jueves, 30 de julio de 2015

VIDAS MENSAJERAS



En ocasiones, la vida pone en bandeja ocasiones ideales para reflexionar, para comparar el antes o el después, para valorar nuestros actos y nuestras consecuencias sin entrar a calificarlos como buenos o malos, sino más bien causantes de felicidad o no –el objetivo final de cualquier ser humano-.

En esos momentos, una tiene la lucidez suficiente para hacer balance. Decidir qué es lo que haría en el hipotético e improbable caso en que tuviéramos una segunda vida para hilar todos los aciertos que habríamos aprendido de la primera, a modo de calibración.

Recientemente, he experimentado una de esas oportunidades de abrir los ojos y reconocer resultados que, de tan evidentes, pasaban desapercibidos. En particular, Me he dado cuenta que, de todas las decisiones que he tomado en la vida a día de hoy, tan sólo cambiaría aquellas que no estaban en mi lista de deseos, sino en la de alguien más que me convenció para que los alojara como míos. Con esto, no quiero decir que otras personas tengan la culpa o que yo esté molesta o nada por el estilo, no. El gran aprendizaje de esto es que, de alguna manera, sin ser conscientes de ello, tenemos muy claro lo que queremos nosotros solos como personas individuales. Aquello que no nos convence de entrada suele ser porque no lo queremos. ¿Porqué malgastar el tiempo valioso haciendo algo que no queremos demasiado cuando podríamos estar haciendo realidad una inmensidad inmensurable de sueños propios?

En cualquier caso, si bien dudo mucho de que exista una segunda vida para ser “perfectos” – qué aburrimiento, por otro lado-, todavía nos queda una buena cantidad de años para poner en práctica eso que hemos aprendido a día de hoy porque la vida nos lo ha mostrado con claridad. Así que, en mi caso, para futuras épocas de decisiones vitales, la vida me acaba de regalar un enorme consejo: uno mismo es el mejor de los consejeros.

lunes, 27 de julio de 2015

HILOS CONDUCTORES



El amor de Justine era como una piel en la que Nessim estaba cosido, como Hércules niño; y los esfuerzos de Justine por realizarse, lejos de alejarla, siempre le habían acercado a él. El mundo no comprende esta clase de paradoja; lo sé, pero tuve la impresión de que Nessim la entendía y aceptaba de una manera imposible de explicar a quien no puede separar el amor de la idea de posesión. 

Justine. El cuarteto de Alejandría. Lawrence Durrell

viernes, 24 de julio de 2015

LAS TRES JOTAS

Vamos a irnos al pasado a rememorar esos tebeos, que en mi caso, me compraban mis padres los domingos para el vermut. Seguro que se nos vienen muchos personajes a la cabeza, de nuevo en mi caso: Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Carpanta, Micky y el pato Donald, y muchísimos más. En particular, os quiero hablar de estos tres picaruelos:

 
¿Qué? ¿Los reconocéis, no? ¿Quiénes son? Efectivamente, Juanito, Jorgito y Jaimito, ¡bingo! -otro tema es acordarse de quien era quien, claro-.

El caso es que si esta pregunta la responde una persona que haya crecido en España, como yo, estará de acuerdo conmigo. Sin embargo, a nivel mundial existe una disparidad de opiniones, por ejemplo:
  • En Francia: Riri, Fifi y Loulou 
  • En Italia: Qui, Quo, Qua 
  • En Portugal: Huguinho, Zezinho e Luisinho 
  • En México: Hugo, Paco y Luis 
Sin embargo, lo más impactante de todo es que los original y auténticos se llamaban…. Huey, Dewey y Louie –nombre poco comercial donde los haya-.

Y yo me pregunto, ¿pero estas licencias de cambio de nombre? Toda la vida pensando que ese trio serían algo así como Johnny, Georgy and Jim y me encuentro que ¡¡nada más lejos de la realidad!!  Podríamos decir -haciendo la vista gorda- que hay países como Francia, México o Portugal que han hecho un esfuerzo para buscar similitudes a los nombres originales, pero es que el caso de España e Italia… no tiene nombre. Bueno, de hecho, lo tiene.

Si bien es verdad que nos reímos mucho con unos amigos el día que lo descubrimos, una sombra de duda se cernió sobre nosotros: ¿a qué personajes más les han cambiado el nombre? ¿Cómo podemos estar seguros que, qué se yo, la abeja Maya, se llamaba Maya? ¿Cómo ha cambiado la personalidad del personaje al llamarse Juanito en lugar de Huey? Quizá habrá que hacer una incursión a Eurodisney para averiguarlo.

domingo, 19 de julio de 2015

CHISPEANTES



Esta semana ha sido el día de la Bastilla en Paris. Como muchos conoceréis, el 14 de julio, día nacional de Francia es un día de jolgorio en pleno verano donde los franceses aprovechan para hacer un picnic muy largo, cantar la Marsellesa y, cómo no, ver los fuegos artificiales –a imagen y semejanza del 4 de julio estadounidense-.

