domingo, 29 de abril de 2012

REVOLOTEOS



Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.


Epitafio, Juan Gelman.

2 comentarios:

  1. Que preciosidad... Siempre que veo los pajaros hacer eso, flipo. Creo que nunca se ha sabido porque hacen eso, verdad?

    Gran fan de tu blog, aunque no comente.

    Abrazo desde Asturias.

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  2. Hola Juanjo,

    Pues sí, creo que hay diferentes teorías sobre los bailes de los pájaros, pero me parece que ninguna está aceptada.

    Muchísimas gracias por tu comentario, son muy importantes para mí.

    Otro gran abrazo.

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