hace diez años. Normalmente, hemos divergido apreciablemente. El maestro Arturo Pérez-Reverte lo describe brillantemente en este fragmento de La Reina del Sur

Tal vez, como ocurre en la mayor parte de las fotografías, la expresión era casual: un instante cualquiera, el azar fijado en la película. Pero cómo no aventurarse ahora, con la lección sabida, a interpretar. A menudo las imágenes y las situaciones y las fotos no lo son del todo hasta que llegan los acontecimientos posteriores; como si quedaran en suspenso, provisionales, para verse confirmadas o desmentidas más tarde. Nos hacemos fotos, no con objeto de recordar, sino para completarlas después con el resto de nuestras vidas. Por eso hay fotos que aciertan y fotos que no. Imágenes que el tiempo pone en su lugar, atribuyendo a unas su auténtico significado, y negando otras que se apagan solas, igual que si los colores se borraran con el tiempo.


Claro está, las circunstancias nos han ido modelando, amasando hacia otras direcciones… Por mucho que lo intentemos, nunca estaremos en una burbuja, y la menor brizna de aire, nos ha podido girar la veleta unos cuantos grados. Aún así, aunque no lo percibamos, llevamos una función acumulada de nuestras experiencias, y eso es lo que ayuda a que nuestros principios, nuestros valores, nuestras promesas no se desmigajen con los años…

Somos entes cambiantes en el tiempo, somos imprevisibles, indeterministas. Si no fuera así, tenemos suficientes puntos en nuestro pasado como para poder interpolar la función de nuestra vida. En este contexto, el arrepentimiento no existe, ya que la decisión que tomamos en aquel momento, la tomó la persona que éramos entonces, con las convicciones que teníamos entonces y que nos llevó a pensar que aquella decisión es la correcta. Por eso mismo, no existe el parasiempre, porque en este preciso instante, leyendo estas líneas, se te puede suceder algo que te lleve a tu propia antípoda…

domingo, 2 de noviembre de 2008

UN BRINDIS



Esta semana terminé mi curso de cata de vinos... No he aprendido mucho, la verdad, porque solo alcanzaba a intuir el vocabulario técnico. Sin embargo, ahora, todavía más, sigo teniendo la certeza de que uno de los mayores placeres de la vida, es tomarse un buen vino, con buena música, buena compañía y buena conversación. Todo de calidad.

Desde aquí, un besazo a todos aquellos con los que hemos arreglado el mundo, vapuleado las risas y soplado los llantos a golpe de vinitos infinitos. Os dejo un fragmento de uno de mis libros preferidos del maestro Benedetti: Vivir Adrede.

Un trago sirve para creer que la vida es sueño, o que el mundo se tambalea sin motivo. Sirve para imaginar que la realidad no nos humilla, precisamente en el momento en que la implacable nos está hundiendo. Sirve para envalentonarnos en los pasos previos al amor y en ciertos casos para ahuyentar al amor con el mal aliento.

martes, 28 de octubre de 2008

TRANSAMÉRICA


Miró por encima del hombro y no alcanzó más que a vislumbrar un estremecimiento continuo, en su columna vertebral. Mascó las briznas de una esperanza arrugada que le quedaban en su bolsillo y, lentamente, giró la manivela que defendía sus intereses. Con rigidez, poco a poco, alcanzó a echar una rápida ojeada al exterior, y con la calma mojada, expiró sus últimos pétalos en su cartera desgastada.

Añoraba la vida que no había masticado, que sólo había diseñado en su espacio de cristal.

Partió una rodaja más de su miseria.
Desafió con la mirada a su destino.
Cerró la puerta tras de si.

domingo, 26 de octubre de 2008

ANTICUERPOS

Alguien me explicó, no hace mucho, que si no existiera el dolor, nos habríamos extinguido como raza humana, porque precisamente es lo que nos hace apartar la mano del fuego cuando nos quemamos y no morir abrasados, por ejemplo. Sin embargo, ¿qué ocurre con la cobardía? Es ¿kind of the same? -Me encanta está expresión-. ¿Es la cobardía una especie de anticuerpo humano? Si no tuviéramos miedo de lo desconocido, de no controlar los resultados de nuestras acciones... ¿Las circunstancias nos permitirían seguir adelante?

Siempre recuerdo un cuentito de niños que me leyeron una vez. Hablaba de un elefante que de pequeño le habían atado su pata a un tronco y tiraba y tiraba y nunca podía soltarse. El elefante creció, pero ya nunca volvió a intentarlo... Sin saber que su libertad estaba a un simple estirón. Me aterra que eso nos pueda pasar. Que nuestros miedos nos obliguen a perdernos las cosas más geniales porque nunca lo intentamos...

INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ

Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Julio Cortázar

martes, 21 de octubre de 2008

¿SOMOS VASOS COMUNICANTES?

Ya hace días –años- que le doy vueltas al tema de la traducción y la pérdida de la carga efectiva de las palabras. Esto más bien es una reflexión en voz alta, una serie de preguntas abiertas. Así que si alguien tiene alguna opinión, sugerencia o duda adicional al respecto, que hable en este post, o calle para siempre.

He observado, que en este país enorme que me ha acogido, las parejas, los amigos, los colegas (da igual la edad, desde los 15 a los 80 años), no paran de decirse a cada momento: I love you! I love you too!. Pero siempre, es decir, cada vez que llaman por teléfono para ver si la otra persona pueden devolver una película o si salen a comprar el pan en zapatillas.

En directa comparación con mi cultura de otro país, deduzco que las palabras tienen fuerzas y connotaciones distintas dependiendo de la cultura que las utilice. Por ejemplo, nosotros traducimos un I love you como un te quiero o incluso, si me apuras, como un te amo – personalmente, esta ultima forma me suena un tanto cursi-de-doblaje-de-película-, aunque esta traducción quizá estaría más cercana a la forma francesa de je t’ame o la italiana ti amo. Curiosamente, la forma francesa me resulta de una connotación mucho más profunda que la italiana.

Sin embargo, ¿qué es más fuerte, qué expresa más? Desde mi punto de vista de nativa en castellano, un te quiero es algo muy poderoso, fuerte y profundo, absolutamente reservado para ese puñado de personas por las que estaríamos dispuestos a cambiar nuestras vida y un I love you me suena algo más cariñoso, con una cierta connotación de simpatía. Además, los te quieros no se derrochan, porque si no, pasan a perder su valor. Entonces, ¿qué ocurre con el equivalente para los anglo-parlantes de I love you?… ¿Porqué abusan tanto de ello? ¿Porque significa otra cosa o porque somos culturas diferentes y lo usamos en diferente manera?... ¿No estará siendo equivalente su I love you con un Te quiero MUCHO en castellano?. Eso sería más lógico, ya que cuando cuantificas la magnitud de tu simpatía, implica que no es absoluta, y por lo tanto, puede tener un significado parecido.

Otro caso curioso ocurre con la expresión catalana. Un t'estimo es algo –para mi percepción- bastante más suave que un te quiero. Y en este caso, creo que eso ocurre porque es castellano también podemos decir te tengo estima, forma bastante similar pero que significa que tienes aprecio y punto. Pero en ese caso, ¿cómo lo usan las personas bilingües de Catalunya? ¿Es o no equivalente la expresión para ellas?

Y sin embargo, esto está ligado a nuestra individualidad como personas, al establecimiento de nuestro centro de coordenadas como observadores en nosotros mismos y en nuestra cultura, porque, por poner un ejemplo, no tengo ni idea de si decir un Ich liebe dich puede ser muy fuerte o no, puesto que, desconozco como dicen los alemanes un me gustas o un quiero un poco de pan con la salchicha..

Pero claro, también entra en juego el concepto de sociedad: ¿Nos referimos a país, región, ciudad, conjunto de personas que hablan la misma lengua…?. Ese concepto para mi, vuelve a ser vago, ya que, de nuevo, incluso dos personas que hayan nacido en el mismo pueblo, y no se hayan movido de allí en toda su vida, se habrán relacionado con personas diferentes que les puede haber influido de una u otra manera, incluyendo su vocabulario.

