domingo, 18 de septiembre de 2011

SOL Y SOMBRA

Septiembre es un mes muy particular… Por un parte simboliza la energía renovada, las ganas de ponerse manos a la obra, de comenzar cosas con buen pie, de arreglar aquello que nos estorba, de tachar aquellas cosillas pequeñas con las que nunca nos poníamos de la lista-de-cosas-a-hacer, de apuntarse a millones de actividades, de asistir a cualquier acto público…

Por otra, sin embargo, también representa los últimos coletazos de verano… Los últimos días de verano, de playa –mucho más vacía y confortable-, de sol, de descanso, de estar al aire libre, de broncearnos –curiosa palabra-, de quemar las noches, de estirar los días que comienzan a acortarse sin ningún tipo de piedad, de reencontrarnos con viejos amigos en vinos infinitos, de conocer a gente fresca y sin problemas…

Y la ciudad de Granada en la que puedes deslizarte de un día de verano resplandeciente y caduco en el mar, a un otoño tibio y razonable en alta montaña en un chasquido de dedos, resulta ideal para permanecer en este limbo contradictorio y adictivo.

2 comentarios:

  1. Pues los que nacimos en septiembre somos un poco igual... Muy adormilados y un poco emprendedores...

    Un beso,
    R.

    pd: La canción es la leche!

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  2. R.: Jaja. ¿En esa proporción? Entonces serás más bien de principios de septiembre...

    Si, ¡la canción es genial!

    Besos

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