Este año, a pesar de verlos un poco en la lejanía para evitar las aglomeraciones y los atascos en los medios de transporte, me volví a plantear lo fascinante del tema de la pirotecnia. Allá donde hayan unos fuegos –sea de la cultura, edad o sexo que sea- todo el mundo comienza con su “aaah”, “oooh”, “bravoooo”, etc.

Mi teoría particular es que ese poder de convocatoria fulgurante que tienen los fuegos está muy relacionado con nuestro niño interior que quiere parar el tiempo y dejarse ensimismar por unas formas y figuras geométricas de colores con ruiditos incorporados.

En cualquier caso, desconozco en qué momento esos fueguitos de colores empezaron a ser los protagonistas de las fiestas del mundo –día de año nuevo, fiestas patronales, fiestas nacionales, etc-. Desconozco cuanto tiempo y dinero cuesta organizar un evento similar. Sin embargo, he de reconocer, que muy poco eventos tienen tanto éxito garantizado como esas bengalas chispeantes.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fueguitos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera el viento, y gente de fuego loco, que llenan el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. 

Eduardo Galeano

martes, 14 de julio de 2015

CELEBRANDO LA VIDA


(Gracias Manu por la recomendación, un besote desde aquí)
Versión original para los puristas aquí.

Así es como París nos destruye despacio, deliciosamente, triturándonos entre flores viejas y manteles de papel con manchas de vino, con su fuego sin color que corre al anochecer saliendo de los portales carcomidos.

Rayuela. Julio Cortazar

viernes, 10 de julio de 2015

SÍ O SÍ



Hace un tiempo rememoramos aquellas series educativas tan elocuentes y geniales como “La vida es así”, esos dibujos maravillosos con los que, con una sonrisa de oreja a oreja con empachábamos de ciencia, a palo seco, sin rechistar un segundo, y encima con la capacidad de rememorar esos muchos años después.

El caso es que traigo este recuerdo a flote, porque hace poco fui a ver la última película de Pixar: Upside Down (también conocida como Viceversa en francés o Del revés en Español) y, en efecto, se que no digo nada nuevo si la alabo, si os animo a verla, si os amenazo incluso. Se que ha sido aclamada y premiada por doquier, pero es que es demasiado buena para no hacerlo también por estos lares.

Desde el instante inicial no se te cierra la boca de la admiración que sientes por esa lección magistral de psicología, por ese hilvanado perfecto entre las ideas, por esa completitud perfecta de la historia. Además, te ríes, y mucho. Además, aprendes, seas adulto o jovenzuelo. Realmente se trata de un dinero muy bien invertido.

Así que, dejadme recordároslo una vez más: ya estáis tardando.

martes, 7 de julio de 2015

ENCLAVES FELICIANOS



La verdad es que estaba muy contenta de haberme precipitado de golpe en el abismo sin fin donde se pierden los únicos seres humanos que han llegado alguna vez a estar vivos.

Atlas de Geografía Humana. Almudena Grandes

jueves, 2 de julio de 2015

PERSONALIDAD ORTOGRÁFICA



Hace unas semanas, en una de esas olas de correos electrónicos que llegan, por caprichos del azar, el mismo día con pocos minutos de diferencia de personas diferentes, me quedé ensimismada mirando los dibujos en formas de letras que sus autores habían trazado para mí.

Como si de pronto pudiera leer una dimensión oculta que había estado siempre ante mis ojos, me dispuse a comparar diferentes correos del mismo amigo y de amigos diferentes y… esa verdad surgió ante mis ojos. Cada persona imprimimos nuestra huella dactilar en nuestra manera de escribir, sin proponérnoslo. Como si estuviera escrito en nuestro ADN, cada persona tiene una manera articular de encuadrar el saludo, dejar espacios entre párrafos, utilizar comillas, puntos suspensivos, despedirse, etc. Resulta ahora tan evidente…

Ante ese descubrimiento, pasé a contemplar mis correos y obviamente, yo no me libro de mis genes particulares. En mi caso, suelo abusar de las comas, los puntos suspensivos, me gusta poner una idea por párrafo, dejar espacios más grandes entre los saludos –inicial y final- y el cuerpo del correo, y frecuentemente uso los postdatas. Aunque en ciertas ocasiones, intente reprimirme conscientemente, la huella sigue allí.

Y digo yo, ¿qué se puede desprender de éste análisis? ¿Sirve este descubrimiento para algo? ¿Se puede predecir algún tipo de característica sobre el carácter de una persona –algo parecido a la grafología-? No se muy bien a donde van a llevar estas reflexiones pero quizá éste sea el comienzo de un exhaustivo estudio al respecto, mis pequeños conejillos de indias.