Esto me hace pensar que la misma palabra, silencio, entonación... en personas diferentes, pueden provocar reacciones, estímulos, sensaciones totalmente dispares. Es algo parecido a lo que pienso cuando miro un cuadro, o voy a un concierto. Siempre me planteo la siguiente cuestión: ¿Las otras personas están viendo o escuchando lo mismo que yo? Es decir, objetivamente, ¿están percibiendo lo mismo que yo? Mucho me temo que la respuesta es no. Siempre habrá un matiz diferente que asociarás con algo externo diferente a la persona que tienes al lado. Lo que en parte me alivia, porque eso significa que todavía no somos totalmente programables. Que, aunque seamos entes muy cercanos en costumbres, raíces o culturas, nunca seremos gotas de agua. Por otra parte, me provoca cierto tipo de tristeza, ya que si las palabras, nuestros vasos comunicantes como humanos, tienen imperfecciones en sus equivalencias, indica que nunca existirá un entendimiento perfecto entre nosotros.

miércoles, 15 de octubre de 2008

CRUCES DE CAMINOS (CON CAFEÍNA)

Tras la resaca del puente de Colombus –si, para aquellos que no lo sepan, Colon llegó a América el dia del Pilar, por lo que el día del Pilar es aquí... Colombus Day, (nuevas teorías sobre la nacionalidad de Colon aseguran que era maño, y que nada más pisar América, bailo una jotica)- hoy, día laborable, he decidido hacer una de las cosas que más me gusta hacer en los EEUU. Me he ido a una cafetería a media tarde con mi ordenador a contestar unos correos y acabar de mirar unos asuntos pendientes del trabajo.

Las cafeterías aquí son lugares increíbles. Jamás nadie te mirará mal por ir sóla a una a leer un libro, trabajar con tu ordenador, escribir una carta o mirar fijamente a la pared. Será que yo tengo predilección por ellas -son algo que siempre busco en cualquier ciudad en la que viva- lugares especiales, donde puedas pasar horas y más horas, donde puedas sentirte libre para pensar, escribir, comunicarte contigo misma.. sin ningún tipo de presión, sin sentir que te están observando por el simple hecho de disfrutar contigo misma, y la vez, participando de las individualidades de otras personas. Me encanta el respeto y la comprensión que surge entorno a esa comunicación invisible, a ese espacio a tu soledad, a esa simpatía innata entre parecidos.

Y ya, el colmo de la felicidad es irse a una librería-café -negocio al que me pienso dedicar cuando deje la investigación-. Básicamente, consiste en que el cliente entra en la librería, ojea los libros que le apetezcan, y cuando descubre uno que tiene buena pinta, se pide un café y se sienta en un sillón a leerlo, sin obligaciones de compra, sólo con la intención de disfrutar.

Escribo esto, porque sentada en mi mesa junto a la ventana en la cafetería, he recordado un antiguo pensamiento recurrente en los viajes en metro hacia la Universidad cuando vivía en Barcelona. Me fascinaba coincidir por unos minutos con una muestra de gente diversa, cada uno con su propia vida, y que probablemente nunca llegaría a atisbar, pero que era completamente libre de imaginar, extrapolar e inventar. Una novela diseñada a tu medida. -¿Porqué esa chica sonríe tanto?, Seguro que ha aprobado el último examen de su carrera de Medicina. Y ese chico tan entrajado, parece cansado... Debería dejar ese trabajo de consultor y dedicarse a la música, que es para lo que está hecho… Vaya, que chico tan guapo, me pregunto que pensaría de mí si me conociera…- Así, en la muchedumbre, identificaba a mis mejores amigos, a mis amantes, a personas odiosas, a aquellas que les podría cambiar la vida… Hasta que llegábamos a Sants Estació, y ese fugaz momento, se esfumaba, probablemente para siempre. Ese instante resultaba muy frustrante para mí, me producía una mezcla de tristeza e impotencia... Proveniente de saber que al alcance de tu mano están todas las opciones, así como la imposibilidad de conocerlas todas a la vez. La conciencia de que de todas ellas, sólo nos quedamos con un número ínfimo de ellas.

lunes, 13 de octubre de 2008

NOCTURNO

Hoy, a eso de las 7.30 de la noche -sí, aquí la noche empieza en cuanto se pone el sol, y no solo es una convención, es realmente de noche, justo ese momento en que empiezas a sentir el agotamiento del día- volvía a casa caminando tras un paseo por el Downtown de Davis, y de pronto, me he dado cuenta de que... nadie más andaba en Davis. Mucha gente en bici, por supuesto, y mucho coche -cómo no, esto no deja de ser Estados Unidos- sin embargo, nadie caminando, absolutamente nadie. Y me he sentido, espeluznada, protagonista de la alucinante novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, en la que, entre muchas otras cosas, el riesgo de andar podía ser mortal. Por si acaso, voy a guardar mis libros...

