miércoles, 11 de junio de 2014

SIN BIFURCACIONES



Recuerdo perfectamente –casi puedo hasta desgranar las palabras exactas- el día en que me advirtieron que el hecho de no sacar la mejor de las notas en el instituto podría repercutirme para toda la vida, teniendo como consecuencia no poder hacer lo que quisiera y por lo tanto, resignarme a hacer algo que no quería… Recuerdo que aquello me asustó tanto, que creo que puedo decir que fue el principal motor para ser una alumna de matrícula: el miedo a que mis propios actos me pusieran trabas para ser lo que quisiera.

Si bien yo era una niña bastante receptiva, hubiera deseado ahora que ya tengo unos cuantos años más, que alguien me hubiera advertido lo antes posible sobre la necesidad de aprovechar mi tiempo, mi vida y mis recursos durante la juventud… De que una vez traspasado el umbral de lo que a cada uno nos convierte en adultos, la gran mayoría de las vidas se llenan de un cansancio casi perpetuo, se embarcan en mares de responsabilidades, en sinfines de achaques y en vértigos de soledades altamente similares a estar en el centro de una cuerda floja y no tener más remedio que seguir avanzando.

Quizá alguien me lo advirtió y pensé que a mí no me pasaría. Quizá el error que cometí fue el pensar que yo era distinta. Que sólo el hecho de tener mis convicciones claras, me llevaría por un camino en el que el deterioro de la edad no me afectaría. Y si bien ahora que lo pienso, no veo muy claro como podría haber vivido una vida más intensa en mis treinta y pico años de vida, si que creo que infravaloré el valor de algunas experiencias, personas o hechos por no parecerme suficientemente auténticas.

Y ahora, cuando ya estamos inmersos en esta decrepitud inherente a nuestra edad, a nuestra situación, toca armarse de valor y salir allí fuera a luchar por lo que próximo que quieres. Aunque creas no tener fuerzas, ni ganas y sólo te apetezca recluirte en un rincón mientras te vuelves diminuta. No tienes otra opción. Como decía el gran Steve Jobs, sólo puedes confiar en que los puntos se unirán cuando mires atrás. Y eso suena a demasiad resbaladizo para una persona adulta. Pero no hay más remedio. Están rompiendo aguas ahí fuera y hay que salir urgentemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario