jueves, 28 de abril de 2011

SIMETRÍA

La vida está llena de simetrías, contrastes, acciones, reacciones, opuestos, iguales… Todo es lo mismo y todo es diferente. En esta gran diversidad podemos reír, llorar, cantar, vivir, andar, gatear, follar, comer, subsistir e infinidad de cosas más… Que increíblemente guardan un balance casi mágico. Descrito increíblemente en este sin-palabras de vídeo.

lunes, 25 de abril de 2011

LIBRANDO

Ayer volvió a ser 23 de Abril otra vez (que ya van unos cuantos). El día de San Jorge (o Sant Jordi), un día en que nadie se acuerda del dragón sino de libros, rosas y amigos a tutiplén. No está nada mal el cambio.

Una vez más, este día demuestra que estés en el lugar que estés, incorporar las tradiciones preciosas de tu cultura a ese lugar, y llenar ese día de pétalos, páginas, dedicatorias, canciones y platos típicos es algo que provoca una gran elevación del nivel de alegría, felicidad y emoción del mundo.

Yo ayer recibí rosas, claveles y tres libros que me aguardan expectantes. Listos para viajar a través de sus páginas por herencias, retazos y pensamientos de sus creadores. Libros importantes para quien nos lo regalan –un besazo desde aquí-, y para quien lo recibimos, libros que en breves instantes pasarán a formar parte de nuestra historia y de nuestra personalidad. Días como estos son los que hacen el mundo un poco mejor.

Al fin de cuentas, la biblioteca es su verdadera autobiografía. Aquí y allá asoman libros que han estado ligados a algún hecho o a algún sentimiento, decisivos o triviales, de su vida. Nunca se decidió a colocar sus miles de volúmenes por orden alfabético de autores, de manera que si lo aluden es desde el caos.

Buzón del tiempo. Mario Benedetti

miércoles, 20 de abril de 2011

PAPELEO



Una de las cosas con las que hay quitarse el sombrero en Estados Unidos es lo impresionantemente eficientes que son en temas de administración. El mero concepto de plaza fija provoca muecas de incredulidad: ¿Cómo es posible que alguien pueda tener vía libre de por vida para no cumplir con sus deberes laborales? ¡¡Eso es algo imposible!!

Pues no. Es bien posible. Aunque por mucho que expliques su funcionamiento y trates de convencer a los estadounidenses, ellos ponen cara de seguro-que-hay-algo-que-no-estoy-entiendo, mientras tú piensas para tus adentros que este sistema arcaico no tiene justificación.

Vaya pereza inmensa que me da volver a esas peleas interminables con los funcionarios después de haber estado inmersa en un sistema donde el personal de administración compite entre ellos para ser más productivos, efectivos y amables, donde la compañía de electricidad te regala dinero por ahorrar luz o donde la devolución de la renta ocurre en menos de dos meses. Os lo prometo. No lo he soñado.

lunes, 18 de abril de 2011

RESISTENCIA



Lo que viene a demostrar, supongo, que por muchos impedimentos que se le pongan por delante, por mucho que se haga por ocultar su existencia, una mujer fuerte siempre puede conseguir lo que se propone. Fortaleza no es lo que creéis. La fortaleza no se mide según el grosor de los músculos ni según el número de kilos que una persona pueda levantar. Fortaleza significa, sobre todo, aguantar, no romperse. Es una virtud femenina.

Amor, curiosidad, prozac y dudas. Lucía Etxebarría

jueves, 14 de abril de 2011

DESENCHÚFATE



Desde hace ya unos añitos, vivimos rodeados de tanta tecnología que ya no sabemos que hacer sin un móvil, ordenador, ipod, cámara digital o powerpoint. Necesitamos que se vaya la electricidad un par de días, leñe. ¿Y lo a gusto que se está cuando te despiertas y te quedas un rato leyendo en la cama? ¿O cuando se oye el ruido de la naturaleza por la noche? ¿O cuando te quedas contemplando un paisaje sin la necesidad de capturarlo en tres millones de fotos que jamás reflejan lo original y nunca tienes tiempo de volver a mirar? ¿O sin contestar los mensajes de e-mail, facebook o de teléfono? ¿O perdiéndote por el camino? ¿O dando un paseo con tus pensamientos? Afortunadamente somos de las pocas generaciones que hemos vivido las dos caras de la moneda, y por lo tanto conocemos lo que nos perdemos.

Lo más parecido que he tenido yo en los últimos diez años –antes solíamos disfrutar de estos placeres mucho más a menudo-, ha sido los diez días que estuve haciendo el Camino de Santiago. La sensación de levantarse sabiendo que el día te iba a deparar una buena caminata, conversaciones interesantísimas, una comida deliciosa, una ducha purificante y sorpresas inesperadas, producía la inmensa certeza de que aquello no tenía precio. El desconectar de la tecnología para conectar con nosotros mismos siempre es y será mucho más auténtico que cualquier pseudoproducto tecnológico de lo mismo.

lunes, 11 de abril de 2011

TRICONEXIÓN

Ayer me ensimismé con una interesante entrevista a James Fowler de la mano de Eduard Punset. Acabé maravillada. Si estáis interesados, podéis verla aquí.

No voy a repetir el contenido de la entrevista, que de por si ya es completamente autosuficiente. Más bien, os voy a comentar mis impresiones sobre lo que aprendí yo de ésta.

El principal resultado que expone este científico en cierta forma confirma lo que siempre hemos experimentado y ensayado en la vida: si nos rodeamos de gente buen rollera, alegre, optimista y con ganas, tenemos muchas más probabilidades de tornarnos así y que por lo tanto, la vida nos sonría en general, mientras que la gente pesimista, quejica y mal pensada, sólo atrae a la mala suerte… Lo novedoso e impactante, es que esto ocurre hasta un nivel tres de conexión (es decir, nos influyen nuestros amigos, los amigos de nuestros amigos y los amigos de los amigos de nuestros amigos), pero más allá de aquí no. Alucinante, ¿no creéis?

Esto va mucho más allá de lo que la intuición nos podría decir. Podríamos tender a pensar que nuestros amigos nos influyen mucho, los amigos de estos un poco menos, los amigos de los amigos de nuestros amigos aún menos… etc. Pero no, todos tienen un grado de influencia notable en nuestra vida. Es una gran responsabilidad. Cada acto o palabra que decimos puede estar repercutiendo la vida de muchas personas. Y sino, echad cuentas.

Otro corolario que extraigo de este descubrimiento es que si bien empezamos con ciertas condiciones iniciales a la hora de conocer a nuestros amigos (de pequeños, nuestros amigos más cercanos son los del cole, o los hijos de los amigos de nuestros padres), conforme crecemos, gracias a tener actitudes particulares, influenciamos a gente a nuestro alrededor que a su vez influencian otra gente, que a su vez influencian otra gente… Y aquí se para la cadena. Esto hace mucho más propenso que conozcamos a gente parecida o con estilos de vida similares a nosotros al haberlo contagiado nosotros mismo. Es decir, siempre seremos más propensos a encontrar a gente "especial" si nosotros lo somos..

En fin. Lo que se aprende un día, así, sin venir a cuento. Un corolario adicional: la solución de muchos de nuestros problemas está en la teoría de grafos. Que lo sepáis.

jueves, 7 de abril de 2011

ABRIL IMPERFECTO



De bellas mañanas de abril -el mes de las revoluciones inconclusas-, de perfecciones, oportunidades e intentos. De celebraciones por haberlo intentado. De zambullidas todas la veces que haga falta. De errores y aprendizajes revitalizantes.

Un besote y miles de felicidades para Manu desde aquí.



Una bella mañana de abril, en una callecita lateral del legante barrio de Harajuku en Tokio, me crucé con la chica 100% perfecta.

A decir verdad, no era tan guapa. No sobresalía de ninguna manera. Su ropa no era nada especial. En la nuca su cabello tenía las marcas de recién haber despertado. Tampoco era joven –debía andar alrededor de los treinta, ni si quiera cerca de lo que comúnmente se considera una “chica”.

Aún así, a quince metros sé que ella es la chica 100% perfecta para mí. Desde el momento que la vi algo retumbó en mi pecho y mi boca quedó seca como un desierto.

Quizá tú tienes tu propio tipo de chica favorita: digamos, las de tobillos delgados, o grandes ojos, o delicados dedos, o sin tener una buena razón te enloquecen las chicas que se toman su tiempo en terminar su merienda. Yo tengo mis propias preferencias, por supuesto. A veces en un restaurante me entretengo mirando a la chica de la mesa de junto porque me gusta la forma de su nariz.

Pero nadie puede asegurar que su chica 100% perfecta corresponde al tipo de chica que soñaste.

Por mucho que me gusten las narices, no puedo recordar la forma de la de ella –ni siquiera si tenía una. Todo lo que puedo recordar de forma segura es que no era una gran belleza. Extraño.

-Ayer me crucé en la calle con la chica 100% perfecta – le digo a alguien.

-¿Sí? –él dice- ¿Estaba guapa?

-No realmente.

-De tu tipo entonces.

-No lo sé. Me parece que no puedo recordar nada de ella, la forma de sus ojos o el tamaño de sus pechos.

-Raro.

-Sí. Raro.

-Bueno, como sea –me dice ya aburrido- ¿Qué hiciste? ¿Le hablaste? ¿La seguiste?

-Nah, sólo me crucé con ella en la calle. Ella caminaba de este a oeste y yo de oeste a este.

Era una bella mañana de abril. Ojalá hubiera hablado con ella.

Media hora sería suficiente: sólo para preguntarle acerca de ella misma, contarle algo acerca de mi, y –lo que realmente me gustaría hacer- explicarle las complejidades del destino que nos llevaron a cruzarnos uno con el otro en esa calle en Harajuku en una bella mañana de abril en 1981. Algo que seguro nos llenaría de tibios secretos, como un antiguo reloj construido cuando la paz reinaba en el mundo.

Después de hablar, almorzaríamos en algún lugar, quizá veríamos una película de Woody Allen, parar en el bar de un hotel para unos cócteles. Con un poco de suerte, terminaríamos en la cama. La posibilidad toca en la puerta de mi corazón. Ahora la distancia entre nosotros es de apenas 15 metros. ¿Cómo acercármele? ¿Qué debería decirle?

-Buenos días señorita, ¿podría compartir conmigo media hora para conversar? Ridículo. Sonaría como un vendedor de seguros.

-Discúlpeme, ¿sabría usted si hay en el barrio alguna lavandería 24 horas? No, simplemente ridículo. No cargo nada que lavar, ¿quién me compraría una línea como esa?.

Quizá simplemente sirva la verdad:

Buenos días, tú eres la chica 100% perfecta para mi. No, no se lo creería. Aunque lo dijera es posible que no quisiera hablar conmigo.

Perdóname, podría decir, es posible que yo sea la chica 100% perfecta para ti, pero tú no eres el chico 100% perfecto para mí. Podría suceder, y de encontrarme en esa situación me rompería en mil pedazos, jamás me recuperaría del golpe, tengo treinta y dos años, y de eso se trata madurar.

Pasamos frente a una florería. Un tibio airecito toca mi piel. La banqueta está húmeda y percibo el olor de las rosas. No puedo hablar con ella.

Ella trae un suéter blanco y en su mano derecha estruja un sobre blanco con una sola estampilla. Así que ella le ha escrito una carta a alguien, a juzgar por su mirada adormecida quizá pasó toda la noche escribiendo. El sobre puede guardar todos sus secretos.

Doy algunas zancadas y giro: ella se pierde en la multitud.

Ahora, por supuesto, sé exactamente qué tendría que haberle dicho. Tendría que haber sido un largo discurso, pienso, demasiado tarde como para decirlo ahora.

Se me ocurren las ideas cuando ya no son prácticas. Bueno, no importa, hubiera empezado “Érase una vez” y terminado con “Una historia triste, ¿no crees?”.

Érase una vez un muchacho y una muchacha. El muchacho tenía dieciocho y la muchacha dieciséis. Él no era notablemente apuesto y ella no era especialmente bella. Eran solamente un ordinario muchacho solitario y una ordinaria muchacha solitaria, como todo los demás. Pero ellos creían con todo su corazón que en algún lugar del mundo vivía el muchacho 100% perfecto y la muchacha 100% perfecta para ellos. Sí, creían en el milagro. Y ese milagro sucedió.

Un día se encontraron en una esquina de la calle.

-Esto es maravilloso –dijo él- Te he estado buscando toda mi vida. Puede que no creas esto, pero eres la chica 100% perfecta para mí.

-Y tú –ella le respondió- eres el chico 100% perfecto para mi, exactamente como te he imaginado en cada detalle. Es como un sueño.

Se sentaron en la banca de un parque, se tomaron de las manos y dijeron sus historias hora tras hora. Ya no estaban solos. Qué cosa maravillosa encontrar y ser encontrado por tu otro 100% perfecto. Un milagro, un milagro cósmico.

Sin embargo, mientras se sentaron y hablaron una pequeña, pequeñísima astilla de duda echó raíces en sus corazones: ¿estaba bien si los sueños de uno se cumplen tan fácilmente?

Y así, tras una pausa en su conversación, el chico le dijo a la chica: Vamos a probarnos, sólo una vez. Si realmente somos los amantes 100% perfectos, entonces alguna vez en algún lugar, nos volveremos a encontrar sin duda alguna y cuando eso suceda y sepamos que somos los 100% perfectos, nos casaremos ahí y entonces, ¿cómo ves?-Sí –ella dijo- eso es exactamente lo que debemos hacer.

Y así partieron, ella al este y él hacia el oeste.

Sin embargo, la prueba en que estuvieron de acuerdo era absolutamente innecesaria, nunca debieron someterse a ella porque en verdad eran el amante 100% perfecto el uno para el otro y era un milagro que se hubieran conocido. Pero era imposible para ellos saberlo, jóvenes como eran.

Las frías, indiferentes olas del destino procederían a agitarlos sin piedad.

Un invierno, ambos, el chico y la chica se enfermaron de influenza, y tras pasaron semanas entre la vida y la muerte, perdieron toda memoria de los años primeros. Cuando despertaron sus cabezas estaban vacías como la alcancía del joven D. H. Lawrence.

Eran dos jóvenes brillantes y determinados, a través de esfuerzos continuos pudieron adquirir de nuevo el conocimiento y la sensación que los calificaba para volver como miembros hechos y derechos de la sociedad.

Bendito el cielo, se convirtieron en ciudadanos modelo, sabían transbordar de una línea del subterráneo a otra, eran capaces de enviar una carta de entrega especial en la oficina de correos.

De hecho, incluso experimentaron otra vez el amor, a veces el 75% o aún el 85% del amor.

El tiempo pasó veloz y pronto el chico tuvo treinta y dos, la chica treinta.

Una bella mañana de abril, en búsqueda de una taza de café para empezar el día, el chico caminaba de este a oeste, mientras que la chica lo hacía de oeste a este, ambos a lo largo de la callecita del barrio de Harajuku de Tokio. Pasaron uno al lado del otro justo en el centro de la calle. El débil destello de sus memorias perdidas brilló tenue y breve en sus corazones. Cada uno sintió retumbar su pecho. Y supieron: Ella es la chica 100% perfecta para mí. Él es el chico 100% perfecto para mí. Pero el resplandor de sus recuerdos era tan débil y sus pensamientos no tenían ya la claridad de hace catorce años. Sin una palabra, se pasaron de largo, uno al otro, desapareciendo en la multitud.

PARA SIEMPRE.

Una historia triste, ¿no crees?

Sí, eso es, eso es lo que tendría que haberle dicho.


Al ver la chica perfecta una hermosa mañana de abril. Haruki Murakami

lunes, 4 de abril de 2011

OJERAS LEJANAS



Se aproximan períodos de estrés continuo y constante. Muchos proyectos y no demasiado tiempo. Dicho así suena bastante mal.

Sin embargo, con una buena organización, un minutero metódico, una buena provisión de arte y, lo más importante, motivación y energía, el tiempo puede dar de sí inimaginablemente y quizá lo que parece a priori una época agobiante, puede acabar tornándose un disfrute continuo y exultante de una cuenta atrás exprimida hasta la saciedad. Que así sea. De momento, esto ya da para sonreír los domingos.

Porque descubrió enseguida que dejar pasar el tiempo resulta más fácil con las manos ocupadas.

Atlas de Geografía Humana. Almudena Grandes