Todavía te latirá el corazón con un ritmo acelerado, consciente al fin de que a partir de hoy la aventura desconocida empieza, el mundo se abre y te ofrece su tiempo... Tú existes... Tú estás de pie en la montaña ... Tu contestas con un silbido la entonación de Luneto... Vas a vivir... Vas a ser el punto de encuentro y la razón del órden universal ... Tiene una razón tu cuerpo... Tiene una razón tu vida... Eres, serás, fuiste el universo encarnado... Para ti se encenderán las galaxias y se incendiará el Sol... Para que tú ames y vivas y seas... Para que tú encuentres el secreto y mueras sin poder participarlo, porque sólo lo poseerás cuando tus ojos se cierren para siempre...
Carlos Fuentes. La muerte de Artemio Cruz.
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