Mirad estos nombres y decid sólo el color de cada palabra (no lo que pone) en voz alta.
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¿Qué? Ningún problema , ¿no? Bien, ahora volved a haced lo mismo en esta otra.
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¿Más complicado? ¿Tendéis a decir el nombre escrito y no el color? Efectivamente, no estáis enfermos, se llama efecto Stroop –debido a su descubridor- y hace escasos días tuve ocasión de descubrirlo por mi misma. Nos es mucho difícil focalizar nuestra atención en algo que tiene un significado semántico opuesto, o al menos diferente.
Aunque concentrándonos suficiente podemos llegarlo a controlar, es algo que me ha mosqueado, ya que deja una gran puerta abierta para el control de, por ejemplo nuestros gustos y consumo, de una manera mayoritariamente involuntaria, que lo sepáis.
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