The last few nights he had had the most uncertain feelings about the sidewalk just around the corner here, moving in the starlight toward his house. He had felt that a moment prior to his making the turn, someone had been there. The air seemed charged with a special calm as if someone had waited there, quietly, and only a moment before he came, simply turned to a shadow and let him through. Perhaps his nose detected a faint perfume, perhaps the skin on the backs of his hands, on his face, felt the temperature rise at this one spot where a person’s standing might raise the immediate atmosphere ten degrees for an instant. There was no understanding it. Each time he made the turn, he saw only the white, unused, buckling sidewalk, with perhaps, on one night, something vanishing swiftly across a lawn before he could focus his eyes or speak.

domingo, 12 de octubre de 2008

LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!


Este el poema que he leído al abrir al azar el libro de Poesía Completa, de Alejandra Pizarnik, que me he regalado a mí misma, y me ha llegado hoy, junto con unas postal de Túnez. Me ha dejado sin respiración. Afortunados aquellos a lo que a la vida nos duele tanto, tanto.

Desde aquí, un besazo a Manu, por descubrirme a Alejandra hace ya dos años en las pizarras de Paris, y otro para Patri, por regalarme unas puertas de entrada a mi nueva vida desde Túnez. Disfrutad.

sábado, 11 de octubre de 2008

PUNTOS DE INFLEXIÓN

El otoño ya esta aquí. Pensé que aquí no llegaría. Pensaba que esto iba a ser un verano imperdonablemente eterno, pero no... Ya te levantas con el ruido de las hojas revoloteando, con el viento ululante, con un nuevo frío en las costillas...

Y será porque yo siempre he sido un poco depresiva, rallada, pensante o simplemente, obsesiva con la búsqueda del sentido a todo, pero el caso es que los cambios de estaciones me producen tristeza. No sé, es el olor, el aspecto cambiante que has visto reflejado en otros entornos, en otros otoños, en otras hojas que se caían. El rememorar momentos completamente normales y vulgares de cualquier otoño anterior, como el empezar a sacar la ropa de manga larga, o notar que el día acorta ya más de lo que debería.

Muchos dirán... “Si, el otoño es lo que tiene”. Sin embargo, me ocurre con el principio del verano también. El momento en que la gente comienza a sentarse en los veladores al atardecer, todavía con una chaqueta... me pone tristísima. El olor. Huele a verano. Huele a instantes que están por llegar en momentos pasados. A épocas de transición.

Supongo que son puntos de inflexión en las esquinas del mundo. Un tributo que pagamos por andar dando tumbos por el mundo. Un recordatorio de que nuestra situación es un perpetuo cambio. Ángeles Mora lo describe a la perfección en estas líneas. Disfrutad.


ELEGÍA Y POSTAL

No es fácil cambiar de casa,
de costumbres, de amigos,
de lunes, de balcón.
Pequeños ritos que nos fueron
haciendo como somos, nuestra vieja
taberna, cerveza
para dos.
Hay cosas que no arrastra el equipaje:
el cielo que levanta una persiana,
el olor a tabaco de un deseo,
los caminos trillados de nuestro corazón.
No es fácil deshacer las maletas un día
en otra lluvia,
cambiar sin más de luna,
de niebla, de periódico, de voces,
de ascensor.
Y salir a una calle que nunca has presentido,
con otros gorriones que ya
no te preguntan, otros gatos
que no saben tu nombre, otros besos
que no te ven venir.
No, no es fácil cambiar ahora de llaves.

Y mucho menos fácil,
ya sabes,
cambiar de amor.

martes, 7 de octubre de 2008

OH, LA VIDA

Aunque ya hemos compartido con más de uno este poema extraordinario de Victor Casaus, que es un guiño a la existencia, a la vida, a saber bebérsela poquito a poco o todo lo contrario..., y que, es uno de mis pilares fundamentales, os lo dejo aquí, para aquel que todavía no lo conozca. Guardadlo bien... os seguro que os será útil en las situaciones más variopintas.

Desde aquí un beso a Inma, con quien compartimos aquella tarde mágica con Victor Casaus en el Laurel de la Reina, en la Zubia de Granada y desgranamos hasta la saciedad este poema. Un besazo también a Manu por esta foto tan increíble.

Disfrutad


¡Oh, la vida!
Que la vida no acorte el ritmo
ni la elegancia de tu paso
Que la vida no te borre el instantáneo
esplendor de la sonrisa
Que la vida no te quite la firmeza
para mirar al enemigo
Que la vida no te quite las ganas
de darle un pellizco, una mordida, una nalgada
a la vida.

Que la vida no te vaya a fosilizar
el abrazo que les das a los amigos
Que la vida no te cuartee demasiado
la ternura
Que la vida no te convenza para que dejes
de llamar al pan pan
y al vino ya tú sabes
Que la vida no te tramite a su gusto
el tiempo que te corresponde
(sobre todo si es pésimo el gusto de la vida)
y que la vida en general no te tramite.

Que la vida no te quite del todo
la timidez que te protege
Que la vida no encorve tu figura
de tragaespadas de feria
(Que la vida te jorobe sólo
lo estrictamente necesario)
Que la vida te permita vender tus versos
pero sólo por amor por una tarde
y bajo palabra de que te serán devueltos
otra tarde y otro amor.

Que la vida no te dé esa mirada retorcida
que parece haberle dado a aquel
que está ahí nadando en su propia tinta
(en la tinta de sus versos pobrecito)
Que la vida no te deje caer en la tentación
de no tener tentaciones
Que la vida no te fragmente,
ni te parrafee, ni te capitule

Que la vida no te sople al oído las respuestas
Que la vida no te pida
que no le pongas mucho a la vida
Que la vida no te deje escribir
por ejemplo "se ofertan tales cosas"
ni "en el ofertorio de sus caricias"
porque ambas son barbaridades polares
de la lengua
Que la vida no te dé una lengua
que puedas pisar
(ni siquiera con esa "elegancia de tu paso"
de la segunda línea)

Que la vida te siga dando estas ganas
de luchar por la vida,
Que la vida no te convierta
en una computadora
ni en una cassettera
ni en una máquina de escribir
(ni siquiera bajo la promesa
de que escribirás poemas impecables)
Es más
que la vida no te deje escribir
poemas impecables

Que la vida no te dé esa solemnidad
de académico
ni esa barbita de poeta respetable
Que la vida no te deje ser un poeta
a tontas y a locas
Que la vida no te quite esas virtudes
por las que algunos te odian
Que la vida te quite esos defectos
por los que algunos te aman
(o por lo menos te soportan)
Que la vida no se vaya a confundir
en las dos últimas peticiones
porque sobrevendría un desastre
de eso que ahora llaman ecológicos

Que la vida no te dé
la memoria del elefante
para que no te acusen de autosuficiencia
Que la vida no te dé
el cuello de la jirafa
para que nadie se queje
de que los has mirado desde arriba
Que la vida no te dé la coloración
cambiante del compañero camaleón
a no ser cuando estés tendido
junto a los verdaderos compañeros
bajo la aviación enemiga

Que la vida no te haga vivir
sólo de recuerdos
Que la vida no te deje olvidar
las miserias de otros tiempos
Que la vida no te quite el orgullo
de haber nacido pobre

Que la vida te aleje
de los pobres de espíritu
porque de ellos será el reino de los cielos
pero no éste.

Que la vida no te sobrecoja
salvo con los milagros cotidianos de la vida
Que la vida no te sorprenda
más de 24 veces por segundo
Que la vida no suspenda
el partido por lluvia
Que la vida no te dé tregua

Que la vida te dé otras noches
tan claras y tranquilas como ésta
para escribir poemas
donde le pidas cosas a la vida

Víctor Casaus

lunes, 6 de octubre de 2008

METAMORFOSIS DEL VIAJE


Tras pasear ayer por las empinadas calles de San Francisco, ciudad llena de símbolos y símbolo de tantas causas, me vinieron a la mente las siguientes líneas, recogidas en "El infinito viajar" de Claudio Magris, y que me descubrió una buena amiga mía: Cristiñiña. Un beso también para ti.

En el viaje, desconocidos entre gente desconocida, aprendemos en sentido fuerte a no ser Nadie, comprendemos concretamente que no somos Nadie. Y precisamente, en un lugar querido que se ha trocado casi físicamente en una parte o una prolongación de la propia persona, esto permite decir, haciéndole eco a don Quijote: aquí yo sé quién soy.

Y es que yo creo que en el fondo viajar es eso: vivir tu vida tratando de abarcar el mundo. Tratando de descubrir el máximo de aspectos, experiencias, culturas, personas y lugares posibles. Todo ello para poder quedarte al final con lo que más te gusta de cada una de ellos. Y elegir, de entre todos los sitios, aquel en que te reconozcas, aquel en que sepas quien eres, aquel en que mejor se adapten las experiencias que te han curtido y te han hecho ser quien eres. Cito de nuevo a Magris...

Utopía y desencanto. Muchas cosas se vienen abajo, cuando se viaja; certidumbres, valores, sentimientos, expectativas que se van perdiendo por el camino -si camino es un maestro duro, pero también bueno. Otras cosas, otros valores y sentimientos se hallan, se encuentran, se recogen en él. Al igual que viajar, escribir significa desmontar, reajustar, volver a combinar; se viaja en la realidad, como en un teatro, desplazando los bastidores, abriendo nuevos paisajes, perdiéndose en callejones y deteniéndose delante de falsas puerta dibujadas en la pared.


Y vuelvo a estar de acuerdo. En la esencia del viaje hay una parte de pérdida indiscutible, una parte de tí desea seguir en el sitio que acabas de dejar, rodeada de la gente que conoces ya bien, y que han pasado de ser completos desconocidos, a buenos amigos, amantes o personas muy especiales. Pero precisamente, porque sabes que nunca hubieras conseguido todo eso, sino hubieras dado ese salto a una nueva etapa, sabes que tu nuevo lugar, te deparará momentos nuevos, algunos inevitablemente duros, pero otros, llenos de recompensas en forma de experiencias. Eso sí, no serás tú, será tu nueva persona, la persona que eres en el momento de empezar este nuevo viaje, y que ha perdido parte de la esencia de la persona que fue al punto de empezar la anterior, para ser esculpida en un nuevo personaje que comienza su función...

viernes, 3 de octubre de 2008

CALIFORNIA


¿Qué mejor manera que inagurar este blog con unas líneas sobre el nombre de California? ¿Por qué? Por dos motivos fundamentales, en primer lugar, porque es el sitio en el que me acabo de instalar y empezar una nueva vida, un sitio con destino reservado, y en segundo lugar, porque estas líneas me las pasó una persona muy especial para mí. Desde aquí, un beso,

A mi personalmente me gusta el "Horno Caliente"...



La palabra California es agradable de pronunciar, agradable de escuchar, agradable de repetir. Es una palabra crujiente y suave a la vez. Es crujiente por sus cinco consonantes, todas distintas, todas tan bien puestas. Y es suave por sus cinco vocales, dos repetidas en simetría respecto de otra central irrepetida. California es una composición musical con armonía y ritmo. ¿Cómo se compuso?

En Ager, un pueblo de Lleida al pie del macizo del Montsec, se llaman californias a los calurosos desvanes, especialmente a los desvanes de las iglesias. La primera fantasía es irresistible: la palabra nace en catalán, calor de forn (calor de horno) y cuando Gaspar de Portolá, nacido en Balaguer y con casa en Ager, llega en 1768 a la tórrida península de la Baja California exclama: ¡Esto es una California! Bonito pero falso: Hernán Cortés ya usa la palabra en 1536. La etimología es la misma pero en latín, callida fornax (horno caliente) y es Cortés (que estudió latín dos años en Salamanca) o algún marinero culto quien la acuña. Quizá ni siquiera proceda del latín, sino de una mezcla de latín y alemán (que Cortés chapurreaba en honor del emperador Carlos V) y la clave sea calit ferne, es decir, caliente y lejano. Al resto de la historia, sencillamente, le damos la vuelta: Gaspar de Portolá regresa de Indias y la primera vez que sube a un caluroso desván en Ager suelta: ¡Esto es una California!

¿Llegamos así al origen de la palabra? Pues quizá no, porque en un libro de caballerías de 1510 llamado Las Sergas de Espladián, de Garci Rodríguez de Montalvo, aparece la palabra California nombrando una isla paradisiaca habitada sólo por mujeres. En el Quijote se cita esta novela entre las quemadas por el cura y el barbero para librar al hidalgo de su perniciosa adicción. Navegantes españoles, quizá el propio Cortés, usan entonces California para bautizar la enorme península, que creen una isla, no sabemos si con ironía o si con la imaginación encendida por sueños de placer y gloria. Pero ahora se debilita la etimología porque Rodríguez de Montalvo nunca estuvo allí para derretirse de calor. Un escritor puede inventar una palabra biensonante. ¿Fue Montalvo el compositor de la palabra?

Pues quizá tampoco. En la obra medieval la Chanson de Roland (1090) se menciona un lugar del norte de África llamado Califerne. Es la california escrita más antigua. Su compositor, sea éste anónimo conocido o cualquier otro desconocido, es en cualquier caso anónimo. La palabra quizá proceda de Khilifath, que significa el dominio del califa. Las palabras se seleccionan por una rara combinación de selección natural y de selección cultural. Y, como ocurre en la propia evolución biológica, con las palabras también existe la convergencia, el reciclaje, la chapuza, el multiuso...

Las cosas (las palabras) cambian de función (de significado). La pluma, por ejemplo, quizá empezara como adorno animal macho de seducción, siguiera como aislante contra el frío y la humedad, continuara por su idoneidad para volar, nada de lo cual impidió que se impusiera a la hora de escribir con tinta. Hoy persevera como palabra que nombra un inextinguible instrumento de escritura, como provocador adorno femenino, o como relleno de almohadas, colchones y edredones.

Ensayemos una historia compatible con todas las evidencias. El poeta anónimo escribe Califerne en 1090 porque la palabra le suena bien... y misteriosa. Rodríguez de Montalvo la retoma cinco siglos más tarde para nombrar un paraíso de ficción porque la palabra suena bien, misteriosa y aventurera. Cortés la retoma de nuevo porque la palabra suena bien, misteriosa, aventurera y porque, además, suena a la omnipresente sensación de calor. Dos siglos después, y con el nuevo significado consolidado, Gaspar de Portolá se trae la palabra a casa.

La palabra Potosí no es tan elegante ni musical. Empieza recia y áspera pero acaba frágil y resbaladiza. Se escurre al pronunciarla. Es una palabra improbable pero más festiva que misteriosa. ¿Cómo se compuso? También aquí hay una gran variedad de alternativas. Antonio Carlos Pavao, químico brasileño, me cuenta la última entre copas y canapés, salvando así una recepción que iba para aburrida. Potosí es un cerro en la actual Bolivia de donde se han extraído millones de toneladas de plata en los últimos siglos. Palabras como Argentina o como Mar del Plata aún señalan la ruta de este metal precioso. Según Pavao, la palabra Potosí podría venir de la expresión Poto Asú literalmente, en lengua quechua, estruendo enorme. La concentración de plata en el cerro atraería las descargas eléctricas durante las tormentas y más de uno acudiría al lugar sólo para extasiarse con el espectáculo. Comprender es encontrar la mínima expresión de lo máximo compartido. Mi viejo amigo Ángel Jové, artista, me contó, hace veinte años, curiosamente durante un paseo por el pueblo de Ager, que el abuelo de un conocido suyo frecuentaba una roca que atraía los relámpagos de las tormentas. El abuelo sabía cómo presenciar el prodigio sin riesgos y no se cansaba de avisar a los niños de la zona: en caso de tormenta no os acerquéis a aquella roca. El abuelo, por cierto, apareció muerto después de una tormenta, sentado plácidamente en el centro geométrico de la roca.



JORGE WAGENSBERG