
¿Cuantas veces nos ha pasado de hacer un deporte nuevo y comenzar a sentir músculos donde no sabíamos que existían? ¿O en cuantas ocasiones, uno de estos perfectos mecanismos nos ha fallado y entonces nos hemos dado cuenta de toda la labor que desempeñaba silenciosamente? En mi caso, por curioso que parezca, hasta día de hoy no había valorado adecuadamente a mis músculos de la espalda. Desde aquí mi más profundo respeto.
Abracemos, usemos y recompensemos a nuestro cuerpo. Es un patrimonio personal único. Mimemos cada día cada uno de nuestros músculos, arterias, vértebras y falanges. Nunca sabemos cuando se pueden declarar en huelga y abandonar el hogar sin previo aviso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario